La Diada de este 2020 se ha visto marcada inevitablemente por la pandemia de la Covid-19, que ha obligado a la entidad a repensar una manifestación que en los últimos años ha sido masiva. Aunque la entidad ha limitado el aforo de las concentraciones a pocos centenares de personas, ha aplicado unas contundentes medidas sanitarias con el fin de prevenir posibles contagios.

Una de las medidas más destacadas, y que tendrá un impacto visual más fuerte, será la de la distancia de dos metros entre asistentes, equivalente a un espacio mínimo de 4m² por asistente. Las concentraciones no se podrán hacer en calles de una anchura inferior a veinte metros y tampoco habrá ningún punto de protesta a menos de 500 metros de centros de carácter social o sanitario, incluidos los hoteles declarados de interés por la autoridad sanitaria u otros similares.

 

La entidad también aplicará una delimitación perimetral del espacio con control de accesos y de aforo para garantizar no superar el número de asistentes previsto (garantizando el espacio de 4m² por persona). Evidentemente, el uso de la mascarilla entre los participantes será obligatorio y se fomentará la higiene de manos con geles hidroalcohólicos facilitados por la organización en los principales accesos al perímetro de la concentración.

Aparte, la concentración será estática, sin desplazamiento de la cabecera ni del resto del grueso de asistentes y no se permitirá el uso de pancartas u otros objetos compartidos, excepto los que sean de uso individual. También queda prohibida la consumición de alimentos durante la concentración y el uso de mobiliario urbano.

Por otra parte, la manifestación respetará un carril libre de dos metros para el acceso de los vecinos de la zona y se cerrarán los accesos al transporte público más próximos desde dos horas antes y hasta dos horas después de la concentración para evitar una posible saturación.