La cumbre hispano-francesa del próximo 19 de enero tendrá respuesta. A pesar de las diferencias cada vez más visibles entre partidos y entidades, el independentismo ha recuperado la unidad para manifestarse contra el intento declarado del presidente español, Pedro Sánchez, y su homólogo francés, Emmanuel Macron, de certificar desde Catalunya el fin del procés. A la convocatoria organizada por la Assemblea Nacional Catalana, Òmnium Cultural y el Consell de la República se ha sumado también una treintena de organizaciones de la sociedad civil y los principales partidos independentistas. Ahora bien, una de las principales figuras del movimiento, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, no estará en la movilización porque asistirá, con su propio programa de prioridades, a la cumbre entre los dos jefes de Estado. Un equipo de ElNacional.cat conversa con la presidenta de la ANC, Dolors Feliu, para saber cómo llega el independentismo a esta cita y qué pretende el Gobierno con esta exhibición de fuerza.

Dolors Feliu, antes de la entrevista / Foto: Montse Giralt

¿Por qué hace falta una manifestación contra la cumbre?
Hace falta porque esta cumbre quiere demostrar que en Catalunya ya no hay movimiento independentista, ya no hay procés, y que España y Francia pueden venir aquí a tomar decisiones que benefician a sus Estados, pero que conciernen a Catalunya. Vienen a celebrar una cumbre de cooperación en territorio catalán, que es por donde pasa la mayoría de sus relaciones, y que ellos lo dominan. Nosotros tenemos que salir a decir que no, que las decisiones de Catalunya se toman a Catalunya. Queremos tener voz y ejercer la soberanía del territorio catalán.

Pere Aragonès debería llevar la autodeterminación y el reconocimiento de la identidad catalana a la cumbre hispano-francesa

¿El argumento de la elección de Barcelona porque es el lugar de donde sale el corredor del BarMar no lo compran, pues?
Sí, pero queda claro que utilizan Catalunya, que les va bien Catalunya, que vienen y deciden en Catalunya pero sin escucharnos. El Govern hará de anfitrión, pero no podrá decidir nada. Si quieren hacer un gasoducto que pase por Catalunya, vienen aquí, hacen el gasoducto y lo deciden ellos. Y si alguien cree que hay un problema porque los catalanes quieren la independencia, dicen "Mirád cómo venimos aquí España y Francia a tomar las decisiones sobre Catalunya".

No es ninguna coincidencia, pues, que sea una cumbre de los dos Estados que controlan territorio de los Países Catalanes.
Evidentemente, y que se relacionan sobre todo por Catalunya porque es la zona estratégica por donde pasan todas estas comunicaciones. Ellos quieren demostrar que es suyo y se toman las decisiones que convienen para España, Francia y Europa, sin tener que escuchar a los catalanes porque creen que el movimiento independentista está desarticulado.

 

Precisamente por eso, ¿creéis que el Estado se esperaba que el independentismo no reaccionara?
No se lo esperaban. Ellos piensan que el movimiento está desarticulado. Con las manifestaciones están acostumbrados a oír números muy grandes de gente que se manifiesta, pero como no les estorban en Madrid no les molesta. Piensan que tampoco molestaremos aquí, pero tenemos que salir a demostrar que estas manifestaciones son reales y que queremos tomar nuestras decisiones. Queremos la independencia precisamente para eso.

Y ahora habrá la oportunidad de que Pedro Sánchez vea la manifestación en directo.
Esta es nuestra pretensión. Habrá que ver qué pasa con las medidas de seguridad, pero queremos que la gente salga a la calle para que se vea que el movimiento independentista está ahí.

Dolors Feliu, en un instante durante la entrevista / Foto: Montse Giralt

¿Teméis algún cambio de última hora, o que el cordón de seguridad sea más amplio, para alejar a los manifestantes?
No tenemos noticias que se estén planeando cambios, pero sí que tememos una fuerte zona de seguridad. Ahora bien, el derecho de manifestación se garantiza permitiendo que se vea la protesta. No se puede hacer ver que no hay ninguna protesta, haciendo todo lo posible para que solo haya imágenes de la cumbre y alejar a los manifestantes, ya que eso va contra el derecho de protesta. Se tiene que poder visualizar la queja para que oigan que no hay acuerdo de la ciudadanía con lo que están haciendo.

La cumbre quiere demostrar que España y Francia pueden venir aquí a tomar decisiones que benefician a sus Estados pero sin escuchar a Catalunya

¿El lugar escogido por la cumbre, con la geografía en que se encuentra el MNAC, responde al intento para que la manifestación no estorbe?
Todavía no sabemos hasta dónde se acordonará exactamente, y no sabemos cuándo se escogió el lugar. Desde el principio, el MNAC era un lugar previsible, y no podemos hacer conjeturas sobre cosas que no sabemos. Pero es cierto que es un lugar de difícil acceso por sus condiciones.

Con respecto a la asistencia, será un jueves en horario laborable. ¿Sois optimistas sobre la gente que asistirá?
Sabemos que es un día laborable, con todas las dificultades que eso comporta, pero animamos a la gente a venir y protestar. Eso es todo lo que podemos hacer, preparar y ser motor para que la gente pueda ejercer este derecho de protesta y la voluntad de independencia de Catalunya para tomar nuestras propias decisiones.

 

¿Cómo se ha gestado esta manifestación unitaria entre la ANC, Òmnium y el Consell de la República?
Estamos siempre en contacto con Òmnium. Todavía pensamos todos un poco en la misma línea. Salió Lluís Llach y el presidente Carles Puigdemont con sus tuits, y nosotros íbamos pensando lo mismo sin decir nada porque lo estábamos cocinando. Aunque parezca que hay tensiones y contradicciones, estamos en total contacto.

Es incongruente que ERC esté en la manifestación y Pere Aragonès no tendría que asistir a la cumbre

En el pasado ha habido división entre las entidades. ¿Ha habido buen entendimiento para trabajar esta acción unitaria?
Sí, hemos estado hablando e intentando superar algunos temas que no hemos acabado de superar en el pasado. Cada organización tiene una línea diferente, a veces, pero nos une la voluntad de hacer frente al Estado español y su exhibición de poder en Catalunya.

La última movilización unitaria fue la del quinto aniversario del 1-O. Aquella jornada dejó pitadas hacia ERC y Òmnium. ¿Teméis que vuelva a pasar y vuelva a haber oposición entre el independentismo?
El objetivo está puesto en los Estados español y el francés, en la cumbre, y en la voluntad de independencia para poder tomar las decisiones desde el pueblo catalán. A veces hay discrepancias en el mundo independentista que no tenemos que maximizar, porque todo es fruto de estar intentando avanzar. Habría mucha tranquilidad si todos apostáramos por un diálogo que puede durar años y años, pero hay diferentes visiones. Eso sí, el Estado nos une cuando nos hace alguna exhibición de poder como esta, y entonces se moviliza todo el independentismo.

 

Hablando del diálogo, ERC estará en la manifestación. ¿Entienden que un partido que apuesta por el diálogo con el Estado ahora se manifieste contra el Estado?
Encontramos la postura incongruente porque la manifestación quiere criticar que estos dos Estados vienen a afianzar su poder sobre Catalunya, a exhibir que las decisiones se toman fuera de aquí y que nosotros no tenemos palabra, más allá de hacer de anfitriones. ERC puede hacer lo que quiera y dar las explicaciones que quiera, pero la gente también es libre de creérselos y de sacar sus propias conclusiones.

En esta línea, Pere Aragonès estará en la cumbre mientras su partido se manifiesta. ¿Eso también es incongruente?
Sí, a no ser que aproveche para hacer un gesto como desplegar una estelada o decir claramente que queremos una Catalunya independiente, y mostrar un comportamiento de rechazo contra la cumbre, cosa que no parece, por ahora, que vaya a ser su intención.

La presidenta de la ANC, delante del MNAC / Foto: Montse Giralt

¿Creéis, pues, que Aragonès no tendría que asistir a la cumbre y estar en la manifestación?
Sí, eso creemos.

Hablabais de los temas que llevará el presidente a la cumbre. Habrá cuestiones de lengua, de infraestructuras y de pasos fronterizos. ¿Con eso hay bastante o se tendría que aprovechar el escenario para poner sobre la mesa la autodeterminación?
Todos estos temas demuestran el comportamiento de los Estados español y francés hacia Catalunya y son indicadores. Se tienen que reivindicar y pedir, pero no llegarán hasta que hagamos la independencia. Estos Estados están defendiendo que el procés independentista se ha acabado y que ellos pueden venir aquí a tomar sus decisiones. De la misma manera que lo hacen con nuestra lengua y cortando los pasos, también lo hacen con los intereses españoles en Catalunya. Pero la principal reivindicación catalana es tener voz, tener poder de decisión y que se nos reconozca el derecho de autodeterminación.

La ANC y Òmnium tenemos líneas diferentes, pero nos une la voluntad de hacer frente al Estado español y su exhibición de poder en Catalunya

¿Qué le pediríais a Aragonès que planteara en la cumbre?
La autodeterminación y el reconocimiento de la identidad catalana, porque a partir de los Tratados de los Pirineos se dividió Catalunya. Nos sentimos una identidad, y lo primero es el reconocimiento de la identidad y la protección de lo que somos como nación. Aquí tenemos el problema de la lengua, la Bressola con algún Lycée pendiente en Perpinyà, los ayuntamientos con las dificultades en hablar catalán en Francia, y la imposición del 25% de castellano en las aulas por parte de los tribunales españoles.

 

Y también hay la cuestión de las fronteras cerradas por el gobierno francés.
Sí, hay el paso de Banyuls, donde hace poco hicimos una gran reivindicación. Y los corredores y las infraestructuras, los trenes entre España y Francia, las líneas regulares... Son temas que tenemos que reivindicar, pero sobre todo tenemos que reivindicar que somos una nación y que tenemos que ser tratados como tal, y el derecho a la autodeterminación para hacer la independencia.

¿La presencia de Aragonès en la cumbre con Sánchez y Macron normaliza las relaciones?
Eso es lo que nos hace más daño de todo. A no ser que salga con una estelada en medio de los dos --eso nos iría bien, es una propuesta--, esta foto, haciéndose el amigo y recibiéndolos tan bien, certifica que estamos muy contentos que tomen las decisiones para nosotros y de tenerlos como invitados, cuando vienen aquí a demostrar que se están repartiendo Catalunya y toman decisiones sobre intereses de los Estados español y francés que conciernen a Catalunya.

La presidenta de la ANC, Dolors Feliu / Foto: Montse Giralt