Dice la presidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Dolors Feliu, que cada manifestación independentista de la Diada es diferente. Y tiene razón. En los últimos tres años, se ha vivido una definida por la ausencia de activistas en el contexto de la pandemia que en 2020 hizo imposible ninguna movilización masiva; una que superó las expectativas de asistencia con la mascarilla aún obligatoria; y ahora una última, este próximo 11 de septiembre, en qué, por primera vez en años, no estará el presidente de la Generalitat. Y es que esta semana previa a la gran manifestación unitaria de la ANC por la Diada 2022 se ha visto marcada, precisamente, por la polémica que ha generado el anuncio de Pere Aragonès que no participará en la movilización porque va "contra los partidos y no contra el Estado". También el presidente de Esquerra Republicana, Oriol Junqueras, ha seguido esta línea, alertando de que es "excluyente". Por contra, Junts ha marcado perfil anunciando que toda su plana mayor, consellers incluidos, estarán; tampoco la CUP fallará a la cita. Una controversia, sin embargo, involuntaria para Dolors Feliu, que se ha defendido frente a las acusaciones sacando hierro y llamando a una gran movilización. La presidenta de la entidad independentista acoge en Barcelona a un equipo de ElNacional.cat, para hablar sobre todo ello. A pocos días para la Diada Nacional de Catalunya, la sede de la ANC hierve con actividad.

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Nos encontramos a las puertas de la Diada, la primera con usted al frente de la ANC. ¿Cómo ha sido la experiencia de organizar la manifestación?

La experiencia es muy bonita, pero también es muy trepidante. Llegamos al Secretariado Nacional todos los que somos nuevos en un momento en que nos decían 'Ya vais tarde' para preparar el 11 de septiembre, con la suerte de que el anterior Secretariado ya nos había preparado cosas, tenía cosas pensadas, había hecho un montón de trabajo. Aprovechando la experiencia del año pasado hicimos un buen traspaso, y con eso hemos puesto todo lo posible y todo lo que está en nuestras manos para que la gente tenga un 11 de septiembre con todo lo que conviene para que podamos ser muchos y muchas, y, por lo tanto, que puedan expresar su voluntad de independencia y nuestra voluntad de hacer de Catalunya un estado independiente.

El año pasado, la manifestación reunió a unas 400.000 personas, una cifra superior a la que se esperaba. ¿Este año también habrá una sorpresa positiva?

Esperamos que sí, porque la gente está, tiene ganas de hacer cosas. A veces están enfadadas o no ven una salida clara, pero sí que quieren la independencia. Esperamos una muy buena afluencia.

Pero sí que parece haber una cierta desmovilización entre el independentismo.

Creemos que ya hemos llegado a un punto de tocar fondo. Hemos pasado muchos años de represión, con una pandemia que también nos ha mantenido en casa. Es un buen momento para reanudar y volver a salir a la calle porque no hemos acabado, porque la independencia está por hacer, y la independencia es perfectamente posible y factible. Solo depende de nosotros sacarla adelante. Quiero resaltar que hace pocos días recibimos una muy buena noticia del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas declarando que la suspensión de los políticos independentistas en 2017 fue totalmente contraria a los derechos fundamentales. Y es que una independencia hecha en democracia y pacíficamente tiene que poder existir dentro de un mundo en que los principios democráticos imperen.

Se están organizando autocares para llevar gente a la manifestación desde todos los puntos de Catalunya.

La semana pasada nos estábamos moviendo en torno a 100 autocares, las cuales ya eran cifras más o menos similares a otros años. Ahora estamos en torno a los 150, es eso lo que tenemos sobre la mesa.

Creemos que ya hemos llegado a un punto de tocar fondo, es un buen momento para reanudar y volver a salir a la calle

Y, con respecto a términos más generales, ¿qué asistencia prevéis alcanzar?

No tenemos las cifras como otras veces porque este año no hay que inscribirse. Sí que hay una previsión de tramos aproximados para que así la gente pueda reunirse por zonas de Catalunya y aquellos de las mismas regiones puedam encontrarse. Como que no hay que inscribirse no tenemos las cifras que teníamos otras veces. Sí que es verdad que pensamos que cada situación es diferente y que las comparaciones son odiosas, que somos nosotros los que nos tenemos que compararnos con nosotros mismos. Se dice que un 3,5% de una población activista real que quiere cambiar las cosas es insoportable para su gobierno, y esta es una cifra que muchas veces sale a las calles de Catalunya. Nos tenemos que valorar nosotros mismos, y no hacer comparativas a otros momentos porque cada momento ha sido diferente. Ha sido diferente el momento de la pandemia del de la máxima subida del procés y del que nos recuperábamos de la represión, que aún la tenemos encima intentando darnos miedo. Pero el paso hacia la independencia lo tenemos que dar nosotros mismos porque nadie nos lo hará. Y, si no estamos de acuerdo con los partidos, con un tuit aislado no haremos nada. El grito que vale es el del 11 de septiembre.

Dolors Feliu, presidenta de la ANC / Foto: Joan Mateu Parra
En otras ocasiones, las manifestaciones han tenido un componente más festivo. Este año, en cambio, ¿el mensaje que se quiere transmitir es que nos tenemos que poner serios?

Esta es un poco la idea. Este año tenemos el color negro en la camiseta, que no lo habíamos llevado nunca, un color que es reivindicativo y de lucha, sin rendición, un color que muchas fuerzas ya utilizan para mostrar esta reivindicación seria y el afán de lucha. Todas las manifestaciones han tenido un espíritu diferente, y esta también lo tiene, con un rasgo no tan festivo, sino que mucho más reivindicativo y serio, de 'queremos hacerlo'. Y si los partidos no se ponen a ello pues tendremos que tomar medidas para ser nosotros los que, con el apoyo de la gente, podamos hacer la independencia desde un punto de vista de movilización democrática y pacífica.

Así, ¿la importancia de esta Diada es que la gente vuelva a movilizarse y recupere el protagonismo de las manos de los partidos?

Evidentemente, la gente tiene que recuperar la fuerza y las riendas del independentismo para mandar que se haga. Los partidos están donde están precisamente gracias al voto de la gente, y es la gente el elemento importante. Los partidos no son nada sin la gente, y, por lo tanto, la gente tiene que ser consciente de este poder que tiene. Los partidos verán a una serie de votantes que se manifiestan y dicen lo que quieren muy específicamente, y que llaman por una finalidad por la cual ya ejercieron su derecho a voto. El independentismo y los partidos independentistas están donde están precisamente porque hablaron de independencia y dijeron que harían la independencia. Si no salimos a pedir eso en la calle, evidentemente nos estaremos dejando representar por unas políticas que en este momento no tienen la independencia sobre la mesa.

La gente no estará junto a los políticos para ir haciendo políticas sin conseguir el objetivo por el cual fueron votados, que es la independencia

¿La manifestación de este año, pues, va contra los partidos?

Yo no diría 'en contra' porque ellos también tienen su programa hacia la independencia. Pero sí que queremos espolearlos y decirles de manera muy clara que, si no lo hacen, la gente no estará a su lado para ir haciendo políticas sin conseguir el objetivo por el cual fueron votados, que es la independencia.

¿Qué posición deben ocupar los representantes políticos a la manifestación?

Los políticos son ciudadanos y ciudadanas de este país. Muchos de ellos de manera personal han manifestado públicamente que quieren la independencia. Ellos también están invitados a venir a la manifestación del 11 de septiembre, pero como personas que son, como gente que quiere la independencia. Creemos que es precisamente la gente que tiene que pedir la independencia, y los partidos no deben tener un lugar en esta manifestación más allá que como personas que también la quieren. Entendemos que es la fuerza de la gente la que tiene que ser la protagonista.

Entonces, la idea principal detrás de la movilización es la voluntad de presionar a los partidos.

Alguien detrás que les dice claramente 'Si no lo hacéis vosotros, lo haremos nosotros. No os penséis que tendréis nuestro voto cautivo para siempre'. Hasta ahora, había la idea de quejarnos ante los partidos, pero hemos llegado a un momento en que decimos 'No nos quedaremos esclavos de lo que vosotros decidís, sino que surgirán nuevas opciones'. Encontraremos la manera de hacer que el voto sirva para hacer la independencia, si es lo que quiere la gente, si es lo que quiere el activismo, si es que la gente sale el 11 de septiembre y tenemos una determinación clara de la población.

 
Un intento por presionar los partidos que ha llevado al presidente de la Generalitat a no asistir a la manifestación. ¿Os sorprendió que se desmarcara?

La Assemblea muchas veces ha sido crítica con lo que se está haciendo en la manifestación de la Diada, ha empujado para que se hiciera la independencia. Por lo tanto, este tono crítico existe siempre. Antes de anunciarlo, ya empezó a decir que se lo estaba pensando y finalmente dijo que no. Pero no sabemos muy bien cómo se ha articulado toda esta polémica, que es un poco extraña teniendo en cuenta que este espíritu crítico siempre ha inspirado las manifestaciones del 11 de septiembre. Y precisamente avanzábamos por eso, por este espíritu crítico y contundente, este mensaje hacia los partidos, y más cuando llevan la independencia en su programa.

Otros años el mensaje de la ANC también ha sido duro con los partidos. No es un planteamiento totalmente nuevo.

Claro, el año pasado recuerdo que Elisenda Paluzie reclamó 'Hagan la independencia', unas exigencias muy claras que también cuestionaban las estrategias que se estaban llevando a cabo. La Carme Forcadell dijo 'Presidente, ponga las urnas' cuándo era presidenta de la Asamblea, y también se hacía una crítica muy grande y se ponía la independencia por delante de todo para hacerla efectiva. Esta es la idea. Todo el mundo que quiera la independencia estamos llamados a ir a la manifestación para pedirla. Es nuestra fuerza, y si no hacemos eso parecerá que el independentismo se desinfla y en realidad estamos en la calle pidiendo la independencia porque la queremos real.

Lo que queremos es hacer la independencia, no la queremos como un sueño sino como una realidad

¿La ANC tiene previsto cambiar el mensaje de la manifestación para que Pere Aragonès y el liderazgo de ERC participe?

No, nuestro sentido crítico siempre está presente. Llamamos a todo el mundo a participar en la Diada, pero nuestro sentido crítico con el autonomismo actual existe, y existirá también el 11 de septiembre. La manifestación es para hacer la independencia y para empujar para que se haga.

¿Por qué creéis que el presidente dice que la manifestación va "contra los partidos" y que es "excluyente"?

La manifestación critica la estrategia de los partidos. Esto es así. Pero no es excluyente de ninguna persona que quiera la independencia. Lo que queremos es hacer la independencia, no la queremos como un sueño sino como una realidad. La manifestación es crítica, pero no excluyente. Quiere hacer efectiva la independencia, y todas estas personas están llamadas a participar.

¿Entonces, a qué se debe que ERC se sienta incómodo con la movilización mientras que Junts participará?

Nosotros no queremos entrar en estas valoraciones y polémicas. Queremos que todos los independentistas vengan a la manifestación porque es el día de la gente, el día del independentismo de calle. Ya no queremos entrar más en este tipo de espirales que no sabemos ni por donde pasan.

Dolors Feliu, presidenta de la ANC / Foto: Joan Mateu Parra
Esta Diada habrá concentraciones en diferentes puntos por la tarde, con la manifestación de la ANC, la de la Izquierda Independentista y los conciertos de Òmnium a la misma hora. ¿Preocupa que eso pueda debilitar el independentismo en su reivindicación?

Eso ya hace un tiempo que está pasando, y entendemos que todo forma parte de las ganas de salir, de hacer todo lo que tengamos que hacer para la independencia. Nosotros, desde la Assemblea, organizamos específicamente la manifestación porque hemos sido creados por una sola finalidad, que es alcanzar la independencia. Hay otras organizaciones que tienen finalidades culturales, de difusión... Nosotros lo que hacemos es intentar que haya este momento reivindicativo, que esté teñido de esta reivindicación para la independencia de Catalunya, y poner todos los elementos necesarios para que la gente se identifique con esta reivindicación y salga a la calle a expresarla.

¿Creéis que hay riesgo de que, como ha pasado otros años, la rabia que siente la gente por el contexto político lleve a la violencia en las calles?

La Assemblea llama siempre al pacifismo. La movilización se organiza siempre desde las máximas premisas pacifistas, y esta es la premisa de la Assemblea. Dicho esto, si hay elementos de violencia, las personas responsables de hacerla no serán de la Assemblea y todo el mundo es lo bastante consciente para saber que no podemos llegar a la independencia de manera violenta. No me constan actos violentos de personas en manifestaciones de la Assemblea, puede haber habido algún desperfecto mínimo, algún empujón o que en algún momento alguien empuje una valla, pero todo eso está muy lejos de hablar de violencia como se entiende en el resto del mundo.

Dejando atrás ya la Diada, ¿cómo de importante será el quinto aniversario del 1 de octubre para reivindicar el independentismo?

El 1 de octubre es muy relevante para nosotros y todos los independentistas. Fue un momento en que nos reconocimos como pueblo y votamos que queríamos la independencia de manera muy mayoritaria. Entendemos que es un momento tanto simbólico como real para la ciudadanía. Como fue tan importante y tan vivido, tan reciente en la memoria de las personas, y tiene tanta historia personal detrás, hay mucha celebración por todo el territorio. Las entidades nos hemos agrupado para hacer un acto el mismo día 1 por la tarde, y también la Assemblea hará un pequeño acto simbólico por la mañana. El 1 de octubre serán muchas cosas, como ya viene siendo desde 2017, 2018 y 2019. Desde entonces, por todo el territorio se han hecho muchas plazas 1 de octubre, muchos ayuntamientos han declarado fiesta local el 1 de octubre, y es, por lo tanto, una fiesta muy sentida que será la segunda parte de la reivindicación. Cada vez añadiremos más actos y momentos importantes para hacernos oír. Hacemos el 11 de septiembre, miramos cómo reaccionan los políticos y el mundo, y al cabo de tres semanas tenemos una segunda ocasión para rematarlo que será el 1 de octubre. Si ya no salimos el 11 de septiembre, será difícil hacer este bocadillo de liberación nacional que tiene que ser la Diada y el 1 de octubre.

 
Antes mencionaba la resolución del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. ¿Confía en que el Estado reaccione a la sentencia?

Me ha parecido oír a la ministra de Justicia, Pilar Llop, decir que entendían que debería tener algún efecto este dictamen de las Naciones Unidas, y que eran conscientes de que tenían que modificar la ley de enjuiciamiento criminal para no suspender cargos electos antes de una sentencia, así que están pensando claramente que debe tener algún efecto. También está pendiente la modificación del delito de sedición, y recordamos que tenemos en el Parlament de Catalunya una previsión de suspensión de cargos electos que acaba de sufrir, por ejemplo, la presidenta del Parlament, Laura Borràs, antes de sentencia. Seguramente, esta también tendría que ser modificada dentro de las instituciones catalanas, en el reglamento del Parlament de Catalunya.

Como condena el informe de las Naciones Unidas, ¿creéis que Borràs también ha sido apartada injustamente antes de que haya sentencia?

Exacto, un poco. Eso de apartar un cargo electo, escogido por la ciudadanía, cuando aún no hay sentencia, es uno de los puntos que trata esta resolución de las Naciones Unidas. Entiendo que aquí tendría que haber un replanteamiento del Parlament, porque realmente es un caso que pone negro sobre blanco y que es lo bastante contundente para decir que eso vulnera los derechos fundamentales de los representados y de los representantes. Se escoge una persona y esta pierde sus responsabilidades como representante cuando ha tenido un fuerte apoyo de la población.

Pero la suspensión de Borràs fue siguiendo el reglamento del Parlament. ¿Habría que cambiarlo, pues?

Sí, con esta revisión de las Naciones Unidas parece que tendría que haber una revisión de fondo del reglamento del Parlament en este sentido.

 
Precisamente, el caso de Borràs ha llevado a nuevas disputas entre los partidos independentistas.

La Assemblea no quiere entrar de ninguna manera en estas disputas que solo demuestran a la población que no se está por un proyecto común, por la independencia. Lo que es verdad es que de ninguna manera se puede soportar que el Estado español siga sacando de nuestro Parlament y de nuestras instituciones a los presidentes, diputados, las Mesas de la cámara... Esto no es admisible, y solo se detendrá si hay un proyecto por la independencia. No con disputas o con acusaciones cruzadas, sino con un proyecto por la independencia que se saque adelante.

Si salimos a las calles y se oye la voz de la gente a favor de la independencia, los partidos empezarán a ser conscientes de que esto debe ser así

La semana pasada, Junts denunciaba que el Govern no estaba avanzando hacia la independencia y daba el plazo de un mes para revertir esta situación. ¿Prevéis algún cambio de tendencia en este periodo?

Ojalá. A mí, a todo lo que fuera un cambio de tendencia y un enderezamiento hacia un proyecto con la independencia sobre la mesa sería una magnífica noticia. Y quizás es esperanzador que esto pase en un momento en que hay el 11 de septiembre y el 1 de octubre. Si salimos a las calles y se oye la voz de la gente a favor de la independencia, los partidos empezarán a ser conscientes de que esto tiene que ser así. Pero que no se quede sólo en palabras, porque nos tienen acostumbrados a muchas declaraciones en que no hay nada detrás y acabamos quemados de sus palabras.

Y con respecto al debate política general, Pere Aragonès dice que quiere formular una propuesta más "amplia e inclusiva" de la autodeterminación. ¿Entendéis qué quiere decir?

No entendemos a qué se refiere. Nosotros creemos que la independencia ya se votó el 1 de octubre, pero evidentemente cualquier paso hacia la autodeterminación a través de un voto tiene que permitir que nos volvamos a pronunciar sobre la independencia. No nos vale una reforma del Estatuto o continuar con el actual autonomismo. Sobre la mesa tiene que estar la independencia, sea como sea, y eso es lo único que nos vale. Ya sabemos que el Estado español no está dispuesto a permitir otro referéndum como el 1 de octubre, y lo ha dicho por activa y por pasiva. Por lo tanto, no entendemos qué otro tema se puede proponer. Podría haber otro referéndum de autodeterminación, el cual implicaría un gran sacrificio del independentismo, pero todo lo que sea avanzar sin la opción de la independencia sobre la mesa para nosotros no es hablar seriamente de autodeterminación.