Xavier Domènech (Sabadell, 1974) "no sabe" hablar de usted. Bueno, asegura que "le cuesta". Por eso, se desmarcarcó del protocolo, dirigiéndose al Rey Felipe VI de "tú", cuando se reunió con él en la ronda para proponer candidato a la investidura. Tampoco tenía un "interés personal" en convertirse en ministro, pese a que Podemos ya lo apuntaba como posible titular de un Ministerio de la Plurinacionalidad. De hecho, hasta aterrizar en el Congreso con los 12 diputados de su confluencia, En Comú Podem, él era es profesor de la UAB, Premio Extraordinario de Doctorado y activista social. Se inició en política, empujado por la "trayectoria colectiva" de cuestionamiento del sistema, que "se inició a partir del movimiento sociopolítico del 15M". Entonces, "hacía falta gente en el Ayuntamiento y se me planteó que entrase", y más tarde, "cuando se generó el debate relativo a la construcción de la candidatura, estuve de acuerdo con la trayectoria que estábamos siguiendo, y me propusieron que la encabezase ", explica.
¿Cómo vive el paso de activista social y profesor a diputado de una institución española como el Congreso? Se me hace difícil valorarlo, es extremadamente intenso. Dicen que estamos viviendo un debate inusual, aunque desconozco los anteriores. El bipartidismo no domina ya el escenario y hemos ganado las elecciones en Catalunya, lo que nos ha dado una fuerte presencia. Además, en Catalunya no se está viviendo una situación tradicional, sino que están pidiendo una serie de reclamaciones sobre el proyecto de país. Y por primera vez, nosotros hemos conseguido que el referéndum se convierta en un tema de la investidura a nivel de Estado. Es un valor.
¿Es Ada Colau la mujer "en la sombra" que lo eligió como candidato? A mí me interpelaron varios sujetos, en esa trayectoria colectiva. Se vendió como una imposición de Colau y no fue así. Tampoco toma ella las decisiones, como algunos creen. En los partidos hay unas dinámicas, no es que nadie mande. Ella es alcaldesa de Barcelona, ??lo que implica una dedicación de tiempo elevada en las cuestiones de la ciudad.
Con Catalunya Sí que es Pot quedaron por debajo de Junts pel Sí en las elecciones catalanas. Y en el Congreso, fueron los ganadores en Catalunya, por encima de DiL y ERC. ¿Se lo esperaban? [Ríe] Yo sí. Al principio, las encuestas nos situaban quintos, pero nosotros creíamos que éramos una apuesta ganadora. Ahora los sondeos indican que incluso mejoraríamos el resultado. Integrábamos tanto el eje social como el nacional. Desde la credibilidad, porque veníamos de las luchas sociales, y desde la legitimidad, porque defendíamos la soberanía de Catalunya.
¿Es la combinación de la cuestión nacional con la social, lo que explica su éxito, y a la vez, el de Podemos? Creo que sí, pero hay muchos motivos. Por ejemplo, en el País Vasco, la marca Podemos sacó muy buen resultado. En Madrid también fue la fuerza más votada. Pero sí, la asunción de la plurinacionalidad es un elemento importante para entender su éxito. Asimismo, hay una crisis de la socialdemocracia, pero eso le pasa al PSOE y también en Francia, Grecia...
Podemos recibe apoyo de antiguos votantes del PSOE, y según la encuesta del CIS de enero, ustedes crecen en intención de voto, y el PSOE bajaría. ¿Lo harán desaparecer, como ocurre en Grecia, donde Syriza está reemplazando al PASOK? No somos lo mismo. Por ejemplo, programáticamente, Podemos pide la derogación de las dos reformas laborales y del artículo 135 que limita el techo de déficit. Además, quiere blindar los derechos de protección social. En cuestiones nacionales, buscamos ir más allá, y el reconocimiento plurinacional. Pero creo que si la alternativa del PSOE es la gran coalición [PP, PSOE, C 's], explícita o implícita, creo que es un suicidio político y en ese caso, sí estaríamos caminando hacia la pasokitzación. Aunque no me quiero poner chulo ahora [se vuelve a reír].
De prosperar la oferta de Pablo Iglesias, usted sería ministro. ¿Qué es un Ministerio de la Plurinacionalidad? Desde hace tiempo tenemos una reflexión compartida con Podemos y es que uno de los grandes problemas que hay en España es que se ha construido como un estado-nación, cuando en realidad no lo es. En todo caso, es un Estado plurinacional. Es decir, encontramos que el artículo 2 de la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española. De este modo, reconoce que hay nacionalidades y regiones, pero las coloca en una situación de subordinación respecto de la española. Va más allá del caso catalán, también pasa en Galicia.
Pero los países que aceptan cierto principio de plurinacionalidad tienen presencia efectiva de las nacionalidades en las instituciones. La Corte Suprema canadiense tiene cuota de quebequeses. Es decir, no un Ministerio ad hoc. De hecho, este no tendría vocación de permanencia, sino que a la larga debería desaparecer. Sería un Ministerio de Administraciones Públicas y Plurinacionalidad, y serviría para vertebrar muchas cuestiones, como la que comentas. Se creyó así por la propia potencia del instrumento, que tiene fuerza para darle vertebración a la naturaleza del Estado. No es un Ministerio de Cultura, sino una herramienta transformadora de la realidad, para que todas las naciones puedan tener un reconocimiento pleno y en igualdad.
Así pues, un ejemplo es... Transformar todos los organismos del Estado de forma que expresen claramente la diversidad. Hubiera sido muy bonito que Carolina Bescansa fuera presidenta de la mesa. Por primera vez, con una presidenta del Congreso de Podemos, que cree en la plurinacionalidad, se hubiera podido hablar catalán, gallego ...
¿Con traductores? A ver, no lo acabamos de definir tanto.
...Entonces? Lo digo porque conozco a Carolina.
Iglesias se adjudicó ministerios como Defensa e Interior... no Trabajo y Educación. Los barones le dijeron que era "humillante" pedir la vicepresidencia, y decían que hacía un "Gobierno dentro del Gobierno". El objetivo era hacer una oferta que implicara una corresponsabilidad en la formación de Gobierno. Es decir, que no se tuviera que generar un acuerdo que se fuese revalidando a cada ley. Se planteó ese plan, que puso unas primeras bases para desatascar la negociación.
Si la única condición del PSOE para aceptar la propuesta fuera abandonar el referéndum, ¿aceptarían? Si esta fuera la única condición del PSOE entendería que está sacrificando un Gobierno de izquierdas sólo por el referéndum. Yo giraría la pregunta.
A partir de la reflexión plurinacional, ¿cómo observa el desarrollo "si quiera, mínimamente" del Estado Federal del plan del PSOE? Es insuficiente. No sé si es que pretenden desarrollarlo más. Ahora bien, antes de ponernos a hablar del modelo federal, confederal, etc. existe el problema de base que comento y que debe ser resuelto previamente: y es el reconocimiento de las diversas realidades plurinacionales en el Estado.
Así, ¿la "vertebración" que pedís es la forma sutil de evitar el referéndum? En ningún caso. El referéndum es la solución más legítima y potente para poder dirimir los diferentes proyectos políticos que hay en Catalunya. Es un sujeto político, y tiene derecho a decidir si se queda en España, o si quiere construir un Estado nuevo. Pero el ministerio es una reflexión aparte, como decía antes. Son temas que están relacionados, parten del problema de construcción de Estado-Nación. Pero no son sustitutivos.
En Comú Podem prometió durante la campaña un grupo parlamentario propio. No la ha obtenido. ¿Por qué no fueron al grupo mixto, como Compromís? Ir al grupo mixto implicaba menos tiempo y muchas menos intervenciones. Es decir, que a lo mejor podríamos hacer una pregunta cada mucho. Teníamos la responsabilidad de haber ganado las elecciones en Catalunya, y queríamos tener voz propia.
¿Supone un incumplimiento de su promesa electoral? No, porque el resultado de las elecciones es el que fue, y hemos trabajado para que fuese posible.
[De repente, el candidato de Compromís, Joan Baldoví, se levanta de la mesa de al lado, donde tomaba café, y saluda amigablemente a Domènech].
Compromís también está negociando al margen de Podemos. ¿Por qué ustedes no? Porque todos juntos construimos un nuevo grupo. No es un grupo con nosotros integrados dentro de Podemos, sino que es un nuevo grupo plurinacional. Además, este mantiene la disciplina de voto propia, y nos podemos desmarcar. Pero el escenario no se producirá, porque defendemos las mismas ideas. Por tanto, creemos que, de producirse la negociación, que ahora mismo no se está produciendo, tendríamos más fuerza juntos.
Que se estén acercando Compromís e IU al PSOE, ¿puede empujar a Podemos para que también lo haga? Primero, no sé si se están acercando, de momento sólo se han encontrado. Pero nosotros actuaremos siempre en función de lo que creamos, no en función de si nos rodean, como dicen algunos.
¿Estaría usted al equipo negociador, en tal caso? Sí, estaremos todos representados: Podemos, En Marea, En Comú Podem.
Sánchez se pregunta cómo explicaría Podemos a sus bases que votaran en contra de un presidente socialista, para favorecer el Gobierno del PP. Nosotros no entraremos en la lógica del bipartidismo, de "estás conmigo, o estás con el PP". El escenario que dejó el 20D es de fragmentación y rompe con esa idea. Nosotros vamos a votar en función de los acuerdos a que se lleguen. Hay medidas que compartimos con el PSOE, como subir el salario mínimo, que ellos lo harían en dos legislaturas. También quieren aplazar el déficit, pero no explican los millones de recortes que harán. No hablan de puertas giratorias. Lo que no puede ser es un acuerdo de Gobierno con C's y con Podemos.
Por tanto, ¿es sólo por el socio del acuerdo? No es por el socio. Es por las cuestiones que defiende, que son antitéticas a las nuestras. Por ejemplo, en la reforma laboral, quieren el contrato único, o quitar el agravante de la violencia de género, que está en el código penal. Eso está en otra galaxia de la nuestra. Además, que C's no le garantiza la gobernabilidad al PSOE, si no es a través de un acuerdo con los populares. Por tanto, la disyuntiva real es: o un Gobierno del PP, o un Gobierno de izquierdas y de cambio.
¿Se vengó la 'gran coalición' metiéndolos en el gallinero? Quizás hubo cierto componente vengativo por su parte, sí. Pero ya no estamos allí.
Hay quien piensa que Podemos está llevando la investidura al límite porque tiene interés en ir a nuevas elecciones. No lo creo, personalmente. Ahora estamos trabajando mucho para construir la situación actual y desbloquearla, que no estamos pensando en el largo plazo. De verdad, no hemos tenido ningún debate en ese sentido.
Volviendo a Catalunya, ¿cómo valora la creación de una nueva marca para unir CSQEP y ECP? Una magnífica noticia que los diferentes sujetos trabajen para que así sea, porque hay un espacio político que lo pide, tanto por el lado social, como por el de alternativa de país. Pero ahora mismo no hay nada concreto, es sólo una disposición a abrir ese debate. Tras el resultado histórico que obtuvimos, el país está haciendo un llamamiento.
[Con el café, regalaban una galleta de canela, que Domènech desenvuelve y se come].
¿Se comerán también al PSC? [Ríe] No nacemos para comernos a nadie, no queremos ser el PSC 2.0. Pero creemos que hay un espacio político, y que la sociedad pide el nacimiento de una marca, que permita aglutinar las cuestiones sociales y la alternativa de país. Es lo que estamos intentando hacer.
(FOTO exterior: Sergi Alcàzar)