Mireia Elkoroiribe, alcaldesa de Durango del PNV, recibe a ElNacional.cat en su despacho y explica que ella también es de aquellas personas que, hace años, miraban cada mañana si bajo su coche había colada una bomba. Es una forma de entender por qué desde hace casi un año es la alcaldesa de este pueblo vasco de 30.000 habitantes: el único concejal del PP de este municipio le regaló su voto para la investidura —nada a cambio— para que gobernara en coalición con el PSE. Todo, para evitar que el consistorio se mantuviera a manos de Bildu, formación que había ganado las elecciones municipales del 28-M. Las heridas de la lucha armada todavía cuecen en Euskadi, y es por eso que los cordones sanitarios a la izquierda abertzales están normalizados.
El PP optó, después de las elecciones municipales del 28-M, por una estrategia en Euskadi basada en el regalo de votos. Una decisión, desde su prisma, caballeresca. Todo, para evitar que Bildu llegara el poder en muchos ayuntamientos. Es por este motivo, también, que la socialista Maider Etxebarria tiene la vara de alcaldesa de Vitoria, donde gobierna en coalición con el PNV. ElNacional.cat se encuentra por las calles de la capital de la provincia de Álava con Lucía, una ciudadana de 35 años que el pasado 28-M votó al PP: "Los cordones sanitarios serán necesarios hasta que Bildu no condene de forma clara todo lo que hizo". María, de 40 años y votante del PSE, aplaude "la jugada". "Detesto Bildu y no entiendo que este domingo podamos pasar a tener un lehendakari de Bildu, con lo que nos ha costado sacarnos de encima a Otegi," añade. Carmelo, votante del PNV de 70 años, lamenta lo que pasó hace un año en su ciudad, porque "hacer política tendría que significar llegar a acuerdos".
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Al fin y al cabo, en Euskadi es completamente normal que el PP regale votos al soberanismo vasco del PNV con el fin de acordonar a Bildu. La alcaldesa de Durango, Mireia Elkoroiribe, en su conversación con este periódico asegura que la transversalidad de su partido radica en la tradición de "llegar a acuerdos" y también porque el PNV "no es ni de derechas ni de izquierdas". "Ocupamos un lugar central" en la política vasca porque "nuestras políticas sociales son de izquierdas y nuestro modelo económico es de derechas". Destaca, también, la calidad de los jeltzales por "tener buena relación con todas las formaciones".
Por mucho que a Elkoroiribe todavía le pese la lucha armada y que considere que Bildu todavía tiene que ser más claro en su condena a la violencia, destaca que con los concejales de esta formación en Durango han conseguido llegar a más pactos incluso que con el PP. "Solo tenemos líneas rojas con Vox", afirma. No le incomoda haber conseguido la vara de alcaldesa gracias al apoyo de los populares: "Lo viví con alegría, por conseguir el gobierno otra vez después de que cuatro años de oposición". La cuestión es que Durango, igual que Galdakao, es un pueblo donde se explica bien el sorpasso que Bildu le podría hacer al PNV este próximo domingo. En 2019, después de 40 años de gobiernos del PNV, Bildu consiguió gobernar gracias a un pacto con Podemos. En 2023 ganaron las elecciones, pero la entrada del PP en el consistorio los expulsó del gobierno municipal.
La estrategia del PP: exhibir en España el cordón sanitario a Bildu
Jonatan García, doctor en Ciencia Política y profesor de Sociología en la Universidad del País Vasco, afirma en declaraciones en ElNacional.cat que la estrategia del PP no tiene ningún misterio: es un cordón sanitario a Bildu que en el resto del estado español vende muy bien. También apunta en este periódico que el peso que tiene la dirección española del partido en la hoja de ruta de la sucursal vasca: "Cuando el PP vasco ha intentado tener un camino propio, desde Génova 13 se les ha segado este recorrido". "Hace una década Arantza Quiroga empezó a modular el discurso y de golpe desapareció" detalla.
El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, señalaba hace un par de días en una entrevista con este periódico que el PP vasco actual —con Javier de Andrés al frente, designado por Alberto Núñez Feijóo— "se parece a Partido Popular de Mayor Oreja", uno de los estandartes más ultras que ha tenido esta formación. Jonatan García destaca que "el discurso del PP en Euskadi ha sufrido idas y venidas y, no obstante, sigue siendo una de las principales patas que explica la realidad vasca".
El PP, más arraigado a los consensos de la sociedad vasca
Al fin y al cabo, el PP está más arraigado a los consensos básicos de la sociedad vasca que dos formaciones que en los últimos años han intentado ganarle terreno a los populares. Vox y Ciudadanos han defendido, por ejemplo, suprimir el concierto económico vasco. Se trata de un pilar del sistema político vasco que el PP, en Euskadi, no ha entrado a cuestionar.
No obstante, Jonatan García destaca que la migración del voto entre el PP y el PNV sigue siendo complicada que pase. Puntualiza que es más fácil que un votante de los populares confíe su voto en unas elecciones a los jeltzales; mientras que al revés es mucho más improbable. De la misma manera, destaca que un votante del PNV puede apostar por Bildu de una manera mucho más fácil que al revés: votantes de la izquierda abertzale apostando en estas elecciones por el candidato Imanol Pradales.
Sea como sea, el PNV descarta de todas todas aliarse con el PP después de las elecciones de este domingo 21 de abril. La gran duda de estos comicios es si Bildu conseguirá hacer un sorpasso a los jeltzales —en número de votos, escaños o las dos—, pero todo indica que la lehendakaritza se mantendrá en manos del PNV, reeditando un nuevo pacto de gobierno con el PSE d'Eneko Andueza.