El diario The Washington Post ha publicado hoy un duro artículo de la profesora de Derecho de la Universidad Georgetown Naomi Mezey, crítico con el juicio al procés y con el encarcelamiento de los nueve miembros del Govern y líderes de las entidades cívicas catalanas. Según el artículo, todo hace que "la democracia también sea juzgada en España". Advierte que eso tendrá impacto internacional.
Según el análisis, la repercusión del juicio puede tener más repercusiones que el Brexit con respecto a la estabilidad interna y las disputas sobre la soberanía. "Incluso más que el Brexit, la crisis constitucional más grave que ha sufrido España desde la transición a la democracia en la década de los 70 hace presagiar disputas de soberanía e inestabilidad democrática. Y los 12 acusados —antiguos miembros del Govern, parlamentarios y líderes de la sociedad civil— no son los únicos que se enfrentan a un veredicto. Se está juzgando la viabilidad de los estados democráticos de ciudadanía diversa y dividida. En esencia, el juicio en España trata de si las democracias pueden gestionar desacuerdos profundos entre los ciudadanos y seguir manteniendo su compromiso democrático", indica.
The Washington Post advierte que ante esta situación los Estados democráticos tienen la tentación de responder con un "nacionalismo autoritario propio" y la divisa de la "unidad nacional", que explica el atractivo que está adquiriendo el nacionalismo populista por todo el mundo. El análisis advierte que este escenario representa "un reto particular" para España, porque tiene una relación histórica "no resuelta" con el franquismo, y recuerda que el partido ultra Vox ha surgido ahora con un "enfoque vengativo contra la independencia catalana".
Según el análisis, aunque el inicio de esta crisis política viene del fracaso de la reforma del Estatut, estalla con la declaración de independencia y la posterior aplicación del 155. Afirma que no sólo se disolvió el Govern, sino que después "España se ha enfrentado al nacionalismo autonómico [catalán] con su propio nacionalismo y con todos los poderes del Estado: la policía, la cárcel y la mano dura del derecho penal". Por ello no se ha producido distensión.
Para el artículo, el Brexit y el procés catalán son dos posiciones equiparables, en sentido opuesto. "Así como el Brexit es el drama de la salida de Gran Bretaña [de la UE], como ha señalado Fintan O'Toole en The Guardian, el juicio [a los presos políticos] marca el climax del drama español de la inclusión a la fuerza [de Catalunya]", señala.
Según el análisis, el referéndum sobre la independencia es la prueba de ello, porque "no fue legal" pero "tampoco fue ningún delito" y "la única violencia real fue la que causó a la policía que enviaron para intentar frenarlo por la fuerza". Da por hecho que lo que decida el Tribunal Supremo español no servirá para resolver el conflicto, si no es que lo empeora.
"España se enfrenta ahora a las exigencias que presenta el pluralismo. La capacidad que tenga para reconocer y alimentar este pluralismo sin verse amenazado por él determinará si España es capaz de defender la democracia y adaptarla al siglo XXI", concluye.