El ejecutor del 155, Roberto Bermúdez de Castro, se ha mostrado sorprendido por la influencia de ERC en La Moncloa. En una entrevista con ABC publicada este domingo, quien fue secretario de Estado de Administraciones Territoriales del Gobierno ha señalado que, "el año 2017, ERC ni soñaba tener la influencia que tiene hoy en el Gobierno" — una influencia que "está sobredimensionada". Esta lectura se produce en un momento en el cual los republicanos negocian con los socialistas la reforma del delito de sedición, por el cual el PP ha suspendido las negociaciones para renovar el CGPJ.

Cuando ya hace cinco años de la aplicación del 155 a Catalunya, Bermúdez de Castro ha dicho eso sobre ERC cuando ha sido preguntado sobre si los indultos a los presos políticos han provocado una mejora social. "En Catalunya no habrá mejora mientras no se superen determinadas circunstancias, como el asunto de la educación también en español o la convivencia en zonas del interior", ha lanzado al respecto, para añadir que "el Estado tiene que recuperar su lugar". Así, cualquiera diría que al ejecutor del 155 le habría gustado intervenir la educación catalana e imponer el 25% de castellano.

Sin tiempo para imponer el 25%

Pero no tuvo bastante tiempo para hacerlo. "El 155 no se aplicó veinte años, tuvimos siete meses. El tiempo justo y necesario". "Lo que se tiene que hacer es cumplir la ley, siempre, también ahora con las sentencias en materia lingüística", ha afirmado. Y eso de cumplir las leyes es lo que se intenta hacer a Catalunya, después de que el Govern aprobara un decreto que elimina los porcentajes en la educación. Un decreto que ahora revisará el Tribunal Constitucional, a petición del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) — que consideró que el 25% era inaplicable con esta nueva normativa. También revisará la ley que aprobó el Parlament, que establece que el catalán es vehicular y el castellano, curricular.

Sobre la sedición no ha comentado nada, de manera directa. Bermúdez de Castro se ha limitado a decir que no cree que los independentistas catalanes vuelvan a intentar ni hacer un referéndum ni proclamar la independencia, porque "saben que el Estado, cuando se ve atacado, es decir, cuando alguien se salta la ley, reacciona". "La ley está para cumplirla. Espero que hayan aprendido la lección", ha añadido. Y para acabar, se ha vanagloriado de haber ejecutado el 155: "Pasado cinco años, tengo la conciencia muy tranquila. Mis principios no han cambiado. Ahora, actuaría igual que el año 2017". De la misma manera, ha presumido que los altos cargos de la Generalitat no dimitieron tras el 155.