El presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, no quiere renovar al presidente del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC), Miguel Ángel Gimeno, que en breve cubrirá sus cinco años de mandato. Lesmes, que propondrá el relevo en el próximo plenario del Consejo, piensa en la magistrada Maria Eugènia Alegret para el cargo. Alegret es miembro de la conservadora Asociación Profesional de la Magistratura. Esta renovación se enmarca en el malestar de altas esferas de Madrid por la lentitud y laxitud con que se instruye la querella por el proceso participativo del 9-N contra el presidente de la Generalitat, Artur Mas, la ex vicepresidenta del Gobierno, Joana Ortega, y la consejera de Enseñanza, Irene Rigau, por supuesta comisión de cuatro delitos (desobediencia grave, prevaricación, malversación de fondos públicos y usurpación de funciones). Con este cambio, Lesmes quiere espolear al TSJC para que decida con celeridad si imputa o no a Mas y a las dos consejeras después de las elecciones del 27-S y antes de los comicios españoles. De hecho, el pasado 23 de julio, en la entrega de los despachos de la nueva promoción de jueces en Barcelona, Lesmes llamó aparte a Gimeno y lo riñó porque la instrucción de la querella no había avanzado sustancialmente, pese a que Fiscalía de Barcelona la había interpuesto hacía ya siete meses. El malestar entre la máxima instancia judicial en Catalunya y el Consejo viene de lejos. Se ha hecho evidente en los encontronazos sobre la aplicación de las sentencias del Tribunal Supremo que recortan la inmersión lingüística, de las que el PP y Ciudadanos han hecho bandera, o la instrucción de varios casos de corrupción, que no se han tratado con la suficiente rapidez desde el punto de vista de Madrid.
Alegret, la preferencia
Maria Eugènia Alegret, la alternativa en quien piensa Lesmes, ya ejerció la Presidencia del TSJC desde julio de 2004 hasta octubre de 2010. Sustituyó a Guillem Vidal y fue la primera presidenta del TSJC. Al término de su primer mandato al frente de la judicatura catalana, el Consejo estaba absolutamente dividido en dos bandos, según la adscripción de sus miembros a una u otra asociación profesional. Esa situación había causado la acumulación y bloqueo de varias renovaciones judiciales, entre ellas las de Alegret.
Esa situación dejó a la magistrada en funciones durante meses. Su relevo, como el que ahora plantea Lesmes con Gimeno, rompieron con la costumbre del Consejo de renovar por un mandato –duran cinco años– al presidente de un Tribunal Superior que lo ha ejercido correctamente y lo solicita, como era el caso de Alegret. Así ocurrió en octubre de 2010, cuando se llegó a un acuerdo entre el sector progresista y el conservador en los nombramientos pendientes de varios tribunales superiores. En el juego de equilibrios entre las asociaciones judiciales españolas, los conservadores dejaron caer la plaza de Catalunya en favor de los progresistas a cambio de otra. Gimeno, miembro de Jueces para la Democracia, fue elegido para el TSJC por trece votos contra siete de Alegret. Hubo un voto en blanco. Alegret, a pesar de pertenecer al sector conservador, es considerada una magistrada rigurosa y no despierta demasiadas reticencias entre el sector progresista de la magistratura. La Generalitat, que públicamente no se ha pronunciado sobre el cambio, ve con buenos ojos el deseo de Gimeno de renovar el mandato.
Antes de noviembre
La decisión de relevar a Gimeno la tomarán los veinte vocales del Consejo antes del mes de noviembre. Además, tienen que renovar o cambiar a los presidentes de los TSJ de Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla-León y la Comunidad Valenciana. Este plenario, formado en diciembre de 2013, es de mayoría conservadora. Lesmes todavía la reforzó más al renovar a principios de año el verdadero mando de la institución, la Comisión Permanente del CGPJ, formada por cinco miembros y el presidente. Nombró a la vocal Núria Díaz Abad, propuesta por el PP, para sustituir a la catalana Mercè Pigem, que dimitió después que su hermana fuese descubierta sacando de Andorra más dinero del permitido sin declarar. La elección de Díaz levantó críticas de los vocales progresistas. Sus candidatas, Pilar Sepúlveda y Roser Bachs, se quedaron fuera del núcleo de poder del CGPJ. Ahora, este núcleo lo forman los conservadores Núria Díaz Abad, Juan Manuel Fernández y Gerardo Martínez Tristán, además de Lesmes, y como progresistas, Mar Cabrejas y Álvaro Cuesta. Una situación que garantiza a Lesmes que sus propósitos lleguen a buen puerto. Este es el segundo choque por el 9-N que acaba con un cambio jerárquico. El fiscal jefe de Catalunya, Martín Rodríguez Sol, fue destituido el 30 de junio de 2013 por defender una consulta dentro de la legalidad. El fiscal catalán fue relevado por José María Romero de Tejada, que es el firmante de la querella contra Mas. Rodríguez Sol se presenta ahora como número dos en la lista de UDC a las próximas elecciones catalanas del 27 de septiembre. Los conflictos no acabaron aquí. El 18 de diciembre de 2014, Eduardo Torres-Dulce también presentó su dimisión como fiscal general del Estado por discrepancias con la presentación de la querella contra Artur Mas por el 9-N. Con información de Maria Macià y Antoni Maria Piqué