El claustro de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) ha secundado el derecho a la libertad de expresión del profesor de Derecho Constitucional Hèctor López Bofill y ha apostado por hacer una encendida defensa de este derecho "incluso en las ideas que puedan resultar controvertidas". Por lo tanto no habrá ningún expediente ni ninguna sanción para el profesor. La dirección de la UPF propuso en diciembre sancionar López Bofill por un hilo de Twitter donde analizaba las contradicciones que ve en el independentismo. Especialmente, se refirió a un tuit donde el profesor criticaba la hipersensibilidad existente en el independentismo sobre cualquier hipotética respuesta violenta del Estado con muertes, en contraste con la pasividad como se encajan las muertes por covid. "Estoy muy satisfecho de que el claustro de la UPF haya acabado adoptando las medidas de máximo con respecto a la libertad de expresión de los profesores que se encuentran en las universidades más avanzadas del mundo. Finalmente, el incidente que me afectó habrá valido la pena", ha indicado López Bofill.
El texto del claustro de la UPF, presentado a propuesta del equipo de gobierno y con aportaciones de la comunidad universitaria, ha sido refrendado con 73 votos a favor, ninguno en contra y 6 abstenciones. El documento recuerda que la libertad de expresión es uno de los fundamentos de cualquier sociedad democrática y una condición primordial para su progreso y para el desarrollo de las personas y asegura que la Universidad protegerá de la manera más amplia posible el ejercicio del derecho a la libertad de expresión y la libertad académica. Al mismo tiempo, recuerda que esta protección tiene que ser compatible con el deber de ser responsable y el respeto a los derechos de otros, en línea con la visión del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos. "La Universitat Pompeu Fabra mantiene el compromiso firme de garantizar un entorno donde se puedan expresar y escuchar opiniones e ideas diversas, incluso aquellas que puedan resultar controvertidas. La Universidad se tiene que convertir en un espacio abierto donde poner a prueba ideas, cuestionar valores y cambiar el pensamiento en un marco de civismo y respeto, promoviendo el espíritu crítico y tiene que ser todavía más contundente que la sociedad en general en la defensa de la libertad de expresión y en el fomento de todo tipo de debates, y, por lo tanto, no puede aceptar denuncias y presiones que busquen limitarla", indica.
Critica a las maniobras contra López Bofill
La declaración del claustro incluso carga contra los que quisieron atacar a López Bofill, que algunos vinculan a sectores españolistas. "La Universitat reprueba que miembros de su comunidad utilicen las denuncias internas como instrumento para reprobar a las personas con opiniones diferentes, para estorbarlas en su trabajo o para forzarlas a la autocensura", indica sin ambages. El hilo de López Bofill cuestionó el tabú que hay ante la hipótesis que el Estado español respondiera con violencia y causara muertes en el procés, mientras que se aceptan como naturales las muertes por covid. "Contradicciones independentistas 1: se admite resignadamente que mueran casi 25.000 personas de covid-19 y nos hace un terror absoluto que muera alguien a consecuencia de un conflicto de emancipación nacional", tuiteó el jurista el pasado 27 de diciembre. En otro tuit denunciaba la falta de sentido de Estado que tienen algunos sectores, lo que a su entender sería la segunda contradicción independentista: "Querer un Estado y a su vez rehusar los mecanismos coactivos que definen un Estado y que lo hacen viable". En el tercero de estos tuits, señalaba que no es suficiente con intentar ganar elecciones, para conseguir la independencia. "Saber que la democracia ya la ganamos el 1-O y la ganamos a todas las elecciones y no admitir, ni siquiera hablar, que para hacer una independencia hacen falta cosas más allá de la democracia". La cuarta contradicción es la siguiente: "Saber que en un Gobierno ultra PP/Vox la represión será brutal y no hacer nada para acelerar ahora el procés y ahorrarnos la catástrofe". Finalmente, cuestionó el sueño independentista del coste cero. "Querer un Estado sin que España tiemble mucho cuando todos sabemos que el pleno reconocimiento internacional de la República Catalana solamente puede llegar con la disolución del Reino de España" sería la quinta contradicción.