Quien fuera comisario jefe de los Mossos d'Esquadra, Miquel Esquius, ha explicado que recibió la orden de la Junta Electoral Central de pedir retirar toda la simbología y ha concretado que no era una orden difícil de cumplir a preguntas de Vox.
Los Mossos visitaron todos los edificios vinculados a la Generalitat según un listado que se elaboró, y a preguntas de Gonzalo Boye ha dicho que no todos eran responsabilidad del president. A preguntas del fiscal Francisco Bañeres, Esquius ha expuesto todo el procés que se siguió hasta llegar a Presidència: "El director de la oficina del president, cuando se le notificó el contenido del acuerdo para la retirada de la simbología, nos dijo que daría instrucciones inmediatas para que se retirara toda aquella simbología".
Esquius ha explicado que se dieron órdenes por escrito a todas las comisarías para que se comprobara si se sacaban todos los símbolos de los edificios de la Generalitat. Y ha calificado "de anecdóticos" los casos en los que se tardó en quitarlos. "En ningún caso hubo una permanencia", ha asegurado.
Con Esquius se ha cerrado la declaración de los testigos porque defensa y acusaciones han renunciado a los que estaban previstos para por la tarde. Eran el portavoz del grupo parlamentario de Cs, Carlos Carrizosa; la delegada del Gobierno, Teresa Cunillera; la exportavoz de la Generalitat Elsa Artadi, y el síndic de greuges, Rafael Ribó.
Miquel Buch ha presentado un justificante del médico que acredita que por problemas de salud no podía asistir al juicio.