Los candidatos independentistas ventilando sus diferencias a discreción, los representantes de PSC y comuns tirándose los trastos a la cabeza por los pactos, las candidatas de la derecha cargando a diestro y siniestro... El debate electoral de TV3 se ha convertido en una batalla campal que ha enfrentado a todos contra todos, y donde incluso se la ha cargado el director de la cadena, Vicent Sanchis, que nada más ponerse en marcha el programa ha tenido que encajar los durísimos reproches personales de las candidatas de Cs y PP.
El cabeza de lista de ERC, Gabriel Rufián, ha abierto el debate asegurando que los votos de ERC "nunca han sido a cambio de nada, y nunca son a cambio de nada". Era la respuesta directa al reproche repetido que les dedica la campaña de JxCat. Eso no ha evitado que la candidata de Junts, Laura Borràs, se lo echara en cara de nuevo. "Con mucho cariño, Laura, gratis es darle la Diputación de Barcelona al PSC para que no la tenga ERC. Fue un error", ha replicado Rufián.
Pero la cosa no ha quedado aquí. "Usted sabe que me he posicionado claramente en contra del pacto en la Diputación. Sin embargo, si quiere, hablemos y revirtámoslo todo", ha reclamado Borràs, planteando hacer marcha atrás también de los acuerdos donde ERC ha apartado en JxCat. Borràs ha advertido que el problema del independentismo es la falta de unidad.
De hecho, la candidata de JxCat, que ha tenido que luchar en el plató contra los virus que le han atacado la garganta y que le iban fundiendo la voz, ha querido plantear una propuesta nueva para conseguir un grupo parlamentario independentista en el Congreso donde estén todos los diputados de estos grupos juntos. Las toses y el pañuelo de Borràs arriba y abajo se ha acabado convirtiendo en un rumor de fondo del debate.
La cupaire Mireia Vehí ha advertido que para su candidatura tener más escaños no es la solución, y que la apuesta de la CUP es la estrategia de la desobediencia masiva.
La voluntad de Vehí de marcar distancias con ERC, en particular cargando contra la que denominan ley Aragonés, ha provocado perplejidad en Rufián. "Yo no soy tu adversario en este debate", ha llegado a advertir en diferentes ocasiones al republicano. Pero esto no ha conseguido hacer desistir a Vehí, que incluso se ha embrancado con Rufián en reproches sobre su presencia en un acto social donde había representantes de empresas del Ibex, al cual en realidad no asistió, como ella misma ha tenido que acabar admitiendo.
Las cabezas de lista de Cs y PP, Inés Arrimadas y Cayetana Álvarez de Toledo, han entrado en TV3 quejándose por los lazos con que tropezaban a su paso, incluso entreteniéndose en arrancarlos en el caso de la popular.
Cuando finalmente han llegado al plató, la furia se ha desencadenado y el primero en cargársela ha sido el moderador, el director del canal, Vicent Sanchis. "No nos libraremos de usted ni con agua caliente", ha lanzado Arrimadas al periodista, mientras que Cayetana le ha reprochado: "procesado por el 1-O y aquí sigue".
A partir de aquí, Arrimadas, que ha hablado todo el rato en castellano, no ha planteado ninguna propuesta nueva, mientras Álvarez de Toledo ha anunciado que llevará al Tsunami ante la JEC. Tanto la una como la otra han basado su estrategia del debate en seguir tejiendo los hilos argumentales de los últimos meses, con cargas contra el Govern y el presidente en el exilio, Carles Puigdemont —el chiringuito y el fugado, en palabras de Arrimadas— y, en general, contra el procés.
El rasgo definidor de sus intervenciones no han sido las propuestas sino las formas, contundentes, toscas, interrumpiendo constantemente las intervenciones del resto de candidatos. "Veo que Arrimadas y Álvarez no tienen suficiente con su tiempo y toman el tiempo de los otros", ha ironizado el candidato del PSC, José Zaragoza.
Zaragoza y el cabeza de lista de los comuns, Jaume Asens, han tenido su propio debate. El candidato socialista, que ha sustituido a la cabeza de lista, Meritxell Batet, apartada de la campaña por una enfermedad, ha desenterrado el viejo argumento que creó para el PSC del Si no vas, ellos vuelven, para advertir que "la derrota de Sánchez es la victoria de Casado y Abascal".
Asens le ha reprochado que no hacía ninguna propuesta concreta. "¿Tienen alguna propuesta aparte de subcontratar a la policía y los tribunales por un problema político?", le ha interrogado el cabeza de lista morado ya desde la primera intervención.
Los pactos en Catalunya y España han provocado el enfrentamiento de PSC con comunes y con Cs y también con ERC. De hecho, Zaragoza ha propuesto a Rufián que el PSC no pactará con el PP y que ERC se comprometa a no bloquear la investidura del candidato socialista, lo cual ha provocado que la candidata del PP saltara de inmediato. "¡Lo que no dijo ayer Sánchez lo ha dicho ahora Zaragoza: pactamos con ERC!", ha exclamado.
Entre tantos candidatos y tantas batallas cruzadas, el cabeza de lista de Vox, Ignacio Garriga, no ha conseguido un especial protagonismo, pero tampoco ha aparecido como el más radical. JxCat y la CUP han cargado contra la presencia de la ultraderecha nada más empezar el programa, mientras que Zaragoza le ha llegado a acusar de racista. Garriga ha replicado explicando que su madre y su abuela son negras y asegurando que su partido "condena el fascismo".
La disputa entre unos y otros ha provocado que en un momento dado Asens llegara a confesar: "Parece un combate de boxeo, estoy un poco avergonzado". El debate, duro y difícil de controlar, al cabo de dos horas de reyerta ha concluido sin provocar estragos especialmente destacables, más allá de desbocar el catarro de Borràs.