Cuando faltan pocos minutos por|para las 12 del mediodía, un padre explica a su hija bajo una sombra en la calle Provença de Barcelona en qué consiste la amnistía contra la cual este domingo se manifiestan. Cuando acaba su lección, el adolescente se ata una bandera de España al cuello y los dos gritan juntos "Puigdemont a prisión" para unirse a los manifestantes que ha reunido Sociedad Civil Catalana de nuevo un 8 de octubre. Y es que el president en el exilio se ha convertido en el auténtico protagonista de esta manifestación contra la amnistía que los partidos independentistas exigen a Pedro Sánchez si quiere volver a ser investido presidente del Gobierno. En algunos de los casos, este cántico, recurrente desde el 2017 en todas las manifestaciones españolistas, se ha subido el tono de la amenaza: "Puigdemont, al paredón," se ha sentido también por las calles del centro de Barcelona.
Aunque el lema de la manifestación era "no en mi nombre", la única vez que la presidenta de Sociedad Civil Catalana, Elda Mata, ha conseguido que la gente lo coreara ha sido cuando ella misma lo ha pronunciado desde el escenario colocado en el Paseo de Gracia, pero rápidamente se ha vuelto al "Puigedemont, a prisión", que algunos no se podían quitar de la cabeza y que incluso llevaban escrito en pancartas donde el president aparecía en una fotografía entre rejas.
Críticas a Yolanda Díaz y Pedro Sánchez
Las críticas no solo se han limitado al líder independentista exiliado en Bélgica, sino que también ha tenido dos otros grandes objetivos: Pedro Sánchez, presidente en funciones del Gobierno que ya defiende esta posibilidad, y Yolanda Díaz, líder de Sumar que el próximo martes presentará su propuesta en Barcelona. La vicepresidenta ha sido fuertemente silbada cuando Àlex Ramos, de Sociedad Civil Catalana, ha recordado desde el escenario su reunión con Puigdemont en el Parlamento Europeo. Algunos han ido más allá y han dibujado un pene sobre la cara de Díaz en un cartel electoral de Sumar para las pasadas elecciones con el cual manifestantes con la bandera de España no han dudado a fotografiarse sonrientes. En el caso de Pedro Sánchez, en boca de todos, especialmente de Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, los asistentes al acto han querido recordar que "España no se vende, España se defiende", con algunas pancartas que lo acusaban de traidor.
Todos los piropos para Ayuso
Al otro lado de la balanza ha habido esta mañana Isabel Díaz Ayuso. La presidenta madrileña se ha dado un baño de masas en el centro de la capital catalana. Sin ir más lejos, mientras el líder de su partido hablaba con los medios de comunicación, ella se ha zafado para hacerse fotos con algunos de los manifestantes que le agradecían su presencia en Barcelona entre gritos de "guapa" y "presidenta", en los cuales respondía con una sonrisa tímida. Durante toda la semana, Ayuso ha animado al españolismo a volver a Barcelona para defender España ante la posibilidad de una amnistía, pero sus llamamientos no han servido para que el movimiento recuperara la movilización que tuvieron va seis años: el 8 de octubre del 2017, una semana después del referéndum, consiguieron reunir a 950.000 personas (cifra que la Guardia Urbana redujo hasta 350.00). Hoy eran solo 300.000 según los organizadores y 50.000 según la policía catalana. El único que ha podido dar sombra a la madrileña ha sido el exsocialista Paco Vázquez, siempre beligerante contra Sánchez y el independentismo, que se ha dirigido a los manifestantes desde el escenario y se ha marchado ovacionado.