Las elecciones andaluzas del pasado domingo fueron una sorpresa para todo el mundo. Y no sólo para la prensa y el público, que llegaba a reconocer que no se esperaba aquellos resultados. También para las formaciones políticas: el Partido Popular celebraba su primera mayoría absoluta en esta región del sur de España con la emoción a flor de piel y caras de incredulidad; Vox se quedaba con un palmo de narices al mejorar por la mínima sus registros, lejos de ser el revulsivo que se esperaba; y la izquierda del PSOE, Adelante y Por Andalucía se veía obligada a aceptar una derrota contundente, obteniendo la representación más baja desde la dictadura. Pero quien más sufrió sus efectos, sin duda, fue Ciudadanos.

De los 21 escaños registrados en 2018 por los naranjas, situándola como tercera fuerza en el Parlamento andaluz y propulsándola de lleno al ejecutivo regional, se han quedado ahora con un total de cero. De hecho, esta es posiblemente la consecuencia menos sorprendente de los comicios del domingo. Y es que Ciudadanos encadena ya cinco fracasos electorales consecutivos: en 2019 perdió 47 escaños en las generales para quedarse con 10; en 2021 se le escaparon 30 en Catalunya hasta los 6, y 26 en la Comunidad de Madrid para caer en la inexistencia en la capital; y ya este febrero en Castilla y León pasaron de 11 a 1. La derrota andaluza es, pues, tan solo el último capítulo de una lenta travesía hacia a la desaparición obligada.

Pero los dirigentes del partido no lo ven así. A pesar de la crisis innegable que vive el partido desde que Inés Arrimadas tomó las riendas en sustitución de Albert Rivera, ella misma ha manifestado ya esta semana su voluntad de hacer prosperar el proyecto, si bien con una profunda renovación. El martes informó de que esta refundación tenía que ser "de todo": de la marca, el programa y el liderazgo, ya que ella se sometería al voto de las bases. Eso sí, "en menos de tres años". Un plazo bastante dilatado en el tiempo, y que podría significar pasar antes por unas elecciones municipales, autonómicas y generales que podrían dar el golpe de gracia final a un Ciudadanos que ya se encuentra en mínimos.

La seducción del Partido Popular

Con la derrota en Andalucía, han vuelto a aflorar inevitablemente las voces que amenazan con enviar Ciudadanos a la papelera de la historia integrando la formación en el Partido Popular. De momento, la directiva también hace caso omiso. Arrimadas ha asegurado que de los conservadores ya ha recibido numerosas ofertas que ha rechazado. "Si quisiera vivir tranquila, no estaría aquí, a mí me dice la cabeza que España necesita un partido liberal", ha afirmado. Ahora bien, se ha atrevido a guiñar el ojo a los populares, ofreciéndose a colaborar con ellos para "desalojar el sanchismo" de La Moncloa, y compartiendo su "respeto" por los de Alberto Núñez Feijóo. Y el vicesecretario general de Ciudadanos, Edmundo Bal, también ha cerrado la puerta a que su partido se integre en los rivales conservadores. "A mí no me veréis nunca en el PP", ha rematado.

Pero esta no es la sensación que se vive entre algunos de los otros nombres. Y es que ya se está gestando una tendencia crítica con la actual dirección de Inés Arrimadas que cree que la mejor opción para el partido es, precisamente, integrarse en los populares como "corriente liberal". La diferencia con respecto al pasado sería que ahora, en lugar de una lista electoral conjunta, los naranjas estarían obligados a aceptar una anexión en toda regla. "No hay músculo electoral para pedir más", admiten las fuentes a El Español. Eso sí, no se cortarían de hacer algunas demandas propias innegociables, como la promesa de no pactar con Vox y "que no hubiera disciplina de voto en las llamadas cuestiones morales, como el aborto, la eutanasia, la prostitución y el cannabis".

Inés Arrimadas, la primera culpable

Para otros miembros, esta opción no está sobre la mesa. La histórica figura de los naranjas en Catalunya, Carmen de Rivera, que participó en la fundación de Ciudadanos y ha sido diputada en el Parlament durante más de una década, ya anunció este mismo lunes que se daba de baja del partido. La causa, "las reiteradas y nefastas decisiones de su dirección", advertía. Para ella, integrarse en el PP no serviría de nada porque abandonaría el espíritu de los fundadores y volvería al bipartidismo, según explica a ElNacional.cat. "Lo veo muy complicado", admite.

Pero la deriva actual de los naranjas tampoco es buena. De hecho, De Rivera es crítica con la figura de Inés Arrimadas y su reacción al fracaso electoral del pasado domingo. "Tendría que haber dimitido y anunciado un congreso con garantías de refundación", asegura. Para ella, no basta con cambiar el nombre y el color, como pretende la actual presidenta; también hay que modificar radicalmente la directiva. "Dicen que renovarán el partido, pero no es verdad. Hace falta un cambio de liderazgo y autocrítica", advierte, lamentando que Arrimadas "siempre culpa a todo el mundo" y no toma la responsabilidad que le corresponde.

El embrión de un nuevo partido

Y aún más. Hay algunas voces, como la del exdiputado en el Parlament Antonio Espinosa, que no creen que la solución pase ni siquiera por una refundación más profunda, con una nueva directiva que haga caer a Arrimadas. "Al partido le quedan cuatro días, estamos convencidos de la desaparición de Cs", asegura a este diario. "Si no se cambia el liderazgo, no servirá de nada. Y como que no pasará, porque en Ciudadanos no hay cultura democrática, el deterioro será cada vez mayor hasta desaparecer". Tampoco la integración en el Partido Popular es una opción al declive de los naranjas, porque Espinosa asegura que hay algunos sectores del partido liberal que no se vería "cómodo" en una formación abiertamente conservadora, ni siquiera con el liderazgo supuestamente más moderado de Feijóo.

Ante esta situación, el exparlamentario solo ve una posibilidad: crear un nuevo partido. Espinosa fue miembro de la corriente interna Renovadores, que durante dos años trabajó para cambiar la dirección del partido. Habiendo comprobado la negativa de Arrimadas a acceder a sus demandas, esta línea crítica ha decidido abandonar el barco y algunos de sus representantes ya han puesto en marcha, junto con otras personalidades, la creación de un nuevo partido que lleva por nombre Ahora Tú. "Sin cambios de liderazgo interno, no hay ninguna opción a sobrevivir. El modelo de partido de Inés Arrimadas ha fracasado; nuestro modelo será del éxito que queremos". La organización política aún está en un momento embrionario y le queda todavía mucho de recorrido, pero la intención es que sea un espacio de "centro liberal social" que no se decante hacia la izquierda ni hacia la derecha. Con todo, queda claro que el futuro de Ciudadanos queda lejos de ser resuelto con un sencillo cambio de nombre y una gira nacional.