“Reforzar los atributos de la nueva Convergència”. Este es, según los responsables de la campaña a las elecciones generales del 20D de Francesc Homs, el objetivo del discurso del cabeza de lista de Democràcia i Llibertat y que hace dos días que despliega con entusiasmo en una intensa peregrinación por radios y televisiones. De momento, sin embargo, uno de los primeros efectos ha sido desconcertar a los socios republicanos de CDC en el Parlament en el seno de la coalición JxSí. Por no hablar de algunos de los compañeros de partido y de gobierno del hasta el lunes conseller de Presidència que no acaban de entender qué está pasando.
Homs ya sorprendió el lunes cuando apareció en TV3 advirtiendo que “si no se puede garantizar un gobierno fuerte y estable, seguridad jurídica, compromiso con los valores occidentales, particularmente con los europeos, y voluntad explícita de diálogo y pacto con los instituciones españolas y europeas, habrá que convocar nuevas elecciones”.
Pero la noticia de la posibilidad de que se convoquen nuevas elecciones, que tenía que ser una clara estrategia de presión a la CUP, ha puesto también la mosca tras las oreja a ERC. El presidente de los republicanos, Oriol Junqueras, lo ha replicado de buena mañana a través de un tuit.
Un gran acord no només és possible, és imprescindible.
— Oriol Junqueras (@junqueras) November 17, 2015
También la secretaria general de ERC, Marta Rovira, ha querido decir la suya a la misma hora.
Ara és aquella hora que tenim un mandat democràtic, històric, a les nostres mans. I és ara que s'imposa la necessitat d'un acord! #hofarem — Marta Rovira Vergés (@martarovira) November 17, 2015
Bien diferente es la valoración que se hace desde la campaña de Homs. Según las fuentes consultadas por El Nacional, el giro del discurso del candidato ha sido una inyección de moral para los convergentes de base, después de la sacudida que recibieron la pasada semana con las dos votaciones fallidas para la investidura. El "No puede ser que la CUP se lo cargue" –en relación con la voluntad de CDC de "hacer las cosas bien hechas" durante el proceso– habría tenido una gran acogida entre la militancia.