Triple victoria independentista en la sesión de constitución del nuevo Parlament de Catalunya: tendrán la presidencia, la mayoría en la Mesa y ganan un asiento extra en el órgano rector de la cámara. Como era de prever, la negociación entre ERC, Junts y la CUP no ha estado exenta de disputas internas, reproches y miradas de reojo. Sin embargo, si bien se han alargado hasta el límite, las conversaciones han dado los primeros frutos.
De las siete sillas que conforman la Mesa del Parlament, cinco serán para fuerzas independentistas y el PSC ocupará las dos restantes. Junts tendrá dos miembros, la presidenta Laura Borràs y el secretario segundo Jaume Alonso Cuevillas. ERC otros dos, la vicepresidencia primera, que es para Anna Caula, y la secretaría cuarta, para Ruben Wagensberg. Por primera vez a la historia, la CUP también tendrá un cargo, concretamente la secretaría tercera, que será para Pau Juvillà, hoy ausente por contacto estrecho con un positivo. Los socialistas contarán con la vicepresidencia segunda, que ostenta Eva Granados, y la secretaría segunda, por Ferran Pedret.
ERC había arriesgado una de sus dos sillas en la Mesa para garantizar que los anticapitalistas pudieran entrar. Finalmente, la operación les ha salido bien y, gracias al cordón sanitario a Vox, no han perdido peso en el órgano rector de la cámara. En contra de lo que se había especulado, los comunes no se han coordinado con el PSC y la derecha para poder arrancar la silla al independentismo.
Ahora, la investidura
Las concesiones de ERC con Junts y CUP persiguen un objetivo mayor, que es poder sentar a Pere Aragonès a la presidencia de la Generalitat. El acuerdo plasmado hoy allana el camino hacia la investidura, pero queda mucho trabajo por hacer, sobre todo para recuperar la confianza perdida entre los socios de Gobierno. La frialdad con que se han saludado Torra y Aragonès al acabar la sesión en el auditorio hablaba por sí sola.
Los republicanos entienden que de la interlocución con Junts ha salido el compromiso de los de Puigdemont para votar a favor del candidato republicano. Como en las anteriores legislaturas, sin embargo, la llave la tiene la CUP, porque ERC y Junts no suman mayoría. Los anticapitalistas siguen sentados en la mesa de negociación, pero han salido quemados de esta primera fase, con acusaciones a los otros dos actores independentistas de estar mareando la perdiz.
Los cupaires exigen concreciones, sobre la hoja de ruta, pero también sobre sus demandas para prohibir el uso de las balas de foam y apartar la Brimo de los desahucios. ERC y Junts quieren trasladar el debate a una comisión parlamentaria, pero la CUP reclama una respuesta inmediata.
El nuevo plazo para llegar a un acuerdo se estira ahora hasta el 26 de marzo. A lo largo de los próximos días, Borràs abrirá una ronda de contactos con los grupos parlamentarios y convocará el primer pleno de investidura como máximo dentro de dos viernes. Si Aragonès no sale escogido ni en primera ni en segunda votación, se iniciará un periodo de dos meses para conseguir ser investido. En caso contrario, se tendrán que repetir las elecciones.
El retorno de Serret
La nueva presidenta de la cámara catalana ha tenido que compartir protagonismo, hoy, con Meritxell Serret. La exconsellera del gobierno Puigdemont ha vuelto al Parlament tres años y medio después, para tomar posesión de su acta de diputada. La dirigente republicana ha sorprender, incluso algunos de sus compañeros de filas, al aparecer este jueves en el Tribunal Supremo, para regularizar su situación como encausada para el 1-O.
A la llegada al edificio ha sido ovacionada por sus compañeros de filas, a los cuales se han sumado representantes de otros grupos parlamentarios. Al pie de la fachada del Parlamento, Serret se ha fundido en un abrazo con la expresidenta Forcadell, que a diferencia de los presos hombres, todavía disfruta del tercer grado penitenciario.
Serret esta pendiente de ser procesada por desobediencia y malversación. Como este último delito cayó durante el juicio a sus compañeros consellers en la misma situación que ella, la posibilidad de acabar en la prisión cae. Eso sí, tendrá que afrontar un juicio por desobediencia, que puede acabar comportando su inhabilitación.
"Carrizosa, ¿por qué pide la palabra?"
Como manda el reglamento, el pleno de constitución lo preside el diputado de más edad, que una vez más ha vuelto a ser Ernest Marargall. El dirigente de ERC ha aprovechado para dirigir unas palabras al resto de parlamentarios. Para empezar, dando la bienvenida a Meritxell Serret.
Las primeras palabras de Maragall han hecho saltar la cabeza de filas de Ciudadanos, que ha pedido turno para denunciar que se estaba extralimitando de su "estricta función protocolaria", excluyendo "a la mayoría de catalanes". El presidente de la Mesa de edad lo ha intentado tranquilizar garantizándole que cuando escuchara el discurso entero acabaría rectificando. Pero como era de esperar, no ha sido así.
Maragall ha hablado de presos políticos, de exiliados, ha cuestionado que España sea una democracia llena, ha criticado la "manía" de los tribunales en la persecución del independentismo y se ha comprometido a combatir la extrema derecha.
Acto seguido, Carrizosa volvía a levantar el dedo. "Su discurso no se corresponde con lo que piensa a la mayoría de catalanes", ha advertido. "No hay presos políticos ni exiliados, hay condenados y fugados".
Comienza a rodar la décimo tercera legislatura. Veremos si, en contra de los sucedido en los últimos años, dura los cuatro años que debería.
En la imagen principal, seis de los siete miembros de la Mesa. / Sergi Alcàzar