La irrupción en el caso 9N del exconseller de la Presidència Francesc Homs hace que la consulta pueda acabar saltando a Madrid al mismo tiempo de hacerse el juicio. Homs es diputado de Democràcia i Llibertat en el Congreso y, por lo tanto, aforado. Su nueva situación política hace que no lo pueda investigar el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya. El juez que investiga el 9N desde Barcelona tiene que decidir si incluye Homs en la misma pieza del expresident Artur Mas, Joana Ortega e Irene Rigau, o bien abre una separada. Si acaban siendo dos, Mas, Ortega y Rigau les juzgarán en Catalunya y se ahorrarán ir a Madrid.
La fiscalía ve bastantes indicios como para sentar a Mas en el banquillo de los acusados. En su escrito acusa al expresident de "desatender el mandato del Tribunal Constitucional", que había suspendido la consulta. Los fiscales Francesc Bañeres y Emilio Sánchez Ulled remarcan que el expresident convocó el 9N por voluntad propia e intencionadamente a pesar de saber que estaba prohibido. Acusan a Mas de dar las órdenes a todos los departamentos de la Generalitat necesarios para hacer la consulta y de salir en rueda de prensa para reaccionar contra la orden de suspensión del Tribunal Constitucional.
A a la vicepresidenta Joana Ortega la hacen responsable de asumir el control público y la coordinación de todos los preparativos. Y a Rigau, de convencer a todos los directores de los institutos de Catalunya para que abrieran los centros. También lo acusa de comprar 6.695 ordenadores portátiles para las mesas. La fiscalía cree que sin su actuación y sin todos los recursos públicos, no se hubiera podido hacer el 9N. Homs, en cambio, aparece como firmante de una carta a la empresa T-SYSTEMS ratificando que la consulta salía adelante para que tuvieran a punto los tres programas informáticos que hacían falta.
Eso puede hacer que el juez instructor de la sala de lo Civil y Penal del TSCJ, Joan Manel Abril, acabe decidiendo quedarse con el caso y enviar a Madrid sólo a Francesc Homs. Abril tiene la instrucción prácticamente acabada. Los que lo conocen no lo consideran un juez muy conservador, y es de los pocos que pasean por la Audiencia de Barcelona utilizando el Whatsapp. Un hecho relevante, teniendo en cuenta que algunos de los magistrados todavía no utilizan ni el correo electrónico. Una vez el juez del 9N tome una decisión, enviará un escrito al Tribunal Supremo y el alto tribunal dirá si lo ve oportuno. La última palabra la tendrá el Supremo.