El Gobierno continúa decidido a defender a Marruecos frente a todas las críticas posibles. Y el principal artífice de la estrategia de distensión con la monarquía alauí, el ministro de Asuntos Exteriores se ha reiterado una vez más este fin de semana. José Manuel Albares ha celebrado los "excelentes resultados" que está dando para el país la "nueva etapa" inaugurada con Marruecos, construida "sobre bases más sólidas basadas en principios de respeto mutuo, de beneficio, de no injerencia en asuntos internos, de no acciones unilaterales", según ha explicado en una entrevista en El Español. Unos resultados que se concretan, dice, en materia de "lucha contra las mafias que trafican con seres humanos", exportaciones y economía.
Pero no todo el mundo dentro del ejecutivo central lo ve igual. Hace solo unos días, la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, generó polémica al acusar Marruecos de ser una "dictadura", unas palabras que no fueron nada bien recibidas por el PSOE. A la entrevista, Albares no ha querido sacar zumo del debate, asegurando que fue una opinión "a título particular que está dentro del juego de los partidos políticos". "Pero lo importante es cuál es la posición del Gobierno", ha dicho. Él mismo ha evitado pronunciarse sobre si considera que Rabat no es una democracia, pero ha preferido echar pelotas fuera afirmando que un ministro de Asuntos Exteriores "no es un comentarista de Derecho Constitucional comparado". "La diplomacia es mucho más un arte que una ciencia, no tiene leyes matemáticas. Pero hay una cosa que es casi una ley en diplomacia: uno tiene que tener las mejores relaciones con aquellos vecinos con los cuales tiene una frontera terrestre".
En la polémica por las palabras de Yolanda Díaz también entró el Partido Popular. A pesar de haber tenido una retórica contundente con el acercamiento de Pedro Sánchez y Mohammed VI a lo largo de los últimos meses, en este caso la secretaria general popular, Cuca Gamarra, declaró que Marruecos "no es una dictadura" y que "eso marca las relaciones bilaterales" entre España y el país vecino. Pero esta tregua de los conservadores no ha sido suficiente para Albares, que ha cargado con contundencia. "Desde que Alberto Núñez Feijóo está al frente del PP, ha ido deslizando de manera muy peligrosa hacia posiciones antimarroquíes", ha lamentado. "En el fondo, este giro es un retorno a los orígenes del PP, el retorno a una política con el Marruecos de enfrentamiento".
El ministro de exteriores ha querido ir más allá, evitando ningún tipo de autocrítica por haber mejorado las relaciones con un país que vulnera los derechos del pueblo saharaui. Por el contrario, ha hurgado en la herida indicando que el PP se encuentra "dividido" por la estrategia de Feijóo porque, más allá de su crítica contra el Gobierno, Albares constata con que el presidente de Ceuta, el popular Juan Jesús Vivas, "es favorable a esta línea política". "Y veo el silencio del presidente de Andalucía, Juanma Moreno, no lo veo emitir críticas a esta buena relación con Marruecos y, por lo tanto, el PP está dividido".
La relación "con total normalidad" entre Sánchez y Meloni
Por otra parte, Albares también se ha pronunciado sobre la reciente polémica que generó la visita del presidente español, Pedro Sánchez, en Italia para encontrarse con la primera ministra Georgia Meloni, limpiada a la extrema derecha y dura con la llegada de migrantes. El ministro español ha dicho que la relación entre los dos mandatarios es "con total normalidad", añadiendo que el gobierno central tiene su propia posición" respecto de la migración. "Nosotros queremos un equilibrio entre responsabilidad y solidaridad". Ahora bien, también ha señalado que los Estados de primera entrada no pueden enfrentarse "solamente" a este fenómeno, por lo que ha pedido la cooperación de la Unión Europea para encontrar una solución.