Acto central de la campaña del PPC. Los populares han reunido este mediodía un millar de personas en el Hotel Barceló Sants. Un mitin en formato unplugged que ha permitido a los candidatos soltar-se el pelo y disparar con más artillería pesada que con saetas finas y diestras. Jorge Fernández no se ha sido por los cerros de Úbeda y ha tildado de "traidores" los que fomentan el independentismo, que ha definido como el "mayor desafío que ha tenido el pacto constitucional del 78". Un mensaje directo a Artur Mas. "España ni se negocia ni se rompe ni acepta ningún chantaje", ha advertido después de pedir la dimisión "por dignidad" de Mas.

Camacho: "El impresentable lenguaje de la calle de la CUP"

La historia tiene perversiones curiosas como es oír continuamente en actos del PP referencias a la CUP. El partido de gobierno en el Estado y, como apuntan las encuestas, virtual primera fuerza del 20D, centra sus críticas en los cuperos.

Buen ejemplo de esta nueva práctica lo ha protagonizado este mediodía la presidenta del PPC, Alicia Sánchez Camacho, en su intervención en el mitin central de campaña. Camacho ha fusionado CUP, Mas y proceso en una divisa de combate contundente: "Mas utiliza el impresentable lenguaje de la calle de la CUP".

Los candidatos provinciales, sin manías

Acabada la intervención de Camacho ha llegado el turno de los candidatos de las demarcaciones provinciales. Todos han endurecido el tono y han clamado por la unidad de España con argumentos que han pasado la frontera del etnicismo.

El jefe de filas por Lleida, Josep Ignasi Llorens, ha acusado a la Generalitat y el "proceso" de parar los pagos de la Política Agraria Común a los campesinos de Ponent. Concepció Veray, la candidata por Girona, ha apuntado como mérito del PP haber enlazado el AVE de Girona hasta Francia.

Pero quien se ha llevado la palma de las intervenciones ha sido el candidato tarraconense, Jordi Roca. El cabeza de filas del PPC, ha acusado al soberanismo "de haber eliminado España de los medios públicos, de las escuelas y de avergonzar a la gente por sus orígenes". "¡A partir de ahora sobre Catalunya hablaremos nosotros!", ha sentenciado con tono de advertencia.

Jorge Fernández y el "traidor"

El candidato del PPC ha pronunciado un discurso durísimo contra el soberanismo y, en especial contra Artur Mas. En una hipérbole controlada, Jorge Fernández ha llegado a acusar al presidente de "traidor". "Estamos ante el mayor desafío al pacto constitucional del 78, y quien rompe el pacto es un traidor y pone en peligro la convivencia", ha asegurado.

Jorge Fernández también ha avisado de que está dispuesto a "dialogar, negociar o reformar lo que sea", pero si todo apunta a "reforzar la nación española". "España ni se negocia ni se rompe ni acepta chantajes", ha advertido. Asimismo, ha tildado a los independentistas de "maniqueos" y de "mentir y engañar gran parte de los catalanes con el derecho a decidir o el 'no nos dejan votar'".

En todo caso, el también ministro del Interior ha señalado que el PP "no caerá en provocaciones" delante de los que quieran "una respuesta efectista para multiplicar su victimismo". "Ganaremos con la fuerza de la ley y del estado de derecho; la democracia española no permitirá que los oportunistas la rompan desde dentro", ha enfatizado. "Seremos firmes en el fondo, inteligentes en la forma y no haremos pagar a los catalanes la irresponsabilidad de sus dirigentes", ha concluido.

"Llibertad, amnistia i Estatut d'autonomia!"

Curiosamente, Jorge Fernández ha alabado los eslóganes de Catalunya en la transición como "Llibertat, amnistia, Estatut d'autonomia" o "Catalunya, un sol poble", como proclamaba el PSUC. Unas divisas que ha contrapuesto a lo que según su opinión está llevando a cabo el soberanismo, que es "fracturar la sociedad catalana".

PSOE, el caballo de Troya de todo

El cabeza de filas del PPC ha acusado al PSOE de ser el "caballo de Troya del independentismo, por el tripartito o por haber pactado con la CUP para alcanzar alcaldías como las de Badalona o Castelldefels". También ha criticado a los partidos emergentes como Podemos, definiendo España "como un país serio que no es una asamblea ni un plató de televisión".