La incertidumbre con la que ha bailado Junts per Catalunya hacía presagiar una mañana frenética y diabólica para escoger la presidencia del Congreso de los Diputados. Las crónicas periodísticas vaticinaban una votación de infarto y de emociones fuertes. Pero los siete diputados de Junts han reventado el globo a las 11 de la mañana cuando se han sumado a la mayoría progresista reducida el 23-J y han votado a favor de la elección de Francina Armengol como piloto de la vida parlamentaria, obteniendo 178 apoyos (PSOE, Sumar, ERC, EH Bildu, PNV y BNG). De rebote, esta suma ha tirado por el suelo las aspiraciones de Cuca Gamarra, que ha recolectado 139 votos (PP, Unión del Pueblo Navarro y Coalición Canaria). Los populares han acabado tirándose los platos por la cabeza con Vox, que se ha quedado sin una silla en la Mesa. En resumen, Junts se estrena en Madrid practicando el juego de la política y, con el movimiento de este jueves, da esperanzas al PSOE y Sumar para hacer presidente a Pedro Sánchez. La legislatura ya anda, pero falta el hueso más duro: la investidura, que requerirá mucha mano izquierda.
Primero, la presidencia del Congreso; después, la investidura
El entorno de Puigdemont se ha encargado de rebajar el impacto del voto positivo a las primeras de cambio apresurándose a recordar que el sí a Armengol no presupone el sí a Sánchez. Dicen que son dos estadios completamente diferentes y que no se pueden mezclar para nada del mundo. En cualquier caso, el gesto de Junts sí que tiene carga simbólica porque, aunque sea para la Mesa del Congreso, por primera vez Waterloo se sienta a jugar la partida con el PSOE en la capital española. Y con acuerdo sobre la mesa bajo la denominación de "hechos comprobables". Una vez acabada la sesión, la portavoz de Junts, Míriam Nogueras, ha corrido a subrayar "el principio de desconfianza" que todavía mantienen sobre los socialistas y que les hace ser "muy escrupulosos en las negociaciones". "Hoy no hay ninguna conversación ni negociación con respecto a la investidura", ha remachado Nogueras para desvincular las dos carpetas.
La actitud se parece a la de Esquerra Republicana, de quien se presumía el voto favorable a Armengol, a pesar de los intentos de los portavoces republicanos de no dar por "garantizados" sus apoyos. Los siete de Gabriel Rufián insiste en que ahora empieza "la segunda fase" de la negociación, que implica una investidura. Además, aprovechando el acuerdo de Junts, los republicanos evidencian que la negociación con el Estado es "la única alternativa" y ponen en valor los frutos de la mesa de diálogo con el Estado. "Nunca pediremos perdón por hacer política", ha asegurado el portavoz de ERC al confirmar el pacto con los socialistas.
La elección de Armengol es un balón de oxígeno para el PSOE. Para los socialistas es un empuje para pensar que Pedro Sánchez puede repetir como presidente del Gobierno. Lo tiene más cerca que ayer, es un primer hito -para nada definitivo- porque la investidura es otra historia. Al PSOE le tocará volver a sudar sangre con Junts per Catalunya si quiere mantenerse en La Moncloa. Por desesperación del Partido Popular, lo que ha dejado clara la votación de los 178 es que no hay ninguna mayoría alternativa a Sánchez y que Alberto Núñez Feijóo está más aislado de lo que se pensaba. Sí que ha atado a Coalición Canaria, pero se ha distanciado de Vox. Feijóo, que quiere presentarse a la investidura si el rey Felipe VI se lo pide, hoy le ha cogido las medidas al banco de la oposición.
Impulso del catalán, dos comisiones y sin pacto para la amnistía a cambio de Armengol
El grueso de los acuerdos de los independentistas catalanes con el PSOE se fundamentan en el impulso del catalán a diferentes niveles. Junts ha empujado al Gobierno, a través del ministro José Manuel Albares, a solicitar que el catalán, el euskera y el gallego sean lenguas oficiales en la Unión Europea. Y eso se tendrá que debatir a las instituciones europeas el 19 de septiembre. Para poner un lacito a la votación, el PSOE también ha avalado que se normalice y se regularice el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso de los Diputados, a petición de ERC y Junts. De hecho, la flamante presidenta Armengol se ha comprometido a permitirlas desde ahora mismo después de parafrasear a Salvador Espriu en la cámara baja. Ahora habrá que ver cómo se lo hace la presidencia del Congreso, ante el riesgo de que no haya investidura, para aplicar el compromiso con el uso de las lenguas cooficiales.
Al margen del debate lingüístico, Junts ha rascado al PSOE una comisión de investigación de los atentados del 17-A y, con los republicanos, una comisión sobre el caso de espionaje Pegasus. Por encima de eso, la amnistía será uno de los elementos nucleares de las próximas semanas. En un primer comunicado, Esquerra ha indicado que, para "desjudicializar el procés", una de las vías es promulgar una ley de amnistía. Al final, lo han acabado borrando sin concretar qué compromiso exacto han arrancado a los socialistas. La amnistía es más vertiginosa.
La izquierda domina la Mesa; Vox queda fuera
El primer matchball del PSOE pasaba por controlar la Mesa del Congreso y lo ha conseguido gracias a la mayoría plurinacional. Las nueve sillas se las han repartido el PSOE (3), Sumar (2) y el PP (4) y eso se traduce en que la izquierda dominará los tiempos del órgano de gobierno de la vida parlamentaria. Ahora bien, el contrapunto de la votación es que Vox ha quedado fuera después de que el PP se negara a prestarles votos para una vicepresidencia ultra, tal y como pasó en la anterior legislatura. El desacuerdo entre los socios a la derecha enfría las relaciones entre Feijóo i Abascal ahora que acaban de pactar en ayuntamientos y comunidades autónomas.
Al margen de Francina Armengol como presidenta, Alfonso Rodríguez de Celis (PSOE) será vicepresidente primero, José Antonio Bermúdez de Castro (PP) como vicepresidente segundo, Esther Gil (Sumar) ocupará la vicepresidencia tercera y Marta González (PP) ostentará la vicepresidencia cuarta. Con respecto a las secretarías, Gerardo Pisarello (Sumar) ocupará la primera, Isaura Leal (PSOE) la segunda, Guillermo Mariscal (PP) la tercera y Carmen Navarro (PP) la cuarta.