Ni una. Ninguna de las propuestas independentistas relacionadas con el conflicto catalán que abordaban cuestiones relacionadas con el derecho a la autodeterminación, la amnistía, investigación del CatalanGate o la reforma del delito de sedición han sido aprobadas en el Congreso de los Diputados. Después de tres días de pleno en el marco de la celebración del debate del estado de la nación española, que no se celebraba desde el año 2015, este es el balance final para la parte catalana. Ha sido a última hora del jueves cuando se han votado un total de 138 propuestas de resolución presentadas por todos los grupos. ERC, Junts, la CUP y el PDeCAT han presentado iniciativas de carácter general y otras centradas en el conflicto catalán, y estas han recibido el rechazo frontal del PSOE, cuando sólo faltan unas horas para que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se reúnan en Madrid para llevar a cabo una reanudación del diálogo.
Las propuestas presentadas por los grupos independentistas han recibido votos a favor de otros grupos como Bildu o el BNG, pero no se han aprobado después de que el PSOE haya cerrado la puerta a todas ellas. Además, los socialistas han ignorado en todas sus propuestas el conflicto de Catalunya, y tampoco han entrado a negociar con los grupos independentistas posibles enmiendas para poder aprobar alguno de los textos presentados por los catalanes independentistas. En cambio, los socialistas sí que han aceptado enmiendas de ERC a propuestas de resoluciones suyas en cuestiones relacionadas con el tercer sector, la ampliación de la vivienda o para hacer efectivo el traspaso a la Generalitat de la gestión y los recursos de las becas de la educación superior.
Los tres partidos independentistas no han presentado conjuntamente ninguna propuesta, aunque han coincidido con bastantes, como por ejemplo la investigación del CatalanGate que han pedido ERC, Junts, la CUP y el PDeCAT. No han prosperado. Sí que ha habido propuestas conjuntas, sin embargo, por parte de independentistas del estado español con ERC: los republicanos han presentado una propuesta conjunta con Bildu y BNG sobre la plurinacionalidad del estado, el derecho a decidir y el diálogo, que, en cambio, sí que ha recibido el apoyo de Unidas Podemos.
Con respecto a otras propuestas de ERC, también el PSOE ha vetado aquellas donde pedía reformar la rebelión y sedición, reconocer que en el referéndum del 1-O no hubo violencia por parte de la ciudadanía, indultar plenamente a los presos políticos catalanes y retirar los procedimientos de extradición contra los políticos en el exilio. Por su parte, Junts había pedido respetar la voluntad de autodeterminación expresada por el pueblo catalán en el referéndum del 1-O, decretar la amnistía total para los condenados por organizar el referéndum y para los encausados por participar en protestas relacionadas con el procés, investigar las vinculaciones del CNI con el 17-A y reprobar el TC por perseguir a los líderes independentistas. También el PDeCAT había propuesto convocar la mesa de diálogo y que en ella se acuerde una votación para los ciudadanos de Catalunya y investigar el CatalanGate, pero de nuevo no ha recibido el apoyo del partido del presidente español, Pedro Sánchez. Tampoco las propuestas de la formación anticapitalista para reconocer el derecho a la autodeterminación, la abolición de la monarquía y la derogación de la ley Mordaza han prosperado.
Catalunya, olvidada en el debate
Estos son los números de las propuestas de las resoluciones pero más allá de las votaciones, el debate ha seguido una tónica similar durante los tres días: el conflicto de Catalunya no ha sido una prioridad para el presidente del Gobierno, a quien los partidos independentistas han tenido que recordar que el procés está vivo y que prueba de eso es la mayoría independentista que existe en el Parlament de Catalunya. Todo lo que se limitó a decir Sánchez en su primera intervención el martes fue que en Catalunya existe una "brecha emocional" entre independentistas y españoles que había que corregir. No fue hasta que se sintió interpelado por los partidos independentistas que entró más a fondo, pero centró su discurso a reivindicar la mesa de diálogo, llegar en ella a concreciones, y exigir que Junts se sume para que la representación del Gobierno catalán sea completa.
Se acaban con este balance tres jornadas del debate del estado de la nación donde el foco político se ha trasladado a Madrid, y donde se ha escenificado un cambio de rumbo en las políticas de Pedro Sánchez que ha servido principalmente para consolidar la relación con los socios, Unidas Podemos, después de que el jefe del Ejecutivo decidiera anunciar medidas como la gratuidad de Rodalies, impuestos contra energéticas o entidades bancarias. También se ha abordado la reforma exprés para desbloquear la renovación del Tribunal Constitucional, en un intento también por acercar de nuevo a los socios habituales, ERC: los republicanos se han abstenido en la ley de memoria democrática, pero han votado a favor del decreto anticrisis por la guerra y la renovación del Poder Judicial.