El Reino Unido y la Unión Europea ya se mueven por caminos separados. Cuatro años y medio después del referéndum sobre la pertenencia al bloque comunitario, este 1 de enero se consolida la ruptura de una alianza compleja que ha durado casi medio siglo. Los británicos ya no están en el mercado único, y la nueva relación entre Londres y el bloque comunitario se rige por un nuevo acuerdo alcanzado 'in extremis' la víspera de Navidad. El Brexit se ha llevado por delante a dos primeros ministros –David Cameron y Theresa May- y ha situado en Boris Johnson al frente del 10 de Downing Street. La Unión Europea pierde a uno de sus grandes contribuyentes, no sin antes blindarse de las consecuencias que comporta entrar en un terreno hasta ahora desconocido para las dos partes.
El acuerdo entre la Unión Europea y el Reino Unido sitúa el comercio como eje central, con una relación de intercambios valorada en unos 700.000 MEUR. En este sentido, las dos partes han pactado garantizar el comercio con cero tarifas y cuotas, estableciendo un mecanismo que tiene como objetivo asegurar la igualdad de condiciones en comercio. La única diferencia residirá en la obligatoriedad de someterse a controles aduaneros, un tema donde las empresas todavía desconocen el impacto que eso tendrá sobre su negocio. Al mismo tiempo, tanto el Reino Unido como la UE se comprometen a mantener "altos estándares" en temas de medio ambiente y en cuestiones laborales.
Con respecto a la pesca –uno de los puntos más controvertidos durante las negociaciones-, el texto prevé un periodo de cinco años y medio de transición, dónde la UE tendrá que devolver el 25% de sus capturas hasta el 2026.
En materia de seguridad, el acuerdo establece un nuevo marco para la cooperación policial y judicial en asuntos penales. Las dos partes han remarcado la importancia de seguir luchando contra el terrorismo y el crimen organizado y, a pesar de las exigencias que presentaba inicialmente el Reino Unido, se ha conseguido mantener una "estrecha cooperación" en asuntos cruciales.
En cuanto a programas de desarrollo, el Reino Unido se ha comprometido a seguir formando parte de Horizonte Europa, pero se ha desvinculado de otros, como por ejemplo el programa Erasmus. Con respecto a la circulación de personas, la UE tratará el Reino Unido como un tercer país y, por lo tanto, se aplicarán las leyes nacionales de cada estado miembro. A partir de ahora, los ciudadanos británicos que quieran viajar a cualquier país de la UE se tendrán que acoger a un programa de exención de visado si su estancia es inferior a 90 días.
El referéndum, una promesa de Cameron que acabó con su dimisión
El año 2013, el líder conservador David Cameron prometió la celebración de un referéndum si ganaba las elecciones de 2015 para tranquilizar el ala más euroescéptica del partido. Cameron salió reelegido, y en junio de 2016 cumplió su promesa: los británicos votaban en referéndum si querían seguir formando parte de la UE. Contra todo pronóstico, el Brexit se impuso por un 51,9% de los votos. Cameron dimitió y Theresa May tomó el relevo, aunque su paso por Downing Street no acabó como deseaba. May fracasó tres veces en el intento que el parlamento británico aceptara el texto del acuerdo que había propuesto y acabó renunciando.
Ya con Boris Johnson como primer ministro, el acuerdo obtuvo el visto bueno de la cámara, un acuerdo que dio paso a unas intensas negociaciones con la Unión Europea. Las dos partes se mantenían enrocadas y un Brexit sin acuerdo tomaba fuerza. En septiembre, el gobierno británico presentó el proyecto de la Ley del Mercado Interior, que violaba partes del acuerdo de retirada de la UE. Johnson salió adelante con la tramitación aunque desde su entorno se admitió que la ley violaba la ley internacional.
Más adelante, bien entrada el otoño, Bruselas y Londres se acusaban mutuamente de bloquear los progresos y negarse a moverse de sus posiciones. A diciembre, y después de numerosas llamadas –e incluso una visita presencial de Johnson en Brussel·les-, Londres se comprometió a retirar las cláusulas conflictivas de la Ley del Mercado Interior y abría la puerta a un posible acuerdo.
Con el acuerdo avalado de forma unánime por los 27 estados miembros, se abre un capítulo nunca visto hasta ahora: la marcha de un estado miembro de la UE. Catalunya también vivirá de cerca la situación. El Reino Unido es el segundo mayor emisor de turistas, sólo por detrás de Francia, y las exportaciones catalanas en el país británico sumaron 4.318,1 MEUR en el 2019, un 10% más con respecto al ejercicio anterior.