Serenidad, tranquilidad y confianza "en la unidad y continuidad" de España y seguridad en "la primacía y defensa de nuestra Constitución". Es la idea central que ha trasladado el rey de España, Felipe VI, en el tradicional discurso de Nochebuena, el segundo que realiza desde que relevó a su padre, Juan Carlos I, al frente de la Corona y la jefatura del Estado. En un contexto de incertidumbre política por el llamado desafío soberanista catalán, materializado en la victoria independentista del 27S, al que se han añadido las incógnitas abiertas tras las elecciones generales del 20D, el monarca ha llamado al "diálogo, la concertación y el compromiso" para que los partidos alcancen acuerdos que garanticen la estabilidad.
España constitucional
En el mensaje, emitido por primera vez desde el Palacio Real de Madrid, el jefe del Estado ha retomado su apuesta por profundizar en los valores de la España constitucional, como ya hizo en su discurso de proclamación. El mensaje de Navidad abunda en alusiones a la diversidad constitutiva del Estado y el espíritu conciliador de la Constitución vigente como soporte de una España en la que, ha reiterado, "caben todos los sentimientos y sensibilidades" y las "distintas formas de sentirse español"."Creo sinceramente que hoy vivimos tiempos en los que es más necesario que nunca reconocernos en todo lo que nos une. (...) Es necesario ensalzar todo lo que somos, lo que nos hace ser y sentirnos españoles. (....) en la España constitucional caben todos los sentimientos y sensibilidades, caben las distintas formas de sentirse español; de ser y de sentirse parte de una misma comunidad política y social, de una misma realidad histórica, actual y de futuro, como la que representa nuestra gran nación".
Diversidad, autogobierno y ley
El Rey ha señalado que además de una "gran nación", España es también "un gran Estado" cuya solidez se basa en los valores constitucionales y las "reglas comunes de convivencia". "Un Estado que reconoce nuestra diversidad en el autogobierno de nuestras nacionalidades y regiones; y que tiene en el respeto a la voluntad democrática de todos los españoles, expresada a través de la ley, el fundamento de nuestra vida y libertad", ha enfatizado.Orgullo y cohesión nacional
El Rey entiende que "ser y sentirse español (...) es un sentimiento profundo, una emoción sincera, y es un orgullo muy legítimo" y ha expresado la necesidad de "fortalecernos en nuestra cohesión nacional" para "impulsar nuestro progreso". El monarca ha llamado a anteponer "España y el interés general de los españoles".Nueva legislatura: diálogo
Felipe VI ha abordado la situación creada por el panorama abierto –y prácticamente inédito– que han dejado las elecciones del 20D, en las que ninguna formación política ha obtenido apoyos suficientes para encabezar en solitario la formación de gobierno y en las que las posibles combinaciones de pactos aparecen como muy complejas.Así, ha recordado el papel central de las Cortes Generales como ámbito para el "debate" y el "diálogo" entre las formaciones políticas, y ha realizado una apelación a los partidos para garantizar la estabilidad: "La pluralidad política, expresada en las urnas, aporta sin duda sensibilidades, visiones y perspectivas diferentes; y conlleva una forma de ejercer la política basada en el diálogo, la concertación y el compromiso".
Orden constitucional
De nuevo aludiendo implícitamente a la cuestión del encaje Catalunya-España, el Rey ha advertido contra todo intento de "ruptura de la ley" y la "imposición de una idea o proyecto de unos sobre la voluntad de los demás españoles". "Respetar nuestro orden constitucional es defender la convivencia democrática aprobada por todo el pueblo español; es defender los derechos y libertades de todos los ciudadanos y es también defender nuestra diversidad cultural y territorial"."Por eso, esta noche quiero reiterar un mensaje de serenidad, de tranquilidad y confianza en la unidad y continuidad de España; un mensaje de seguridad en la primacía y defensa de nuestra Constitución", resumió. Con el mismo propósito, el Rey ha expresado su esperanza, en un contexto de alta imprevisibilidad en el escenario político, que "la reflexión serena" y el "contraste sincero y leal de las opiniones (...) alimenten la vigencia de nuestro mejor espíritu constitucional".
Economía y terror global
Ante la persistencia de los efectos de la crisis económica, Felipe VI ha apelado a la necesidad de priorizar la economía para recuperar "la tranquilidad y la estabilidad" de los ciudadanos y las familias. Igualmente ha aludido a los desafíos europeos y globales, como el que plantea el terrorismo yihadista –ha recordado los atentados de París–, el drama de los refugiados o el de los migrantes. También ha citado la lucha contra el cambio climático y ha apuntado la necesidad de que España "se haga oír" en la UE y las instituciones internacionales. "El mundo de hoy exige naciones fuertes, responsables, unidas, solidarias y leales a sus compromisos", ha insistido.El Rey ha cerrado su discurso con una nueva apelación a la confianza en el futuro de España frente a las adversidades: "Tengamos fe y creamos en nuestro país". Y se ha despedido haciendo uso de las cuatro lenguas oficiales, castellano, eusquera, catalán y gallego, para felicitar la Navidad.