Se han escrito ríos de tinta sobre la posibilidad de que, por primera vez en la historia y como ya ha sucedido con la Mesa del Parlament, la CUP entre a formar parte del Govern de la Generalitat de la mano de Esquerra Republicana. Los anticapitalistas se prestan a dar el salto, pero sin precipitarse. De momento, "no se dan las condiciones", ha reconocido la diputada en el Congreso Mireia Vehí en una entrevista en RTVE.

Después de una década de experiencia en la oposición, los cupaires han adoptado esta legislatura una actitud proactiva ya desde el principio. "Nosotros no seremos un problema", afirman. Ellos han sido los primeros en sellar un pacto con ERC para facilitar la investidura de Aragonès. Ahora bien, a pesar de estar satisfechos, tienen claro que "el acuerdo no es lo bastante profundo como para que entremos en el Govern". Su aspiración es mejorarlo y, sobre todo, comprobar que los republicanos no se desdicen. Por ello se incluye una cuestión de confianza a medio mandato de Aragonès.

Entrada en 2023

La conclusión, escuchados los postulados de los dirigentes cupaires, es que si se acaba optando —previa consulta a la militancia— por integrarse en el ejecutivo, será a medio mandato. El documento acordado con los republicanos explicita que "desde la crítica y el escepticismo", la CUP se compromete a dar "un cierto margen de tiempo en la mesa de negociación" existente con el Estado. Más adelante concreta que durante la primera mitad de 2023 se valorarán los resultados obtenidos. Mientras se mantenga la apuesta por este espacio de diálogo y siempre que no se avance en l'amistía y el referéndum, la CUP se mantendrá al margen del Govern. Sin poner trabas, pero sin estar. "No formaremos parte de un Govern que da aire a una mesa de diálogo que pensamos que está agotada", ha razonado Vehí.

Pero no sólo eso, la idea de la CUP es dejar que el Govern de Aragonès empiece a rodar para certificar si, efectivamente, avanza en la línea fijada entre los dos partidos y que plantea un claro giro a la izquierda. Por ejemplo, hacia una sanidad 100% pública o explorando por primera vez la aplicación de una renta básica universal.

Que Junts asuma el resultado

A partir de aquí, la CUP apremia a ERC y Junts a desbloquear el acuerdo para hacer gobierno cuanto antes e invitan al espacio de Puigdemont a "asumir el resultado de las elecciones", que resumen en que "la gente ha votado más izquierda y más independentismo". En este sentido, recuerdan que la alternativa a un desacuerdo entre los dos grandes actores independentistas pasa por que el PSC recupere la iniciativa. Vehí confía en que el acuerdo acabará llegando, porque no se imagina a "Junts provocando unas nuevas elecciones". Ahora bien, considera que se está tardando demasiado.

Sobre el riesgo de que para entenderse con Junts, ERC rebaje los acuerdos alcanzados con la CUP, los anticapitalistas defienden que los puntos incluidos se pueden impulsar con los junteros en el gobierno. La reflexión de Vehí es que "Junts se tiene que analizar más allá de la derecha y la izquierda, no es justo leerlos como derecha o izquierda", sino que lo que "es preciso es decir que hay personas que no responden a un perfil de políticas de izquierdas, como Joan Canadell."

En la imagen principal, Aragonès y Sabater conversan durante la primera sesión de investidura. / ACN