Una vez reanudadas esta mañana en el Parlament las conversaciones con el nuevo formado entre JxSí y la CUP, el secretariado de la formación anticapitalista se encontrará el lunes 14 de diciembre para construir todos los detalles de la asamblea con la que el 27 de diciembre tiene que decidir si habrá nuevas elecciones en marzo o invisten a Artur Mas presidente con un acuerdo marco que las bases cupaires acepten. Un acuerdo que la CUP quiere con una triple garantía: comisión de seguimiento y control; dotación presupuestaria y calendario. Triple garantía sobre todo en lo que refiere a la joya de la corona de un posible pacto: el plan de choque social.
Las reuniones, a destajo
La reunión del secretariado será en medio del epicentro del tramo final de las conversaciones entre las dos formaciones que quieren terminar lo más pronto posible el acuerdo marco. "Tenemos que ir a destajo", coinciden en decir a El Nacional negociadores de los dos lados, que insisten en el detalle al que se ha llegado este jueves. "Hay mucha predisposición", aseguran delegados de las dos formaciones.De hecho, la CUP propuso en la reunión de la semana pasada cerrar el calendario el 17 de diciembre, pero JxSí pidió un poco más de tiempo, dado que se encuentran inmersos en la campaña electoral del 20D, así que han establecido el 22 como límite. Señal de la voluntad de acuerdo. En cualquier caso, negociadores de las formaciones avisan que no pueden entretenerse en debates ideológicos, como hasta ahora se habían encontrado en alguna mesa de negociación. La reunión no se ha gravado, según la CUP, por voluntad de JxSí, pero sí que ha levantado acta.
De ATLL, Bcn World o la Salud
La primera reunión ha servido para concretar las propuestas que JxSí puso sobre la mesa la semana pasada en un documento de 20 puntos con el que resumían el Plan de Choque. Los negociadores cupaires han pedido más "concreción" en los puntos del documento, dada la importancia que tendrá para debatir una investidura en la asamblea del 29D. En resumidas cuentas, los cupaires quieren aplicar una triple garantía de cumplimiento de los puntos que proponen JxSí. "Calendario, seguimiento de control y dotación presupuestaria concreta para cada punto".También en esta primera reunión, las dos partes se han dedicado a debatir en profundidad tres decisiones o proyectos simbólicos para la tropa de la CUP y "demasiado identificados" en la obra de Govern de CiU. De esta manera, Barcelona World, la venta de Aguas Ter-Llobregat o algunos procesos de privatización serán abordados en reuniones convocadas expresamente en los próximos días. En este sentido, la CUP ha pedido documentación institucional sobre estos proyectos.
Sanidad, línea roja
En esta reanudación JxSí y la CUP han decidido celebrar una reunión monotemática sobre el sistema sanitario público de Salud. Una cuestión de la cual los cupaires quieren hacer bandera de negociación y, sobre todo, como mensaje interno a la militancia.Por ello, tres tótems del partido han aprovechado el mismo día que se han reanudado las negociaciones en el nuevo formado de mesa única y matutinas, para marcar las "líneas rojas" que en sanidad no puede traspasar ni el Govern en funciones actual ni un virtual gobierno de transición hacia la República.
El gurú económico de la formación anticapitalista, Josep Manel Busqueta; el diputado tranquilo, Julià de Jòdar, y la miembro del secretariado Isabel Chacón han ido esta mañana a Bellvitge acompañados de representantes de trabajadores de la sanidad pública para exigir la retirada de las privatizaciones y consorcios sanitarios como los de Lleida, Tarragona o Girona; reducir las listas de espera; mejorar la asistencia de los enfermos crónicos o permitir el acceso a la reproducción asistida a las lesbianas.
La alfombra roja y un San Cristo entre ateos
Estas son algunas de las condiciones concretas que el sector más duro de la CUP pondría sobre la mesa para poder debatir una virtual investidura de Mas. Voces cupaires admiten abiertamente "tensiones" internas pero que, de momento, se calman por la "voluntad de negociación" sin que implique dar nada por cerrado."La propuesta de David Fernàndez es sacar el Sant Cristo Gros, pero en la CUP la mayoría somos ateos", ironiza un diputado a El Nacional con fuerte ascendencia entre la militancia para expresar gráficamente que nada ni ningún preacuerdo está cerrado. La idea de Fernàndez ha contado hoy con el aval de la también diputada Gabriela Serra que lo ha definido como una posibilidad.
"Tienen que entender que la izquierda subversiva les pone una alfombra roja que implica medidas para la gente más débil, y eso tiene alguna cosa de responsabilidad histórica, sobre todo para la derecha", apunta otro diputado cupaire a El Nacional para valorar el primer día de la negociación.