El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, ha iniciado una actuación de oficio sobre la seguridad de las comisarías de Mossos, a raíz del ataque a la comisaría de Vic.
Según informa en un comunicado, la investigación se abre a raíz del ataque que sufrió la comisaría de Vic en el marco de las manifestaciones de apoyo a Hasél. Un grupúsculo de manifestantes lanzó objetos y piedras en el edificio, rompiendo los cristales y las cámaras de videovigilancia.
En el mismo comunicado, ha explicado que con la investigación pretende "conocer las medidas de seguridad de las que disponen las comisarías del cuerpo", el síndico también ha pedido a la Dirección General de Policía que lo informen de la existencia de protocolos de actuación ante posibles ataques a comisarías. También pide información sobre el dispositivo que desplegó Vic durante los incidentes.
Rafael Ribó ha preguntado por la formación en autodefensa que reciben los agentes y cuáles son los plazos para actualizar la formación o adquirir nuevas técnicas, así como detalles sobre el dispositivo durante los incidentes en Vic.
Este último lunes 22 de febrero, Ribó se desplazó a Vic para mantener una reunión con el jefe de la comisaría, Joan Salamanya, y el comisario Miquel Esquius, para hacer balance y analizar el operativo de seguridad desplegado y las posibles medidas a tomar. Durante la reunión, el Síndic de Greuges mostró todo el apoyo y condenó los hechos ocurridos.
Sàmper también visita la comisaría de Vic
Una semana después del ataque a la comisaría de los Mossos d'Esquadra de Vic después de la detención y encarcelamiento de Pablo Hasél, el conseller de Interior, Miquel Sàmper, ha visitado a los agentes que recibieron el ataque.
Sàmper ha visitado la comisaría y ha dirigido un mensaje de agradecimiento y ha expresado de nuevo su apoyo a los agentes y al inspector que dirigió toda la operación de contingencia "por su valor y acierto". Desde Vic, Sàmper ha hecho extensivo este apoyo a todo el cuerpo de los Mossos d'Esquadra. "La situación en Vic ejemplariza la magnitud de la tragedia", dijo Miquel Sàmper al día siguiente de los hechos, consciente de que el ataque a la comisaría abría una grieta y pasaba una línea roja.