Iban lentos porque iban lejos. Pero el calendario presiona con la convocatoria de elecciones generales anticipadas del 23 de julio: el 9 de junio finaliza el plazo para las coaliciones y el 19 de las listas. En este contexto, se ha abierto un debate interno dentro de la CUP. Fuentes de la dirección de la formación anticapitalista aseguran que todavía no han decidido si se presentarán otra vez o no, que no es un "automatismo" como las elecciones municipales o en los ayuntamientos. La decisión final, como es habitual en estos casos, se acabará adoptando de forma asamblearia. Se dan entre 10 y 15 días para decidirlo internamente. La "precipitación" del anuncio Pedro Sánchez ha reventado sus tempos habituales. Parte de las dudas provienen de los resultados de las elecciones del pasado domingo, donde el independentismo retrocedió en general. Los cuperos, se consuelan, "salvaron los muebles".
Las últimas elecciones generales, el 10-N de 2019, fueron la primera vez que la CUP se presentaba a unas elecciones españolas. Antes solo lo había hecho la organización Poble Lliure, bajo el paraguas de Front Republicà. Después de un intenso debate sobre pros y contras, un consejo político extraordinario de los anticapitalistas aceptó concurrir. La que después sería cabeza de lista, Mireia Vehí, argumentó el "momento de excepcionalidad" y se presentaron con el llamamiento de bloquear la gobernabilidad del Estado. Al final consiguieron hacerse un hueco con dos diputados por Barcelona, la misma Vehí y Albert Botran, que han seguido al pie del cañón hasta que este martes se han disuelto las Cortes españolas.
Los cuperos, sin embargo, no aclaran qué harán ante la nueva convocatoria electoral. Fuentes internas señalan que es un debate abierto, a diferencia de otras citas con las urnas, como el Parlament o las municipales, donde consideran que es un proceso "automático". Antes de tomar una decisión, que será debatida orgánicamente, los anticapitalistas quieren "valorar" sus posibilidades y también hacer un análisis exhaustivo de las elecciones municipales. Los comicios han supuesto un retroceso para el conjunto del independentismo, incluyendo a la CUP. Los anticapitalistas perdieron la representación en la ciudad de Tarragona, de donde formaban parte del gobierno municipal, y no consiguieron entrar ni en Barcelona ni en Lleida. El único consuelo fue la segunda posición de Guanyem Girona (empatado a concejales con el PSC), que permite a Lluc Salellas buscar una mayoría para ser alcalde.
Poble Lliure se posiciona
Hay quien ya se ha posicionado públicamente, como es el caso de la organización Poble Lliure, que ha emitido un comunicado este martes por la tarde en el que defiende presentarse. "Hay que articular un Frente popular, republicano y antifascista por la Independencia, amplio y plural, que movilice de nuevo el voto popular independentista y transformador y haga de muro de contención de la extrema derecha en Catalunya", sostienen. Y cargan contra la supuesta deriva del partido: "Hay que salir del marco inmovilista en el que se ha estancado la actual dirección de la CUP y ampliar enormemente las fronteras y perspectivas del proyecto".
Ni lista unitaria ni frente
En las últimas horas, después del anuncio de Pedro Sánchez, ha habido diferentes movimientos dentro del independentismo. El primero, por parte de Junts per Catalunya, que ha reclamado una lista unitaria independentista a las próximas elecciones españolas. Este martes, sin entrar en las fórmulas, el presidente Pere Aragonès ha propuesto un "frente común" del soberanismo, donde incluye los comunes. Pero los cuperos rechazan cualquiera de estas propuestas. En rueda de prensa este martes en el Parlament, el diputado Xavier Pellicer ha considerado que son "propuestas a golpe de papeleta" fruto de los malos resultados.