La ANC vivirá en los próximos días una nueva carrera electoral. Este mismo domingo se darán a conocer las listas provisionales y el próximo día 29 se harán públicos los nombres definitivos, después del recuento de avales y el estudio de posibles impugnaciones. Hasta 126 socios han presentado candidatura para formar parte del secretariado, pero sólo 77 podrán ser escogidos finalmente entre el bloque nacional y las diferentes territoriales y sectoriales. La votación tendrá lugar entre los días 10 y 13 de junio.

Entre los candidatos que se presentan suenan nombres como el de la actual presidenta de Elisenda Paluzie y el exdiputado de la CUP Antonio Baños. También se presentan, según avanzó la ACN y ha confirmado El Nacional, el actual miembro de la comisión Fem República y vicepresidente del Centro Catalán de Negocios, David Fernández, el republicano y actual miembro del secretariado Roger Heredia o Adrià Alsina, exjefe de prensa de la entidad en la época de Jordi Sànchez, que en el anterior mandato dejó la entidad para presentarse en las primarias de Barcelona.

Quien no se presentará, en cambio, son nombres conocidos dentro de la entidad como el de actual vicepresidente Pep Cruanyes, la hermana del exconseller Toni Comín, Betona Comín, u otras personas muy vinculadas a la entidad como ha sido David Minoves.

Varias fuentes consultadas por este diario dan por hecho que los candidatos que tienen más posibilidades para conseguir un gran número de apoyos y optar a la presidencia son Paluzie i Baños. De momento, sin embargo, el excupaire ha adelantado que descarta asumir cargos a la dirección, mientras se mantiene la incógnita de que hará Paluzie. Un cambio en los estatutos y las bases de las elecciones impiden, a diferencia de las ediciones anteriores, que los candidatos digan si se quieren presentar a algún cargo orgánico, como el de la presidencia.

¿Elecciones tranquilas o nueva guerra civil?

Las elecciones de este año llegan en plena crisis del coronavirus y en una especie de punto muerto en el procés independentista. Además, en la última etapa de la entidad se han visto discrepancias entre las diferentes corrientes por varios motivos, la más significativa por el apoyo al proyecto de primarias en las pasadas elecciones municipales. Unas tensiones que aflorarán de nuevo en las elecciones, como ha pasado en otras ocasiones, entre acusaciones de luchas partidistas.

Algunas fuentes próximas a la entidad prevén, sin embargo, unas elecciones más "tranquilas" en esta ocasión porque la crisis generada por la Covid ha provocado algunos cambios de "prioridades". Otros discrepan y prevén una nueva "guerra civil". "Las elecciones en la ANC siempre son guerras de grupos, no es nuevo", apunta una tercera fuente.

"La ANC ha perdido su transversalidad y capacidad de influencia política y social. La elección para tener un papel más electoral con las candidaturas de primarias apartaron la entidad del espacio central del soberanismo", explica un miembro del actual secretariado que ha decidido no volver a presentarse a las elecciones y que prefiere no revelar su identidad. Una opinión que comparten otros miembros de la actual dirección que sí han decidido hacer el paso, y que añaden que tampoco están de acuerdo con el rumbo escogido por la entidad para los próximos años, pero que prefieren combatirlo desde dentro.

El pasado mes de marzo la entidad aprobó la nueva hoja de ruta. Entre las medidas más polémica hay la de pedir el voto sólo para los partidos que apostaran "explícitamente" por la vía unilateral. También se comprometieron a denunciar públicamente los incumplimientos de las formaciones políticas y a dar por validada la estrategia unilateral si en las próximas elecciones catalanas hay una mayoría independentista del 50% más uno de los votos.

Además, hay discrepancias sobre cuál tiene que ser la relación entre la entidad soberanista y los partidos políticos. Una parte considera que la Assemblea ya ha hecho demasiado "seguidismo" de los partidos y que ahora hace falta que actúe de palanca para forzar pasos hacia la independencia. Otros, en cambio, consideran que hay que tejer "complicidades" con los partidos y que la actual dirección, liderada por Elisenda Paluzie, no lo ha sabido hacer, por lo que apuestan para encontrar una nueva "figura de consenso".

Antecedentes polémicos

No sería la primera vez que las elecciones son movidas. La elección de Jordi Sànchez, tanto en las elecciones de 2015 como a la reelección de 2016, fue ya polémica por el hecho de que la escritora Liz Castro quedara por delante en la votación de los millares de socios de la entidad, pero que en cambio los secretarios nacionales escogieran al actual líder de la Crida, encarcelado para el 1-O. Especialmente en la reelección, cuando afloraron con fuerza las tensiones entre los neo-convergents y ERC. Los republicanos vemos Sánchez como una persona muy afín al presidente Artur Mas y una de las personas que había presionado por la alianza electoral de JxSí.

Dos años después, en las elecciones de 2018, las tensiones volvieron a surgir, con una auténtica guerra de trincheras, en la que se pudo ver candidaturas vetadas, juegos sucio e incluso acusaciones de listas negras. En aquella ocasión, también se presentaba Antonio Baños, pero su candidatura fue invalidada al ser acusado de hablar de las elecciones en una tertulia en Rac 1, aunque simplemente había declinado hablar porque los estatus de la entidad lo prohibían durante la campaña. Los contrarios a Baños, sin embargo, acusaron al exdiputado de la CUP de hacerlo "expresamente" para dar un golpe de efecto publicitario a los suyos afines, entre los que se apuntaba David Minoves o Liz Castro.

Finalmente, la economista Elisenda Paluzie fue quien arrasó en las urnas y quien se acabó postulando por la presidencia como figura de consenso entre dos sectores enfrontados encabezados por David Minoves i Adirà Alsina. Ahora se tendrá que ver cómo se mueven las aguas de aquí a 13 de junio.