Fue durante una comida en Madrid el otoño pasado. Estaba él, mano derecha de Pedro Sánchez en la Moncloa, y dirigentes de otros partidos políticos. Poco después de que Vox llenara Vistalegre, delante del reducido auditorio, explicaba su teoría: la irrupción de la extrema derecha españolista ya le va bien a los socialistas. El argumento es que dividía un mismo electorado en tres partidos, hecho que haría muy complicada la suma. Esta comida tuvo lugar antes de las elecciones andaluzas, y algo falló: las tres derechas sumaron y desalojaron a Susana Díaz de San Telmo.
La política también se rige por el método de ensayo y error. Había fallado una variable que no se había tenido suficientemente en cuenta: la movilización. Los votantes andaluces de izquierdas se habían quedado más en casa que los de derechas. Con el discurso del miedo no bastaba. La campaña de Sánchez tuvo en cuenta este factor, y le salió redondo: los socialistas reforzados y el trifachito a una treintena de escaños de distancia de la mayoría absoluta. Esta vez sí: jugada maestra.
Detrás la operación Sánchez hay un nombre: Iván Redondo Bacaicoa (Donosti, 1981). Es en quien el presidente español tiene delegadas las funciones de cerebro. La teoría de la fragmentación era suya. Además de ser el jefe de gabinete del dirigente socialista desde que accedió a la Moncloa, es un spin doctor. Es decir, un asesor político profesional. O como le gusta definirlolo a él: "alguien que se tira por un barranco por su presidente". Y como es un profesional, sin carné de partido, trabaja para quién pague sus servicios. También la extrema derecha que hoy combate.
Redondo fue el principal asesor del popular Xavier García Albiol durante la campaña electoral municipal del 2007 y del 2011, que lo llevó a ser alcalde de Badalona. Una campaña al más puro estilo lepenista, bajo el polémico lema Limpiando Badalona. Accedió al poder de la tercera ciudad del país atizando un discurso xenófobo, contra los inmigrantes. Una retórica que, junto con la del exalcalde popular de Vitoria Javier Maroto, fue condenada por el Consejo de Europa por racista. Llegó a tildar a los rumanos de "plaga" que no querían. Pero fue efectivo: de los cinco concejales que tenía cuándo contrató sus servicios a los once que obtuvo cuatro años más tarde.
Redondo fue el hombre que llevó a Albiol a la alcaldía de Badalona con el Limpiando Badalona.
A él no le importa el partido, ni el contenido del mensaje, sino construir liderazgos ganadores en tiempo récord. Eso hace Redondo & Asociados Public Affairs Firm. Siempre desde la discreción, fuera de los focos. Su madre, que es la que asegura que más ha marcado en su personalidad, es del PNV de toda la vida. Y en su carrera, Iván Redondo ha trabajado prácticamente siempre para la derecha. Estudió campañas electorales en seminarios de la Universidad George Washington. Su premisa ha sido siempre la misma: simplificar el mensaje —sin reducir la realidad— para hacerlo llegar a la gente de manera comprensible.
Justamente la campaña con Albiol fue la que le abrió las puertas del PP. En 2009 fue contactado y contratado por Antonio Basagoiti, entonces candidato de los populares a las elecciones vascas. Había malos augurios, pero Redondo consiguió frenar la caída a dos escaños, manteniendo trece (hoy tienen nueve). Estos trece diputados fueron claves para desalojar al PNV después de tres décadas de dominio nacionalista y hacer lehendakari al socialista Patxi López. La campaña Quiero ser lehendakari de Basagoiti fue galardonada con los Pollies Awards 2010, los premios que dan la Asociación Americana de Consultores Políticos. Considerados los óscars de la comunicación política, su firma ya acumula ocho.
Hubo una tercera llamada del PP, la del extremeño José Antonio Monago, que quería ser el primero popular en llegar a la presidencia de la Junta de Extremadura. No sólo lo consiguió (y con la abstención de Izquierda Unida en la investidura), sino que además el flamante nuevo presidente de Extremadura se lo quedó como director de gabinete, con rango de consejero. Ocupó el cargo entre 2012 y 2015. Cuando fueron desalojados del poder, Monago le ofreció quedarse en la oposición, pero Redondo prefirió dejarlo. Quería desconectar de la política. Sólo duraría dos años esta excedencia.
El consultor vasco resucitó a Sánchez de las cenizas después de ser defenestrado por su propia cúpula
En 2017 se ponía a las órdenes de Pedro Sánchez defenestrado por su propio partido para investir a Rajoy. Redondo lo llevó a ganar las primarias contra Susana Díaz, y desde entonces se convertiría en su principal asesor. A él se atribuye la idea de la moción de censura después de la sentencia del caso Gürtel. "Es el momento de hacer jaque mate. Puedes ser presidente del gobierno", dicen que Redondo le dijo a Sánchez según el diario El Mundo. Inicialmente, algunos en Ferraz no las tenían todas. Pero finalmente prosperó, por primera vez en democracia, y sin ni siquiera tener que negociarla con ningún otro partido. Por decantación, toda la oposición, incluidos nacionalistas catalanes y vascos, vieron la oportunidad para desalojar del poder al partido más corrupto de Europa.
Con muchos enemigos dentro del partido, Sánchez confía en muy poca gente. Pero uno de ellos es Iván Redondo. El éxito de la iniciativa fue debidamente recompensado por el nuevo presidente español, que lo situó como jefe de gabinete. También fue él quien creyó conveniente celebrar las elecciones anticipadas lo antes posible, y fijó el 28 de abril, en lugar de hacerlas coincidir con las municipales, autonómicas y europeas. "El calendario y el tiempo es lo más importante en política", acostumbra a decir Redondo. La campaña, basada en la necesidad de movilizarse contra "las tres derechas", le salió redonda. Casi cuarenta diputados más y menos dependencia de los partidos independentistas.
En gran parte, fue desde Moncloa que se alimentó el monstruo de un Vox imparable en escaños en las encuestas. La intoxicación llevó a creer incluso que estaba en posición de dar el sorpasso a Unidas Podemos y quien sabe si a Ciudadanos. El resultado: 24 diputados que supieron a muy poco para la extrema derecha hinchada.
En política y en tantos otros ámbitos, la mejor manera de combatir a tu enemigo es estudiándolo de arriba abajo. Infiltrarte incluso. Es lo que hizo Iván Redondo, que después de años asesorando a la derecha y la extrema derecha pasó a combatirla. De querer expulsar a los rumanos con Albiol a acoger l'Aquarius como primera medida al llegar a la Moncloa. Es el hombre que consiguió resucitar a un Pedro Sánchez que en otoño de 2016 todo el mundo ya daba por acabado después de ser eliminado por el sistema. Hoy descansa tranquilamente en la Moncloa. A diferencia de House of cards, no han hecho falta muertos.