Hoy es el último día de campaña y la legislación paleolítica que regula la cosa electoral obliga también a los diarios. Los que tienen versión impresa aprovechan la ocasión para publicar material que ni quite ni ponga presidente pero ayude a su candidato. Se puede decir que los viernes previos al Domingo-Fiesta-De-La-Democracia, etcétera, la prensa enseña la patita o, si quieres, se le ve el plumero. Aquí no hay costumbre de publicar un editorial en apoyo de un partido o un candidato, como pasa, por ejemplo, en Estados Unidos con los editorial endorsements. Aquí se hace de otro modo. El País entrevista a Pedro Sánchez. ABC a Pablo Casado —o al revés, es difícil saberlo. El Mundo tertuliea con Albert Rivera. La Razón castiga a Sánchez con los datos (cocinados) del paro. La Vanguardia dice que Barcelona es reina de España (sólo por un día). El Periódico hace el enésimo titular-póster en favor de Sánchez. Todo en orden.
Al menos dos diarios abren con una noticia: Ara y El Punt Avui.
Es gracioso como El Mundo y La Vanguardia tratan la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la Ley de Educación de Catalunya. El diario barcelonés dice que el TC "evita tocar la inmersión", como si a los magistrados les hubiera dado miedo tumbarla o "afinarla". Quizás quieren decir que han dejado trabajo para más adelante, que se han quedado a medias. En realidad —no pienses mal— titulan con torpeza porque en dos columnas por debajo es complicado explicarse bien. La contrapartida es que puede dar la impresión que el diario está incómodo con la sentencia.
Al diario madrileño la sentencia no le gusta y no se corta un pelo a la hora de dejar al tribunal con la cara vuelta: llega tarde, es inoportuno y no defiende bien al castellano, según "profesores no independentistas", que son los que valen y tienen criterio y no ese grupo de jueces miedosos y cobardicas. Al final, la justicia constitucional es eso: si me gusta, bien; si me contradice, que le den.