Diez días después de la derrota de las elecciones municipales del 28-M, Esquerra Republicana ha hecho una "terapia de grupo". Fuentes presentes en la reunión describen así a ElNacional.cat la asamblea abierta a la militancia que ha tenido lugar este martes por la tarde. Se ha celebrado de forma telemática y algunos militantes críticos han hecho llegar su malestar por la estrategia del partido. Pero desde Calàbria sostienen que es un encuentro como los que celebran de forma habitual y que la mayoría ha "cerrado filas" con la dirección nacional de ERC. La vista está puesta en el 23-J, donde intentarán la "remontada" con Gabriel Rufián al frente. La asamblea ha durado tres horas.
Una asamblea donde podía intervenir todo el mundo que quisiera, desde el diputado hasta el militante raso. Ha habido una cincuentena de intervenciones. La dirección del partido ha trasladado el mismo mensaje de los últimos días. El mismo que la carta que dirigieron Oriol Junqueras y Marta Rovira a las bases dos días después de las elecciones. En la misiva, admitían que "los resultados obtenidos no son tan buenos como habríamos querido". Los republicanos atribuyen a la baja participación, que "nos ha impactado especialmente como organización" y que "hará falta analizar estas cifras de participación y trabajar intensamente para explicarnos más y mejor y volver a movilizar a este electorado que ha decidido quedarse en casa". Desde la dirección nacional de ERC aseguran que el cierre de filas ha sido mayoritario. "La gente tiene ganas de participar, construir y contribuir a la reflexión para recuperar la confianza de la gente", sostienen.
Pero también ha habido algunas voces críticas, que "han reclamado cambios". Estas voces han denunciado que la dirección "no quiere cambiar demasiadas cosas" y todavía menos la estrategia en Madrid. Según fuentes consultadas por ElNacional.cat, los críticos han cuestionado especialmente las negociaciones del partido con el Gobierno de Pedro Sánchez y la estrategia en el Congreso de los Diputados. "No entendemos qué estamos haciendo en Madrid", explican estas fuentes. Se han mostrado preocupados por un "segundo mal resultado" en las elecciones del 23 de julio.
Porrazo en las municipales
De ser la primera fuerza municipalista a ser la tercera. Esquerra Republicana se dejó más que 300.000 votos en las urnas el pasado domingo, a las elecciones municipales. Los republicanos no han podido repetir la victoria en Barcelona, donde pasan a ser la cuarta fuerza, bajando de 10 a 5 concejales. Pero lo mismo pasa en las dos otras capitales de demarcación donde habían ganado hace cuatro años y donde tienen la alcaldía, Lleida y Tarragona. Y en el cinturón rojo, en el área metropolitana, más allá del caso Santa Coloma. En Sant Cugat del Vallès ha perdido 9 en 5 contra Junts. En Badalona, han obtenido solo dos concejales, imposibles para frenar la mayoría absolutísima de Xavier García Albiol. Tampoco han podido evitar que los socialistas se hagan con la vara en Sabadell. Y en Terrassa, donde gobiernan con Jordi Ballart, han pasado de cinco a dos concejales. También han perdido contra el PSC en la Pineda de Mar de Pere Aragonès y en el Sant Vicenç dels Horts d'Oriol Junqueras, y contra Junts en la Igualada de Alba Vergés.
Frente a esto, al día siguiente mismo de los comicios locales, ya se pusieron a preparar el terreno para la batalla de las generales. También hay mucho en juego: fueron la primera fuerza en las dos últimas españolas, las de 2019. Encaran el 23-J como una segunda vuelta del 28-M. ¿La estrategia? Recuperar la bandera independentista y apelar a las emociones con un frente antifascista.