Albert Rivera ha comparecido, muy serio, en la sede de Ciudadanos acompañado de su plana mayor, con caras largas, para valorar los resultados electorales. Ha querido reconocer que han sido unos resultados "malos, sin paliativous y sin excusas", ya que han perdido más de la mitad de los votos a pesar de que participaban "con los mismos candidatos y las mismas listas".
Ha prometido "un nuevo rumbo" para el partido y ha dicho que asumía la responsabilidad del fracaso,argumentando que el líder político debe asumir en primera persona "no sólo los éxitos sino también los malos resultados". Aunque ha afirmado que "yo no me metí en política para tener un escaño o una tarjeta de visita", ha evitado cuidadosamente cualquier pronunciamiento sobre una eventual dimisión y no ha dejado claro cuál es su futuro.
Rivera ha anunciado que ha convocado una ejecutiva nacional urgente y extraordinaria para mañana a las 10 de la mañana y que este organismo deberá "asumir todas las decisiones que se deban tomar". En realidad, Rivera apuesta por celebrar un congreso extraordinario en que los militantes de Ciudadanos tomen las riendas del partido y decidan su futuro.
Albert Rivera ha asegurado que Ciudadanos deberá emprender "un nuevo rumbo" ante un mapa pol´litico que ha definido como "nuevo y complejo" y ha asegurado que "Los españoles han querido que los socialistas renueven la victoria electoral", pero también ha apuntado que los votantes "han querido más Sánchez, pero también han querido más Vox y menos centro político".