El desfile militar en motivo de la Hispanidad es el acto clave sobre el que pivota la celebración del 12 de Octubre en Madrid. Lo que podríamos llamar el 'todo Madrid' se cita en la Castellana atento a todos los detalles que se suceden al ritmo de los tambores militares. Con todo, este año una persistente llovizna ha obligado a eliminar casi todo el apartado aéreo previsto, excepto el inicial salto de un paracaidista con la inevitable bandera española de grandes dimensiones.
Las gotas de agua han dado lugar a la imagen del reparto de capelinas de plástico transparente en la tribuna de invitados, un complemento que han aprovechado las parejas de Pablo Casado y Albert Rivera, pero no los dos líderes políticos, que han seguido con atención y sin capelina las maniobras militares.
Todo eso mientras que los jefes de las correspondientes sucursales catalanas desfilaban por Barcelona codo con codo con los ultras y poco constitucionalistas de Vox. Quien sí se ha puesto la capelina ha sido la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena.
Ahora bien, entre el desfile de las principales unidades del ejército español ―los legionarios con la cabra, los guardias civiles con uniforme de época, los regulares de Ceuta con su paso en cámara lenta, los esquiadores y los paracaidistas con sus correspondientes equipos...―, la novedad de la jornada ha sido la atención protocolaria a la hija mayor del rey, Leonor, que por primera vez ha llegado al desfile en un coche diferente de sus padres y que, además, se ha sentado por primera vez a la derecha del padre, separada de la madre y la hermana, un tratamiento que busca reforzar el papel de la niña como princesa de Asturias y heredera de la Corona española.
En cuanto al padre, Felipe VI, ha estrenado su condición de rey reprobado y se le ha podido ver cantando La muerte no es el final, canción que también ha entonado con fervor la ministra de Defensa, Margarita Robles. La niña Leonor, de momento, todavía no la canta.
Insultos a Sánchez
En todo caso, quien se ha llevado la peor parte ha sido Pedro Sánchez, que debutaba en el desfile como jefe del Gobierno, que ha sido abucheado a su llegada, donde se han oído también algunos gritos que le han pedido la dimisión. Entre las autoridades asistentes, tres ausencias destacadas, las del president de la Generalitat, Quim Torra; el lehendakari, Iñigo Urkullu; y la presidenta de Navarra, Uxue Barkos. Tampoco ha ido la presidenta balear, Francina Armengol, a causa de la tragedia de las inundaciones en Mallorca.
Una vez acabado el desfile, el 'todo Madrid' ha ido raudo al Palacio Real, donde hay recepción y besamanos a los monarcas.