El rey emérito viajó a la Polinesia Francesa con dinero opaco de la Fundación Zagatka, una sociedad instrumental de Liechtenstein controlada por su primo Álvaro de Orleans. Juan Carlos I utilizaba esta sociedad para esconder parte de su fortuna en el extranjero, según asegura El Confidencial.
El citado medio indica que el rey siguió disfrutando de este dinero no declarado después de abdicar en el 2014; por ejemplo, cuándo en el 2016 hizo el viaje a la Polinesia.
Los intríngulis del viaje
Los documentos del viaje del emérito muestran unas operaciones extrañas para pagar el viaje a Tahití. Juan Carlos I celebró el fin de año de 2015 en Los Ángeles. El 1 de enero de 2016 cogió un avión para volar hasta Papeete, la capital del archipiélago polinesio. El 5 de enero celebró sus 78 años en las islas. El 9 de enero, el emérito volvió a Los Ángeles.
Según los documentos del viaje, sólo los cinco billetes de ida y vuelta en Papeete (para él y para 4 de sus guardaespaldas) costaron unos 32.900 euros.
La Fundación Zagatka
Los billetes de avión no se pagaron con los fondos de la asignación de los Presupuestos Generales del Estado para el monarca, ni tampoco a través de la partida correspondiente a la Casa Real. Los billetes se pagaron con dinero que salió de una cuenta al Credit Suisse controlado por la Fundación Zagatka.
Ahora bien, aunque los billetes se gestionaron desde una agencia de Londres, el dinero fue a parar al primer exmarido de Corinna Larsen, Philip Adkins, con quien el emérito tenía una buena relación de amistad.
Varias facturas y correos demuestran que Philip Adkins fue el encargado de adelantar el dinero para comprar los billetes de Juan Carlos I y sus guardaespaldas.
Las intríngulis de este viaje podrían constituir un presunto blanqueo de capitales si se acredita el origen ilícito del dinero de la Fundación Zagatka.
Indra
Por otra parte, El Confindencial también publica este lunes que el emérito intervino con la realeza saudí a fin de que la multinacional española Indra pudiera optar a contratos en Arabia Saudí.
Estas intervenciones forman parte de uno de los muchos episodios que derivan de la investigación en torno a Juan Carlos I por el presunto cobro de comisiones para la concesión de contratos a compañías españolas en Arabia Saudí. El emérito envió una carta privada al gobierno de Riad en marzo de 2006 para intentar introducir Indra en este mercado.