El rey fugado, Juan Carlos I, ha llegado esta tarde a Galicia, en lo que es la mayor operación de imagen que ha realizado la monarquía española desde el intento de golpe de Estado del 23-F. Después de que la Justicia española ha desactivado las 3 investigaciones que implicaban al rey emérito en comisiones irregulares, y sólo queda la denuncia que presentó Corina Larsen, la Zarzuela ha preparado una estudiada rehabilitación social de Juan Carlos I por etapas, a fin de que la población española lo asimile. El despliegue televisivo en esta primera etapa es masivo, y se usan todo tipo de técnicas sensibleras. Tal como estaba previsto, el rey emérito ha llegado hacia las 19:15 de la tarde al aeropuerto de Vigo en un jet privado procedente de Abu Dhabi, y ha sido recibido por la infanta Elena. Desde allí se ha trasladado a la localidad de Sanxenxo, para hospedarse en casa del empresario Pedro Campos en un lugar denominado Nanín.

La visita del rey fugado no tiene nada de privada, y prueba de ello es que mañana se prevé una comparecencia. Al mediodía se celebrará un acto de bienvenida al Club Náutico de Sanxenxo, donde ya se ha anunciado que lo recibirán sus amigos y el alcalde de la localidad de Pontevedra,Telmo Martín. Si por alguna cosa peligra la operación de imagen de la monarquía española para rehabilitar a Juan Carlos, es por desbordarse por un exceso de cara.

 

La excusa del emérito para empezar a suspender su fuga es participar en la Copa de España de la competición de vela clase 6 m, que se celebra desde el viernes en la localidad gallega. Esta competición servirá de entrenamiento para el Campeonato del Mundo de esta categoría, cuya edición del 2022 se celebrará en la ría gallega a partir del 10 de junio. En este sentido, él mismo ha reconocido que está "desentrenado" porque no navega desde agosto del 2019 (cuándo fue sometido a una operación de corazón). El rey fugado, que tiene 84 años y anda con bastón, navegará en un barco adaptado a su situación.

Joan Carles Vigo aeroport La Sexta

La otra parte importante de este viaje de cinco días es que el emérito se verá el lunes con su hijo, Felipe VI, en Madrid. Ya estuvieron cerca de verse este último fin de semana, cuando el actual Rey hizo a una visita relámpago a Abu Dhabi (donde vive su padre) a raíz de la muerte del presidente de Emiratos Árabes Unidos. No se llegaron a ver, pero sí hablaron por teléfono y acordaron el retorno de Juan Carlos. Además, finalmente coincidirá con la reina Sofía, que ha hecho un viaje a título privado a Miami (Estados Unidos). La Reina no estará en España cuando vuelva al exmonarca, pero sí podrá encontrarse con él el lunes. El comunicado de la Casa Real también informa de que "esta visita se enmarca en el deseo de Juan Carlos de desplazarse con frecuencia a España para visitar a la familia y amigos, y organizar su vida personal y su lugar de residencia a ámbitos de carácter privado, tal como expresa la carta que dirigió a Felipe VI el pasado 5 de marzo". Pero si todo es muy privado, no hay rehabilitación pública, y de aquí las contradicciones.