Encallada la restauración de la casa Vallmanya del president Francesc Macià, en Alcarràs (Segrià). Según ha avanzado Catalunya Ràdio, el dueño ha doblado el precio: de los 120.000 euros acordados para su compra, a 250.000. En declaraciones a la emisora, el alcalde del municipio, Gerard Companys, ha considerado que la nueva cifra es inasumible. "La casa es lo que es y está como está: tampoco podemos pagar más de lo que vale", ha expresado.

La cosa es que, hace diez meses, la Generalitat y la Diputación de Lleida llegaron a un acuerdo para dar 920.000 euros al Ayuntamiento de Alcarràs para la compra y restauración de la casa de Macià. De esta cantidad, 120.000 euros se tenían que invertir en adquirir la finca, mientras que los 800.000 restantes tenían que servir para restaurarla. La previsión del consistorio era que este año se hicieran obras de urgencia para frenar el deterioro y que las obras de restauración se iniciaran en 2025. Unos procesos que se han encallado, ante la subida de precio inasumible para el ayuntamiento —que es el responsable de la adquisición.

La expropiación de la casa Vallmanya

Companys ha reconocido que la opción de la expropiación está sobre la mesa, pero como última opción: "Es un tema lento (se puede alargar hasta tres años). Creemos que la mejor forma es llegar a un acuerdo y poder cerrar el tema antes para que la casa no se estropee más y la podamos restaurar". Pero desde la plataforma Salvem Casa Vallmanya presionan para iniciar el proceso de expropiación cuanto antes mejor, justamente por el mismo motivo: porque es lento. "7 años después, todo ha sido aprobado. Todas las vías para el acuerdo han fracasado, una tras la otra. Solo queda hacer cumplir la Ley de Patrimonio Catalán y proceder a la expropiación de Cal Macià - Casa Vallmanya. ¡Y hay que hacerlo rápido y sin más dilaciones!", han expresado en las redes sociales.

El portavoz de la plataforma, Ferran Dalmau, ha añadido que abrir el proceso de expropiación puede servir como una medida de presión al propietario. "El proceso no tiene por qué acabar, pero abrirlo quizás sí que hace que el propietario entre en razón y baje del burro", ha defendido. Así lo trasladarán a la consellera de Cultura, Sònia Hernández, en una reunión telemática de esta semana. Por ahora, desde el Departament aseguran que darán todo el apoyo al ayuntamiento para que se pueda desencallar la compra.

La apuesta de Salvem Casa Vallmanya por la expropiación es firme y, por eso, tienen previsto reactivar las movilizaciones en diciembre —por el aniversario de la muerte de Macià—. La plataforma seguirá defendiendo la restauración de la casa, que hoy es "un vertedero de mierda abandonado por las administraciones catalanas", tal como se ve en una imagen compartida en las redes sociales para denunciar que al mal estado de la casa se suma el hecho de que han aparecido una bañera y una taza de inodoro.

Y es que la finca necesita una intervención urgente. Mientras no hay acuerdo para la compra, el Ayuntamiento de Alcarràs quiere que el propietario haga las actuaciones pertinentes para mantener la casa y que apuntale las zonas donde hay peligro de caída. Pero el dueño se niega y, además, ha presentado unas alegaciones a la petición del consistorio. Por su parte, la Generalitat todavía estudia si declara el inmueble como bien cultural de interés nacional (BCIN). De momento, el ayuntamiento declaró en 2008 la casa Vallmanya como bien cultural de interés local (BCIL) y el acuerdo con la Diputación implica su inclusión en la Red de Espacios de Memoria Democrática.

En este sentido, más allá de la restauración de la casa, la idea es convertirla en un espacio de memoria del president Macià. Así, su adhesión a la red comporta la señalización de la zona y la elaboración de actividades pedagógicas y divulgativas, entre otros. También refuerza el conocimiento tanto de la obra como de la vida de Macià y es una contribución a la dinamización territorial del patrimonio memorial, según explicaron las administraciones el día que se firmó el acuerdo.

Originalmente, la casa Vallmanya fue una construcción cartujana del siglo XVII, uno de los pocos ejemplos de casa solariega en el Segrià. Fue residencia ocasional de la familia Macià Lamarca desde finales del siglo XIX, cuando Agapit Lamarca, propietario de la finca y padre de Eugènia Lamarca, mujer de Francesc Macià, llevó a cabo una gran reforma arquitectónica de las antiguas estancias cartujanas. Después de ser incendiada durante la Guerra Civil, el interior de la casa sufrió diversas y reiteradas modificaciones.

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