La justicia andorrana investiga desde hace tres años a antiguos mandos policiales del Cuerpo Nacional de Policía español por los delitos de coacciones, revelación de secretos, chantaje y extorsión bajo la tesis que estos coaccionaron a la Banca Privada de Andorra (BPA) para hacerse con datos bancarios de la familia Pujol, dentro de la denominada Operación Catalunya, que buscaba encontrar —o fabricar— pruebas contra líderes nacionalistas catalanes con el objetivo de descabezar al independentismo. La contrapartida para la banca sería frenar la intervención del Banco de España sobre Banco Madrid, filial de BPA.
Según avanza hoy El Mundo, uno de los implicados en la trama, Marcelino Martín Blas, habría ofrecido una versión diferente, según la cual habría sido al revés, es decir, los banqueros habrían ofrecido las cuentas de los Pujol a cambio de frenar la intervención del Banco de España.
A todo ello, los sumarios judiciales a los que ha tenido acceso el citado medio desvelan que hubo un operativo con formas de trabajar peliculeras integrado entre otros por el inspector jefe de Policía y en su momento agregado de Interior en la embajada española de Andorra, Celestino Barroso, el cual habría contactado con Higini Cierco —junto con su hermano Ramon, máximos accionistas de BPA—,en mayo de 2014 para advertirle que de no haber colaboración respecto a los datos de los Pujol, el tema del Banco de Madrid acabaría con su intervención, como finalmente así sucedió en marzo de 2015. En ese encuentro, Barroso habría pedido a Cierco que se desplazara a Madrid para ver a unas personas que le concretarían los términos del pacto.
Es más, desde la embajada española se habría reforzado la presión contra los banqueros andorranos y forzaron al consejero delegado de BPA, Joan Pau Miquel, a recibir al agregado de interior de la embajada, que le repitió las advertencias e insistió en que debía verse con alguien en Madrid. Según la narración de los hechos recogida en la documentación judicial, Miquel ha declarado que en el encuentro en su despacho se le dieron dos mensajes, el primero, “que el Banco de España tiene una inspección en Banco Madrid y se lo van a cargar y ya hay una empresa americana dispuesta a hacerse con el banco", y el segundo, “que depende de ustedes que eso se quede en nada y se pare la inspección. Depende de que accedan a algo que yo no sé de qué se trata". Ese algo serían los datos bancarios de los Pujol.
Como resultado de ese encuentro, Miquel se desplazó al Hotel Villa Magna de Madrid donde tuvo un encuentro “como de una película de los años 60” con un tal Félix —aparentemente, el ya citado Martín Blas— en la que el segundo se sentó discretamente a su lado en un sofá y abrió un periódico a su vista donde pudo ver un papel que, en palabras de Miquel, contenía un texto “que decía, más o menos, que el Estado estaba en guerra contra Catalunya y que la prioridad era el nacionalismo. Necesitamos que nos dé las cuentas que tenga de la familia Mas, Junqueras y Pujol”.
Martín Blas lo niega
Por su parte, en declaración reciente ante la justicia andorrana, Martín Blas, ha negado ningún tipo de coacción, sino más bien todo lo contrario, dando a entender que fue el consejero delegado de la BPA el que le dio, en el hotel madrileño ya citado, una cuartilla con datos de Jordi Pujol, Marta Ferrusola y una de sus hijas con sus datos bancarios, junto con la petición de que el policía mediara en el expediente del Banco de España sobre Banco Madrid, algo a lo que el policía apuntó que no podía hacer nada puesto que no trabajaba para el Banco de España.