Ni los gritos de guapo con que algunos espontáneos han recibido a Pedro Sánchez en la puerta del Palau de la Generalitat han conseguido sacar tensión al rostro del presidente del Gobierno, que este miércoles ha dedicado una hora y media de su mañana a visitar el Palau de la Generalitat. La excusa era la firma del convenio para el traspaso del Ingreso Mínimo Vital (IMV) a la Generalitat, pero la razón de fondo era el intento de preparar una pista de aterrizaje que facilite el voto de ERC a favor de la investidura del primer secretario del PSC, Salvador Illa, como president de la Generalitat.
El presidente español ha llegado a la Plaça Sant Jaume cuando hacía cinco minutos que el carrillón había tocado las 12 del mediodía y lo ha abandonado justo una hora y media más tarde. En este rato ha mantenido una reunión con el president en funciones, Pere Aragonès, y a la una y cuarto ha presidido el acto de firma del convenio para el IMV. Quince minutos después su Audi salía por la puerta del Palau.
Sin comparecencia
Con ademán muy serio, Sánchez no ha comparecido ante la prensa para evitar tener que responder a cuestiones sobre su declaración ante el juez Juan Carlos Peinado que investiga los negocios de su esposa, Begoña Gómez, o sobre el revés que sufrió este martes en el Congreso donde no pudo sacar adelante ni la reforma de la ley de extranjería ni el techo de déficit, lo cual ha puesto en evidencia su debilidad. Que la visita de Sánchez era de trámite lo certifica el hecho de que ni siquiera lo ha acompañado la nube de periodistas madrileños que lo sigue en sus desplazamientos.
Tampoco Aragonès ha comparecido, ni la responsable en funciones de Presidència, Laura Vilagrà, que ha mantenido un encuentro con su homólogo, Félix Bolaños. ERC, atenazada por los escándalos a raíz de los ataques de falsa bandera, que han provocado la dimisión del viceconseller y persona de máxima confianza de Aragonès, Sergi Sabrià, intenta encontrar una fórmula para explicar a la militancia el apoyo al candidato socialista.
Al acabar, desde la Moncloa se han limitado a informar, en un comunicado pactado con el Govern de Aragonès, que se había producido la reunión de los dos políticos, y que ha servido para abordar la situación política general y otros asuntos de interés común; que todo se ha producido en un clima cordial y de normalidad institucional; y que la reunión ha servido para dar repaso de la relación entre los dos ejecutivos.
Gesto
Eso sí, los dos gobiernos no han perdido la ocasión de recordar que esta última semana, justo el momento en que el PSC necesita los votos de ERC para investir a Illa, se han firmado varios acuerdos que "concretan y calendarizan" diferentes transferencias y pactos pendientes, como carpetas referentes al traspaso de Rodalies y ayudas para Investigación.
Según la Moncloa los dos presidentes se han comprometido a trabajar para culminar el cumplimiento de los acuerdos. Precisamente esta es una de las reivindicaciones de ERC que advierte que los reiterados incumplimientos del gobierno socialista ha provocado la desconfianza entre las bases, que consideran que "se ha cedido demasiado" ante el gobierno Sánchez. De hecho, la secretaria general del partido, Marta Rovira, reclamó un encuentro cara a cara con el presidente español para obtener la garantía de que se cumplirán los pactos acordados, entre los cuales, los de la investidura del propio Sánchez el mes de noviembre pasado.
Cumplir compromisos
En la comparecencia para informar sobre el IMV, el conseller en funciones de Asuntos Sociales, Carles Campuzano, ha expresado también la necesidad de cumplir los compromisos vinculados al déficit fiscal que sufre el Govern, la propuesta de financiación singular y el cumplimiento del acuerdo sobre condonación del 20% de la deuda que tiene la Generalitat con el Estado a través del FLA. Campuzano ha asegurado que la reunión se ha hecho en "un tono cordial pero exigente y en un contexto en que el diálogo es la respuesta a la situación política".
Aunque el conseller en funciones ha insistido en que el encuentro ha sido institucional para hablar de aquello que tiene que ver con el Govern y que la investidura corresponde pactarla a los grupos parlamentarios, también ha puesto en valor que después de años de judicialización del procés se ha conseguido recuperar el diálogo político.