Aamer Anwar (Liverpool, 1967), escogido mejor abogado de Escocia de 2017, ha asumido con "honor" la defensa de la consellera Clara Ponsatí. También es rector de la Universidad de Glasgow y conocido internacionalmente por su lucha a favor de los derechos humanos. Está convencido de que esta vez está ante una persecución política y promete luchar hasta el final para impedir su extradición a España.
Su vínculo con Catalunya no solo pasa por Ponsatí y la defensa del derecho a la autodeterminación. El verano pasado vino a pronunciar una conferencia en la Universitat Catalana d'Estiu. Su estancia en Barcelona coincidió con el 17-A. Él estaba en la Rambla y, "por diez segundos", sobrevivió. Aquellos días ya quedó horrorizado por el tratamiento de los medios españoles, que sacaban a relucir el proceso independentista en pleno luto por los atentados.
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¿Por qué aceptó el caso de Clara Ponsatí?
El año pasado ya vine a Barcelona para una conferencia en la Universitat Catalana d'Estiu sobre la lucha catalana. La apoyo, porque creo que el pueblo catalán tiene derecho a decidir su propio destino. Y observé con horror cómo la policía atacó brutalmente a personas que simplemente ejercían su derecho al voto. Cuando Clara me contactó para que la representara, le dije que sería un honor. Es una desgracia que en la Europa moderna políticos puedan pasarse la vida en la cárcel simplemente por promover un referéndum. Lo podríamos esperar en otro lugar, pero no en Europa.
¿Son "fugados de la justicia"?
No acepto eso. El pueblo tiene derecho a decidir su destino, si deben ser independientes o no. La han acusado de rebelión con violencia. La única violencia que muchos de nosotros hemos visto es la de los policías españoles el día del referéndum. Clara no puede ser considerada responsable de esa violencia. Lo que tendría que hacer el Estado es poner a sus propios policías a juicio por atacar al pueblo catalán. Si alguien es responsable de la violencia es el Estado español. En todo caso, los fugados de la justicia son los agentes de policía que atacaron indiscriminadamente a gente pacífica que quería votar.
Aun así, acusan a Ponsatí y los exiliados de huir de la justicia...
La pregunta que hay que hacerse es si habrá algún tipo de justicia para los políticos catalanes en España. Y no creemos que la judicatura española sea independiente. No creemos que Clara tendrá derecho a un juicio justo. Por descontado que España es un país europeo y tiene un sistema judicial, pero cuando se trata de Catalunya se pervierte. El Gobierno catalán está en el exilio o la cárcel, y personas como Clara se enfrentan a condenas de hasta 35 años. ¿Por hacer qué? Por promover pacíficamente un referéndum. Eso no es ni democracia ni justicia.
¿Por qué cree que los tribunales españoles no pueden garantizar un juicio justo?
A Ponsatí o a Puigdemont, los políticos, la policía y la judicatura ya les han juzgado públicamente. A ojos de la sociedad española, ya han sido declarados culpables. Ahora no puedes enviarlos a los tribunales españoles para que tengan un juicio justo. Además, la judicatura española es sistemáticamente seleccionada por el Gobierno español, está demasiado ligada. Su independencia e imparcialidad no pueden ser garantizadas.
Ponsatí se enfrenta a una condena de hasta 35 años por promover pacíficamente un referéndum. Eso no es ni democracia ni justicia
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Para usted, ¿hay presos políticos en el Estado español?
Sí. En este momentos, los políticos independentistas encarcelados lo son. Estoy de acuerdo con aquellos que dicen que las acciones del Gobierno español tienen sombras del franquismo. El franquismo ha vuelto a las calles de Catalunya y Barcelona. Creo que están tratando de criminalizar sistemáticamente las aspiraciones independentistas. Es eso lo que decían cuando hablaban de descabezar a los dirigentes independentistas...
¿Y eso es herencia de la dictadura?
Creo que hay muchas semejanzas con el franquismo. No creo que España haya roto nunca con él. La memoria todavía está ahí. Y cuando ves a agentes de policía atacando a personas que ni siquiera están protestando, que están votando... Eso ocurría en los tiempos de Franco, pero no ahora. Cuando ves a personas haciendo saludos fascistas, cantando himnos franquistas u homenajeando al dictador, hay un problema. España es un país en el corazón de Europa. Después de la Segunda Guerra Mundial dijimos "nunca más" al fascismo. Y para aplastar el movimiento independentista se está volviendo a las tácticas franquistas.
¿La respuesta del Gobierno español está poniendo en riesgo la democracia?
Absolutamente. No puedes llamarlo democracia cuando niegas los derechos a una parte de la población, cuando no es igual ante la ley. Si estos derechos no existen para el pueblo catalán, eso quiere decir que no hay democracia en España.
Para aplastar al movimiento independentista se está volviendo a las tácticas franquistas
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¿Entiende el silencio de Londres?
Entiendo el silencio, porque Theresa May está preocupada. Por eso no habla, pero creo que es hipocresía. Su Gobierno ha demostrado cobardía y un doble vara de medir. Defiende los derechos humanos fuera de Europa, pero cuando pasa en España calla o apoya al Gobierno español. Es grotesco. Imagina que eso estuviera pasando en Rusia. Se hablaría de sanciones y de echar a diplomáticos. El Gobierno británico es cómplice de los crímenes del Gobierno español.
¿Qué piensa de la respuesta de la Unión Europea?
Ha sido patética y cobarde. Uno de los grandes hitos de la Comunidad Europea es la Convención Europea de Derechos Humanos. Y la Unión Europea ha fallado a la hora de tomar acciones contra España. Las tendría que haber tomado. No importa si están a favor o en contra de la independencia; tendrían que hablar alto y claro por lo que se está haciendo al pueblo catalán. No es Rusia o un país africano; es tu hermano.
¿La comunidad internacional debería intervenir en el conflicto?
Tendría que dar pasos, podría aprobar sanciones económicas y políticas. Si quiere seguir en la Unión Europea, tendrían que pedir a España que obedezca la Convención Europea de Derechos Humanos y deje de criminalizar al Gobierno catalán y a los políticos catalanes. No puedes aplastar de esta forma el espíritu de tanta gente.
¿Qué supondría la extradición de su cliente?
Haremos todo lo posible para que eso no pase. Es un proceso muy largo. Hay varias posibilidades de recursos. Y esperamos que en los próximos meses el Gobierno español haga un cambio de mentalidad. O que pierda las elecciones y llegue gente nueva, más razonable, que quiera negociar. En una democracia se negocia, no se dan golpes de porra. Eso es fascismo.
La comunidad internacional podría aprobar sanciones económicas y políticas contra España.
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¿Es optimista?
Sí. Lo somos. Lucharemos hasta el final para defenderla de la extradición.
El mes pasado, una jueza irlandesa envió un caso de extradición a la Corte Europea de Justicia, porque consideraba que había interferencias del Gobierno español en el sistema judicial. ¿Podría pasar lo mismo en este caso?
Sí. Contemplamos todas las opciones. Todas están sobre la mesa. Iremos a cada lugar donde estemos obligados a ir para defender a Ponsatí.
¿Por qué Ponsatí ha recibido este apoyo en Escocia?
Los escoceses hemos pasado por nuestro propio referéndum. E incluso la gente que votó en contra recuerda que fue un referéndum pacífico. Mucha gente se ha sentido horrorizada viendo una profesora universitaria que podria pasar el resto de su vida en la prisión para hacer lo mismo. También quedó horrorizada con las imágenes del 1-O. Es por eso que tanta gente, no solo en Escocia, le está apoyando.
¿También la gente en contra de la independencia de Escocia le está apoyando?
Sí. Empezando por la rectora de la Universidad de Saint Andrews, Catherine Stihler, que es eurodiputada laborista y está en contra de la independencia. Dijo que por toda Escocia y Europa la gente debería estar apoyandola porque se trata simplemente de justicia, humanidad y libertad. Incluso sin ser independentista sabe que lo que le están haciendo a Clara está mal.
¿En estos momentos, visto desde fuera, es posible una solución política?
No solo es posible, sino que es la única posible. Pero eso implica que el Gobierno español se tiene que sentar a negociar. No puede seguir aplastando a la gente como lo ha hecho hasta ahora. Si siguen así, perderán la batalla contra el pueblo catalán.