El Govern iba lento pero no iba lejos. Éste vendría a ser el diagnóstico de la CUP, que ya advertía, desde hace meses, que el ciclo político estaba agotado. Por eso hace medio año ya pedían una cuestión de confianza en esta casa. Ahora, con la ruptura de la coalición entre ERC y Junts per Catalunya, se ha acabado de evidenciar. En este contexto convulso la portavoz de los anticapitalistas en el Parlament, Eulàlia Reguant (Barcelona, 1979), recibe a ElNacional.cat en su despacho en la cámara catalana. No se siente interpelada por el "mantra" del 80% que vende el nuevo Govern, insiste en que el president Pere Aragonès debe someterse a una cuestión de confianza y vaticina que las elecciones serán "más pronto que tarde". A pesar de todo, hacer política es cabalgar contradicciones. Por este motivo quizás, sin mucha confianza, mantienen la puerta abierta a negociar los nuevos presupuestos para que las cuentas no caigan en manos del PSC. Ella misma es la encargada cupera de los asuntos presupuestarios. Después de la conversación admite que hay una coyuntura muy envenenada y un clima de desconfianza que deriva de un acuerdo de investidura que consideran incumplido. Reguant también concede esta entrevista tras ser condenada por el Tribunal Supremo a una multa de 13.500 euros por no responder a los abogados de la extrema derecha de Vox durante el juicio del procés. 

¿Tiene recorrido el nuevo Govern? ¿Se sienten interpelados por este 80% y esta "Catalunya sencera"?
Este Govern, la legislatura en el fondo, está agotado. La nueva configuración no difiere, en las principales políticas a impulsar, del Govern que había hasta ahora de ERC y Junts. Por lo tanto, no. Es un Govern ahora de ERC y de "ex" en esta voluntad de interpelar a una parte de los partidos, que no de la población. Hay exsocialistas, exconvergentes, excomunes...

Pero no excuperos.
No hay excuperos. El punto neurálgico del Govern sigue siendo el mismo. Y las políticas a impulsar no van a diferir. Por lo tanto, para nosotros este Govern no tiene recorrido.

¿Qué implica que no tenga recorrido y que la legislatura la den por agotada?
Que una legislatura que tenía que ser una legislatura de grandes cambios y transformaciones, que nosotros planteábamos abrir un nuevo ciclo, ya no tiene este recorrido. Es nuestra constatación de hace meses. Pero con la salida de Junts del Govern y el colapso, ya se hace evidente que no hay margen para grandes transformaciones porque el Govern no tiene intención de hacerlo.

Insiste en la cuestión de confianza, pero el president Aragonès se niega a ello...
Es un Govern y un president investido con unas mayorías. Ya hace muchos meses que estas mayorías ya no estaban. Hace muchos meses que se visualizaba claramente que los grandes acuerdos a los que llegaba el president era con el PSC y los comunes. Antes ya tenía sentido presentar una cuestión de confianza para que el president explicara con qué programa quería gobernar y con qué mayorías quería sacarlo adelante. Y ahora es más evidente todavía. Es necesario por una cuestión de transparencia y de salud democrática. Tendría que ser leído como positivo, no como negativo.

Hipotético caso de que el president aceptara someterse. No la supera. ¿Elecciones?
Si no la supera quiere decir que ya no puede seguir siendo president. Las elecciones serán más pronto que tarde. Pero también es cierto que un escenario electoral ahora no haría variar excesivamente el panorama parlamentario. Y es evidente que no habría ni grandes apuestas por grandes transformaciones ni el independentismo saldría reforzado.

¿Y en el actual escenario sí que es posible un viraje?
En el actual escenario, ERC ha demostrado de hace tiempo que no, que no tiene intención de abordar ni las grandes transformaciones ni las hemorragias que decíamos en el inicio de la legislatura. Y ante una crisis social y económica como la que hay, en lugar de ir a propuestas que sean estructurales, lo que hace es parches y un plan de choque de 300 millones, que es un paquetito que no da respuestas a aquello que necesita a la gente.

¿Esta cuestión de confianza condiciona cualquier posible negociación de la CUP con el Govern?
No es una cuestión que condicione o no condicione. Es que el Govern tiene que explicar con quién piensa gobernar y qué políticas piensa hacer, porque es evidente que lo que dijo hace un año y medio en el debate de investidura no es lo que está haciendo este Govern.

 

Mientras tanto les cuelgan la etiqueta de "socios preferentes".
Lo han repetido del derecho y del revés. Pero es pura retórica. A la hora de la verdad, renovación de la CCMA, Síndic de Greuges y Sindicatura de Cuentas: Junts, ERC y PSC. Presupuestos: ERC, Junts y comunes. El "gran acuerdo" por el catalán, o para allanar la sentencia del TSJC: ERC, Junts, PSC y comunes. Pueden decirlo muchas veces. Sus prácticas y sus políticas no son que la CUP sea un socio preferente. Que paren de hacer retórica y que paren de decir cosas que no son ciertas.

¿Ha habido alguna conversación o reunión con la nueva consellera de Economía?
No.

 

A pesar del contexto, desde la CUP hay voluntad de negociar los presupuestos.
Hace meses que hacemos propuestas y poniéndolas encima de la mesa con iniciativas aquí en el Parlament. Durante el debate de política general pusimos una serie de propuestas de resolución que entendemos que son las propuestas que hace falta para empezar por algún lugar a dar respuesta a la situación. El Govern, ERC y Junts, votaron en contra mayoritariamente. Estas son nuestras propuestas para unos presupuestos. El Govern sabe cuáles son. No es una cuestión de entrar a negociar; el Govern tiene que decidir cuáles son sus prioridades para los presupuestos. A partir de aquí, veremos. Es evidente que en un año y medio de legislatura lo que hemos visto es todo lo contrario. No confiamos en que haya un cambio de políticas ahora.

Es decir, para que la CUP apruebe los presupuestos, hace falta una renta básica universal, parar los desahucios y todas las propuestas rechazadas en el debate de política general.
Hacen falta políticas que vayan a la raíz. Son prácticamente las mismas propuestas que pusimos encima de la mesa para los presupuestos del 2022. Si lo que hacen son unos presupuestos que son continuistas de estos presupuestos, ¿qué sentido tiene decir que quieren negociarlo con la CUP? Saben nuestra respuesta; la misma que la de los presupuestos del 2022.

¿Se entendería una prórroga presupuestaria?
Sabemos que es complicada una prórroga presupuestaria por la situación social y económica y del país. Pero también es cierto que si son unos presupuestos que lo único que hacen es mantener las lógicas de externalizaciones de servicios públicos, la transferencia de dinero público a manos privadas para construir vivienda en lugar de recuperar la vivienda en manos de fondo buitre y de la banca... Son unos presupuestos que no van la raíz de las cosas. Una prórroga tampoco sería demasiado diferente de unos nuevos presupuestos en este sentido. Entendemos que unos presupuestos tienen que responder a la voluntad de transformación y cambio. Por lo tanto, tiene que haber renta básica universal, pero también recuperación de externalizaciones y servicios públicos que ahora están en manos privadas.

¿Pero con qué mayoría se aprueban unos presupuestos así? ERC, CUP y comunes no dan.
Entonces queda claro que la voluntad del Govern es hacer unos presupuestos que no respondan a las necesidades de la gente, porque si lo que plantea son unos presupuestos para ser aprobados por el PSC, que ha formado parte de estas políticas que denunciamos...

"Ahora mismo el Govern plantea unos presupuestos para ser aprobados por el PSC"

En esta aritmética que nos ha tocado en el Parlament, la alternativa al PSC es Junts per Catalunya, que apuesta por una política fiscal muy diferente a la de la CUP.
Puede ser. Pero por eso es indispensable que haya una cuestión de confianza y que el president explique qué quiere hacer y con quién lo quiere hacer. Para clarificar todo esto.

¿Entonces, la CUP se descarta de unos presupuestos donde esté el PSC?
Lo que vemos es que el PSC también votó que no a las propuestas que nosotros hicimos en el debate de político general. Entendemos que el PSC tampoco comparte estas prioridades políticas que son de sentido común y que sirven para empezar las transformaciones del país. No decimos "con el PSC no" o "con el PSC sí". Decimos que lo que se trata es qué políticas prioriza el Govern. Se trata de hablar de políticas, no de nombres.

¿Y si el PSC regala los votos?
Ellos sabrán. En esta vida nunca hay nada a cambio de nada.

Han anunciado que harán una ronda de contactos. ¿Con quién y con qué objetivo?
Hay que empezar por algún lugar. Hay una serie de propuestas que nosotros hacemos, que la voluntad es que sean herramientas para empezar estas grandes transformaciones y que el momento social y económico requiere mucha organización, de mucha construcción de comunidad y de movilización teniendo en cuenta que los gobiernos no dan respuesta a las necesidades de la gente. Empezamos esta ronda con actores sindicales, con el mundo de la economía social y solidaria, con el movimiento por la vivienda, con las entidades sociales del independentismo... Es con esta gente que queremos empezar una ronda de contactos para plantear cuáles son nuestras propuestas pero también hacer un análisis compartido del momento.

"Es indispensable que haya una cuestión de confianza y que el president explique qué quiere hacer y con quién lo quiere hacer"

¿Presentarán propuestas nuevas o las que ya han sido rechazadas en el debate de política general?
Queremos escuchar qué dicen todos estos actores por si hay alguna necesidad o elemento más a poner sobre la mesa. Entendemos que las propuestas que nosotros llevamos en el marco de la campaña electoral, que hemos ido trabajando durante este año y medio de legislatura, son propuestas que ya nacen de colectivos, de necesidades sociales, que no nos hemos sacado de la manga. Ahora podremos trabajarlas con más gente y fortalecerlas.

¿Todo lo que piden está al alcance de la Generalitat?
Está al alcance de la Generalitat si lo que quiere es actuar con soberanía, si quiere confrontar los oligopolios, si quiere avanzar en esta necesidad de ejercer el derecho a la autodeterminación. No se puede ni aceptar ni permitir el relato, que es mucho thatcheriano, que no hay alternativa. Siempre hay una alternativa y siempre se tiene que buscar. Si no, lo único que queda es la resignación. En estos momentos lo que hace falta es más iniciativa política que nunca.

¿Quiere decir que Aragonès hace un discurso thatcheriano?
Sí, hacen un poco este discurso thatcheriano de no hay alternativa, de "esta es el único margen que tenemos". Gobernar la Generalitat no es convertirla en una gestoría. Lo que queremos es ir más allá. Por eso queremos ser independientes o construir una República. Pero el camino también hace la cosa. Y lo que hace falta es avanzar en este sentido.

 

¿También presentarán una nueva propuesta para encarar el conflicto político y salir del callejón sin salida actual?
Trabajaremos escuchando cuál es la mejor propuesta. Nosotros creemos que el camino a seguir para el independentismo lo marcan los aprendizajes del 1-O: organización de la gente con desobediencia civil y unas instituciones al lado de la gente, acompañando este proceso. Y al mismo tiempo entendemos que la vía para seguir en este camino es a partir de derechos o de elementos que forman parte de las necesidades del día a día de la gente. Esto tiene que ver con las políticas de vivienda, con la capacidad de dotarnos de más soberanía para regular los precios de los alimentos básicos. Son estas cosas las que nos tienen que hacer avanzar también en la resolución efectiva del derecho a la autodeterminación y por lo tanto de la independencia.

No se puede ni aceptar ni permitir el relato thatcheriano del Govern de que no hay alternativa. Siempre hay una alternativa y siempre se tiene que buscar"

¿La mesa de diálogo no puede convertirse en una herramienta útil?
La mesa de diálogo, si sirve como comisión bilateral, no sirve. Si sirve para apaciguar el conflicto y decir a la gente que no hace falta que se movilice, no sirve. Una mesa de diálogo donde no está permitido hablar de autodeterminación y de amnistía no sirve para resolver el conflicto. Y en el fondo la están utilizando como una vía de estabilización pero sobre todo de estancamiento del conflicto a todos niveles.

Tampoco compran el acuerdo de claridad.
El acuerdo de claridad, para empezar, fue una ley que hizo Canadá para él mismo; no la propuso el Quebec. Pero la pregunta es: ¿no era la mesa de diálogo que tenía que servir para avanzar en la amnistía y la autodeterminación? ¿Ahora el acuerdo de claridad en qué se diferencia? ¿Para qué sirve? Y La Moncloa tardó treinta minutos en cerrar la puerta.

 

¿Y cómo se ejerce entonces el derecho a la autodeterminación? ¿Repitiendo un 1-O?
Se ejerce a partir de la desobediencia civil, de la organización de la gente y de ir avanzando en la consecución de más soberanía a partir de elementos como la vivienda. Esta es la única vía que entendemos que sirve para resolver el conflicto. Es entender el conflicto como un motor de cambio, que hace avanzar, que es lo que pasó en octubre de 2017.

En el debate de política general dijo que tenía que dejar de ser un conflicto interno para adoptar una dimensión internacional. ¿Qué hace pensar que ahora habría una mediación que no existió en 2017?
Es evidente que los Estados y esta comunidad internacional así en etéreo tiene tendencia a blindar los estatus quo. Eso es lo que en 2017 ya pasó y que podría volver a pasar. Lo que nosotros planteamos es que la única vía para que se pueda tomar seriamente este conflicto es que no sea entendido en clave internacional como un conflicto interno del Estado español. Esto no pasará por arte de magia; esto pasará en la medida en que aquí el conflicto avance. Cuanto más estancado esté, menos pasará. Y hay otro elemento que puede ser una oportunidad: mirar el proceso en Escocia o en Irlanda del Norte. Nos tiene que permitir poner de nuevo en la agenda el ejercicio del derecho a la autodeterminación en Catalunya.

 

¿A quién atribuyen la responsabilidad de la situación actual?
Es una multi-responsabilidad, donde la CUP no estamos exentos de responsabilidad. Nadie lo está. Pero es evidente que el hecho de que no exista un análisis de lo que pasó en octubre del 2017, y sobre todo los permanentes reproches del independentismo gubernamental durante todos estos años, ha generado esta situación. Y, por otra parte, se habla mucho de unidad estratégica, como el gran mantra de lo que fue el 2017. Y tendríamos que relativizarlo. Hubo un hito compartido, un referéndum, pero no había una estrategia compartida, como se vio clarísimamente a partir del 3-O.

Más allá de las instituciones, por la Diada vimos lo que vimos y por el quinto aniversario del 1-O, también. ¿Hay una ruptura entre instituciones y calle?
Hay una ruptura entre parte del movimiento independentista y las instituciones. Esto es una evidencia. A partir de aquí, es positivo que la gente siga movilizándose, sí. Pero hay que vigilar no alimentar ciertos relatos antipolíticos, que en el fondo sabemos qué nos llevan si miramos lo que ha pasado en otros países europeos.

"El proceso en Escocia o en Irlanda del Norte nos tienen que permitir poner de nuevo en la agenda el ejercicio del derecho a la autodeterminación en Catalunya"

Populismo, trumpismo... ¿Es un riesgo real dentro del independentismo?
Es un riesgo más real ahora que hace cinco años. Eso no quiere decir que no se pueda revertir o que no sea sana la crítica a las formaciones políticas y la crítica a las instituciones. Es necesario y sano. Es así como las instituciones avanzan. Pero no compartamos una parte del discurso. Y la mejor manera de combatirlo, de recuperar otro marco, es con iniciativa política independentista. También hace falta que el Gobierno tenga claro eso.

Acaba de ser condenada a una multa por no responder a Vox en el juicio del procés, pero no ha sido inhabilitada. ¿Se lo esperaba?
Yo habría deseado que el Tribunal Supremo reconociera el derecho a la objeción de conciencia en algo tan grave como es la participación de la extrema derecha en un tribunal. Ha puesto una multa y no ha inhabilitado porque habría sido todavía más descarada la politización de la justicia, esta no depuración del poder judicial. También se ve la discrecionalidad de la justicia comparando mi sentencia y la de Antonio Baños.

Queda la sensación de que la extrema derecha extiende sus tentáculos por todas partes.
La extrema derecha, en el Estado español, no ha desaparecido nunca. Ha tenido varias caras. Hemos ido viendo caras más o menos amables. Pero hace cuarenta años que campa por el Estado y por los diferentes poderes. Ahora tiene una expresión política e institucional mucho más clara y mucho más bestia, como es Vox. Se la ve más claramente. Pero este es el problema: que nunca se ha depurado el poder judicial, el poder económico... La relación de la extrema derecha con los pilares del régimen del 78 ha existido siempre.