En las puertas del 10º aniversario del registro del Palau de la Música que destapó el fraude de 35 millones de euros, Fèlix Millet, encerrado en su bunker de L'Ametlla del Vallès, descuelga el teléfono. El que fue presidente del Palau de la Música y principal acusado del mayor caso de corrupción que ha impactado en la sociedad catalana, espera que el Tribunal Supremo resuelva su recurso que lo libraría de la pena de prisión. Tiene 84 años y su salud desfallece.
El martes se cumplirán 10 años del inicio del caso a Palau, cuando los Mossos d'Esquadra entraron en la sede del Orfeó Català. El 15 de enero del 2018 se conoció la sentencia: Fèlix Millet y Jordi Montull fueron condenados a 9 años y 8 meses de prisión, y a 7 años y 6 meses de prisión, respectivamente. Además, Millet tenía que pagar 4.120.540 euros de multa por blanqueo de capitales y un delito contra la hacienda pública. Y Montull, 2.998.284 euros. Además de la multa, Millet y Montull tenían que devolver el dinero que se quedó el Consorci del Palau de la Música, l'Associació Orfeó Català y la Fundació Orfeó Catala-Palau de la Música, en total 23 millones de euros. También los condenaron a pagar a Hacienda 677.904 euros.
El caso está recurrido en el Tribunal Supremo. Solo 10 días después de conocerse la sentencia, se recurrió. Millet espera todavía la absolución.
Es miércoles por la mañana. Por L'Ametlla del Vallès no hay ni un alma. Camino de El Turó Blanc, la jaula de oro donde ahora está recluido Fèlix Millet, hay varias propiedades de la família del expresidente del Palau de la Música. Son inagotables. De hecho, en la casa de L'Ametlla hay una réplica del auditorio del Palau de la Música. Cuando llegamos al Turó Blanc, sale el cartero de dentro. En el buzón hay papeles descoloridos. Es propaganda electoral del PSC que no han ni tocado. Emprendemos el camino hacia la puerta de detrás, por donde en julio del 2012 entró y salió la comitiva judicial que realizó el registro y se llevaron las 30 obras de arte y 43.000 euros en metálico.
Llamamos al portero automático. Se pone el asistente y nos dice que el sr. Millet está enfermo pero que le pregunta si nos quiere atender. Después de unos minutos, volvemos a oír la voz y nos dice que llamemos mañana, que el sr. Millet no se encuentra bien. Nos marchamos. Por la tarde, ya desde la redacción, decidimos intentar llamarlo. I Fèlix Millet descuelga el auricular.
¿Diga?
Hola, señor Millet. ¿Cómo se encuentra?
Estoy muy mal. He perdido la vista y ahora estoy a 39 de fiebre. No me encuentro bien. Estoy en la cama y cojo el teléfono desde la cama y me tienen que desnudar, me tienen que duchar. Estoy mal, ¿sabe?
¿Se acuerda de que ahora hace 10 años que entraron los Mossos d'Esquadra en el Palau de la Música?
Sí, sí. Estoy esperando la sentencia del Supremo.
Está esperando la sentencia del Supremo. ¿Y cree que lo absolverán?
Está claro que la espero. No lo sé, si me absolverán, yo no soy juez.
[Se hace un silencio y de golpe Millet empieza su relato rememorando sus mejores tiempos y su gestión al frente del Palau de la Música]
¿Usted sabe todo el que hice por el Palau? Doblé la superficie, hice el restaurante, hice los vestuarios, hice la piscina, hice la sala de reuniones... Doblé los metros cuadrados de espacio, quité la iglesia después de pactar, llegué a un acuerdo con el Obispado... Lo declararon Patrimonio Universal de la Humanidad, que al principio no querían, pero hice un "arreglo" con Mateu Zaragoza y con el Ayuntamiento, con en Pasqual Maragall, para que arreglara los entornos. Hice el coro joven, el coro de chicas, el coro de cámara, etcétera.
Por lo tanto, ¿usted cree que es más importante todo el que hizo por el Palau que por lo que lo han acusado?
Lo que dice usted... Tiene toda la razón. Espero la sentencia, pero es totalmente injusto lo que me han hecho, ¿sabe?
¿Tiene mal recuerdo del verano del 2009?
Yo solo lo que puedo decir es que ya sabe todo lo que he hecho y que me equivoqué en alguna cosa.
¿Ha perdido amigos?
Alguno sí. Se me ha muerto la mujer todavía no hace hace un año, se me ha muerto la hermana hace dos meses... tengo dos hijas muy majas y cuatro nietos muy majos y un hijo.
¿Todavía se ve con Jordi Montull?
No. Nos hablamos alguna vez por teléfono, pero no nos vemos.
¿Si fuera ahora haría alguna cosa diferente?
Si.
¿El qué?
No se lo diré [ríe]. Le agradezco mucho la llamada [Y cuelga].