El honorable Jordi Turull, hombre de referencia para analizar la situación política a Catalunya y España, ha concedido una entrevista a El Nacional desde la prisión d'Estremera. Primero, Turull contestó por escrito a mano un cuestionario previo y a continuación se comentaron y ampliar las respuestas el sábado durante los 40 minutos que tiene para hablar con las visitas.
Ante todo, ¿cómo se encuentra conseller?
Bien..."¡a la fuerza!" que dicen. Anímicamente me siento fuerte y firme, consciente de la injusticia que nos toca sufrir. Lejos de hundirme, noto que se fortalecen mis convicciones y mi compromiso con todo aquello por lo que injustamente nos encarcelaron.
¿Cómo se aguanta el día a día?
Las cartas que recibimos nos ayudan mucho. Cada una de ellas te libera por unos instantes de tanto aislamiento y tanta monotonía y te dan mucha fuerza para ir por aquí con la cabeza alta y la dignidad intacta. Y entonces piensas en corto, en el sentido de decirte "venga, que a las 7 llamarás en casa" u "hoy te vendrá este o este otro".
¿Cómo es una jornada en Estremera?
De las 24 horas del día, unas 16 estás encerrado a la celda. Aquí aprovechas para contestar cartas, leer libros, diarios y revistas que recibimos y mirar la tele. Cuando estamos fuera de la celda participamos en algún taller y hacemos el trabajo que nos corresponde. Este mes estoy de cabeza del grupo de limpieza y me toca fregar toda una ala del módulo. El mes pasado, después del desayuno, me tocó limpiar las mesas y fregar el comedor cada día. Me levanto hacia las 7.15. Desayunamos en las 8.30; comemos a la 1.15 y cenamos a las 7. Después de comer te encierran en la celda hasta las 4.30. A las 7.30 vuelven a encerrarte hasta el día siguiente a las ocho y media.
Lejos de hundirme, noto que se fortalecen mis convicciones
¿Cómo se relaciona con los presos comunes?
Con toda normalidad y naturalidad. Y como en todos los grupos humanos hay con quien te relacionas más y con otros menos. En la mesa del comedor estoy con unos valencianos que me acogieron muy bien y un rumano. Los presos nos llaman "los catalanes" y se sorprenden porque, dicen, "sois normales".
¿Y con los otros presos catalanes?
Con en Josep Rull hace poco compartíamos celda. Ahora somos vecinos de celda. Nos vemos mucho y compartimos y nos ayudamos. Con los que están al otro módulo, Quim Forn, Oriol y Romeva, nos vemos cuando viene algún abogado a vernos en todos, que es bastante a menudo. Y siempre es una alegría. Nos pasamos toda la información que podemos. El domingo nos encontramos todos en misa excepto Raül.
Disculpe la maldad, ¿aquí PDeCAT y Esquerra se llevan mejor que en ningún sitio?
Aquí estás en una dimensión muy diferente. Estamos en la prisión no para ser de este partido o del otro. Nos han encarcelado injustamente por haber sido miembros del Govern de Catalunya y haber sido consecuentes con nuestros compromisos con la gente.
A menudo pensamos en qué legado de justicia, de democracia y de libertad dejaremos a las próximas generaciones. No les podemos fallar con nuestra resignación, ni la renuncia, ni con la batallita partidaria. Entramos juntos y juntos tenemos que salir adelante.
Se han publicado unas imágenes de Junqueras, Romeva y Forn. ¿Cómo lo han vivido?
Ha generado tensión en los módulos y en la prisión. Algunos presos dicen que por culpa de los catalanes ahora nos registran más y no nos dejan entrar cosas que antes nos dejaban. Difundir imágenes y conversaciones privadas sin permiso siempre es censurable e indigno. Pero como quien no se consuela es porque no quiere, yo he querido encontrarle un aspecto positivo. Ahora mi familia sabe cómo es mi celda, el patio, etc. Los amigos pueden hacerse una idea.
Seguro que hablan de política, pero la cuestión es si los debates en Estremera desembocan en decisiones políticas de los partidos y del Govern.
Menos de lo que querríamos. No porque no nos hagan caso, sino porque la prisión limita mucho. En un momento en que pasan tantas cosas en tan poco tiempo y con efectos tan inmediatos, tú estás encerrado en una celda durante dieciséis horas al día. Sí pudimos aprovechar la visita del presidente Quim Torra para decirle cómo lo vemos todo. Él sabe qué pensamos.
No aceptaré la invitación del juez Llarena de que abandone la política
Me consta que tuvieron sus diferencias cuando no hubo manera de presentar una candidatura unitaria a las elecciones del 21 de diciembre. Entonces la lista más votada fue Ciudadanos. ¿Han vuelto a hablar? ¿Hay alguna lección aprendida?
Con franqueza, de los temas que sabemos que no nos pondremos de acuerdo intentamos no hablar y, por supuesto, aquí dentro, reproches, más bien pocos. Nos centramos en ayudarnos. ¿La lección aprendida? La gente en las cartas nos habla de sumar, más unidad y país. El procés ha sido un fenómeno de abajo hacia arriba. La gente se da la mano y se moviliza a la una. Y gracias a esta actitud hemos llegado hasta aquí. Los políticos y los partidos tendrían que tratar de hacerlo tanto bien como lo hace la gente. Las divisiones y fragmentaciones desaniman y desmovilizan. Los partidos tiene que estar al servicio del momento y no a la inversa.
En el calendario previsto, las próximas elecciones serán las municipales. Para el movimiento soberanista es fundamental controlar las capitales y las ciudades más importantes del país y por eso hay que asegurar ser la lista más votada. Desde de Estremera, ¿cómo se ve eso?
Creo que esta pregunta queda contestada con la respuesta anterior.
A usted lo forzaron a renunciar al Departament de Presidència. ¿Cómo lo ha vivido? ¿Piensa que algún día podrá volver?
Me supo mal porque es algo que te han quitado premeditadamente con esta voluntad más de escarmiento que de justicia. ¿Volver? Después del último congreso del PDeCAT yo había decidido que había acabado mi ciclo político y se me tenía que dedicar a otra cosa. Las circunstancias no me lo permitieron entonces y ahora todo es diferente. Si salgo de aquí y me respetan mi derecho político, mi predisposición es total. Lo que no haré es aceptar la invitación del juez Llarena a dejar la política.
¿Cargo? Me han hecho "jefe del grupo 4 para limpieza de aulas y pasillos"
¿Qué cargo ambiciona?
¿Cargo? Me han nombrado "jefe del grupo 4 para limpieza de aulas y pasillos".
Hay un presidente en Berlín, otro en Barcelona, hay presos y hay exiliados y un país ingobernable desde hace meses. ¿Cuál cree que tiene que ser la prioridad del president Puigdemont y la del president Torra?
Se habla a menudo de Govern efectivo. Yo creo que el objetivo es dar "salida efectiva" a lo que han dicho los catalanes en las urnas y por eso un presidente da sentido al otro. El president Puigdemont tiene un papel importante en desenmascarar internacionalmente la parcialidad, la falta de garantías con que se está llevando la instrucción de la causa y explicar al mundo la determinación de los catalanes al decidir su futuro. El president Torra tiene que buscar y alcanzar como sea el diálogo para una negociación que dé salida efectiva a la voluntad de los catalanes. Y también tiene que garantizar que los catalanes perciban que hay un gobierno que trabaja para ellos, por su bienestar y por su progreso. Y eso pisando la calle, todo el Govern, más calle y menos despachos.
Gobernar para todos los catalanes
Por supuesto. Solo faltaría. Hemos gobernado para todos los catalanes y los que dicen que no lo hacemos son los que nos lo han impedido y sus aliados. Ahora, el Gobierno español de Pedro Sánchez quiere recuperar la salud universal. Nosotros vamos muy por delante en eso y en el apoyo a las familias con pocos recursos que no pueden pagar el recibo de la luz. Lo que tiene que hacer el Estado es no poner vetos a las leyes del Parlament y no escatimar los recursos que pagan los catalanes pora que la Generalitat continúe gobernando para todo el mundo.
Por cierto, recordará que la CUP no quiso dar apoyo a su investidura el día antes de volver a la prisión. ¿Qué sentimiento le ha quedado después de eso?
Pasar en 24 horas de pronunciar el discurso de investidura para ser president a ver cómo se cierra la puerta de la celda fue una sensación tan intensa que no la puedo explicar con precisión. Lo que es seguro es que se precipitó el acto de procesamiento para encarcelarme. Todos los actos procesales lo acreditan. Yo no quería ser president para evitar la prisión. Al contrario, el riesgo se incrementaba y lo asumí.
Entonces la CUP anunció que pasaba a la oposición.
¿Alguna vez la CUP nos ha proporcionado estabilidad parlamentaria?
¿Usted habría dado apoyo a la moción de censura contra Rajoy?
Sí. Por muchos motivos. Para sacudir y echar el inmovilismo que representaba Rajoy y la brigada Aranzadi de Soraya Sáenz de Santamaría que dirigía la represión. Cuando algo no va ni con ruedas va a peor. Hace falta correr el riesgo de probar cosas nuevas cuando se da la oportunidad.
¿Ve ahora el futuro inmediato con nuevas esperanzas?
A ver, está el PSOE del "apoyaré" y el del 155. Más que esperanzado estoy expectante. Ahora tienen la oportunidad de abordar políticamente lo que pasa en Catalunya. Pronto veremos si lo aprovechan.
No estamos en la prisión o en el exilio por Rodalies
¿Cree que merece la pena hablar de autodeterminación con el presidente Sánchez o es mejor centrarse en cuestiones más concretas e inmediatas?
Para entendernos, no estamos en la prisión o en el exilio por Rodalies. Se trato de dar salida a las ambiciones y las necesidades de los catalanes. El presidente Sánchez tiene que ser consciente de que Catalunya mentalmente se ha autodeterminado hace tiempo y hay que afrontarlo políticamente y encontrar la solución jurídica. Conflictos mucho más gruesos, no precisamente pacíficos, han encontrado diálogo, negociación y acuerdo. Aquí también tiene que ser posible.
¿La libertad de los presos es moneda de cambio en una negociación?
No. La libertad de los presos es previa e imprescindible para generar un clima de diálogo fructífero. Todo el mundo sabe que mientras haya presos y exiliados la situación política en España no se normalizará. He recibido cartas muy chocantes de gente que se me declara "unionista", pero que no pueden asumir como normal nuestro encarcelamiento y que constatan que mientras haya presos no se calmará la calle.
Usted ha estado militante soberanista de primera hora en CDC, en el PDeCAT y a Junts per Catalunya. ¿Qué futuro le ve a su partido y al soberanismo en su conjunto?
El partido tiene que ser un instrumento y no una finalidad. El PDeCAT tiene que ser un partido de síntesis, el partido de la centralidad política, el palo de pajar y tiene que ser generoso y ponerse al servicio del gran movimiento que ha protagonizado uno de los actos de mayor dignidad y radicalidad democrática en Europa.
Un poco de autocrítica no iría mal.
La autocrítica se tiene que hacer, pero con el nivel de represión que estamos sufriendo me niego a autoflagelarme y menos en público. Si tenemos ropa sucia tenemos que lavarla en casa. ¿Habéis oído alguna autocrítica por la represión del 1 de octubre?
La consellera Ponsatí ha dicho que iban de farol.
No lo veo así. Lo que no nos esperábamos era que en el siglo XXI el Estado español, un estado de la Unión Europea, respondería brutalmente a una reivindicación democrática.
¿La unilateralidad seguirá siendo la estrategia adecuada?
Bien, ahora sabemos qué pan se da. Tenemos un mapa en frente que nos muestra las complicaciones de esta ruta. Los polacos de Solidarnosc nos dieron su apoyo, pero nos advirtieron que ellos no lo consiguieron hasta el tercer intento, buscando cada vez nuevos caminos, quizás más largos, pero más factibles. I los podemos encontrar.
¿Qué quiere decir que el Govern tiene que "hacer república"?
Es como lo que antes decíamos "hacer país". Se trata de preparar el terreno. Si antes no hubiéramos hecho país, no habríamos llegado a la fase siguiente.
¿Qué es lo que más echa de menos de Parets del Vallès?
Hablar de Parets es hablar de casa. Con todo lo que comporta. Y del pueblo. De la gente que me ha visto nacer y que ha visto nacer a mis hijas. Las echo de menos, a ellas y a Blanca y la frase tan repetida "ahora vuelvo, voy a ver a mis padres"... y charlar con los amigos que te encuentras por la calle.
¿Ha pensado lo primero que hará cuando salga de aquí?
Dar las gracias a tanta y tanta gente que no me conocía y que me ha apoyado. Le he dicho eso a mi mujer y no solo lo ha entendido, me ha dicho que cuando yo salga de aquí ella se cogerá un mes de vacaciones, porque lleva una actividad incansable asistiendo e interviniendo casi cada día de la semana en actos de apoyo a los presos. Y tendré un agradecimiento especial a las y los maestros de mis hijas, que las han acompañado en esta situación mucho más allá de lo que era su obligación. Nunca podré agradecer bastante lo que hacen.