Laura Masvidal hace cuatro meses que ha empezado a vivir de una manera diferente. Desde el 2 de noviembre que tiene que convivir "con todo un país", dice ella, que se solidariza de alguna manera u otra con la situación que está viviendo. Una vez cada 15 días hace cinco horas de viaje de ida y cinco más de vuelta para estar 40 minutos con su marido, el conseller de Interior, Joaquim Forn. Primero se veían cada semana.
En el piso donde vive Laura con su hija pequeña se respira tranquilidad. En el recibidor, muy cerca de un baúl lleno de cartas hay un ramo de mimosa amarilla. En uno de los muebles, un dibujo, una caricatura de Joaquim Forn, de las que se han hecho para reivindicar su libertad y, fuera, presidiendo el rellano de la escalera, un lazo amarillo colgado en la puerta.
Las llamadas para gestionar las visitas a la prisión, el trabajo meticuloso de ir arreglando cartas, responder a la prensa y asistir a las diferentes concentraciones, forma parte del trabajo diario de la familia Forn, y que tiene que compaginar con la jornada laboral, los estudios y mantener de alguna manera el calor familiar. Durante las dos horas que los acompañamos para hacer la entrevista hablamos con la hermana de Laura, Emma, y su cuñado, Xavier, que hacen más amable el paso de las horas. Cuatro meses es mucho tiempo.
¿Cómo estáis vosotros y cómo está el conseller?
Nosotros estamos depende del día. Intentas estar bien de cabeza y bien de ánimo para afrontar el día de batalla. No quiero sentirme derrotada en ningún momento y, de hecho, no me lo he sentido. Pero el estrés de todo hace que mi cuerpo llegue un momento que me dice: "Laura, para". Pero de equilibrio emocional estoy bastante bien. Mis hijas están alucinantemente bien. Su evolución ha sido espectacular. Y Joaquim se siente muy satisfecho y lo dice en las cartas. Parece mentira que en la adversidad, o bien caes, o bien te refuerzas. Ellas están con muchas ganas de batalla. La pequeña está desbordada, lleva mucha cosa de gestión, ha cogido responsabilidades. La grande está en Londres. La distancia cuesta mucho de gestionar.
Y cuando sólo hace dos minutos que hemos empezado la entrevista, entra Emma, la hermana de Laura con su móvil. Apurada y medio embarullándose dice: "¡Es Joaquim!". Joaquim Forn hace la llamada del día a su mujer. 4 minutos de diálogo picado que se aprovecha para organizar algunas gestiones y se pregunta por los familiares más próximos. Una vez cuelga, seguimos la conversación.
¿Cómo está?
Nunca sé acabar de responderlo. Físicamente está bien. Yo lo veo diferente. Esto le ha supuesto una conmoción fuerte en la vida. Hay un antes y un después. Ha hecho un ejercicio muy reflexivo y ha hecho el esfuerzo de entender el presidio. Ahora lo ha medio entendido y sabe que no se puede rebelar, no puede programar el futuro... Hay toda una serie de cosas que no puede hacer, pero hay otras que sí. Es muy riguroso con su disciplina horaria, escrupuloso con el ejercicio, sabe que se tiene que cuidar. Observa mucho las diferentes psicologías, observa el sistema penitenciario, reflexiona muchísimo, lee mucho las cartas para entender la esencia del colectivo, no tanto a nivel personal, sino para acabar de entender las motivaciones del movimiento y escribe mucho.
¿Qué escribe?
Escribe reflexiones, sensaciones, para después recordarlas, y escribe muchas anécdotas porque piensa que de las anécdotas podrá sacar cosas. Está haciendo una evolución. Yo lo veo muy fuerte. Ha parado después de mucho tiempo de una actividad frenética. Él se quejaba de que no tenía tiempo de reflexionar y ahora lo que está haciendo es reflexionar muchísimo. Se ha hecho un mundo interior y se ha propuesto que la humillación no pasará de aquí y se mantiene muy fuerte. Trata de ver el mundo desde un aislamiento. Es una persona que está acostumbrada a tener la información desbordante al minuto o al segundo, y de sopetón, ya no tiene. La información le llega a través de unos medios que tiene que leer muy entre líneas porque son muy engañosos y a través de interlocutores, y de prensa que le llega una semana o cinco días tarde, y con todo eso se genera la opinión. Es una manera muy diferente a la que estaba acostumbrado.
El vis a vis es una de las experiencias más fuertes de mi vida
¿Cada cuándo os veis?
Al principio nos veíamos cada semana. Pero es una manera de verte tan absurda y agotadora que decidió que no fuera cada semana. Él es consciente de que su calma allí dentro no tiene nada que ver con mi ritmo loco de fuera, que iba muy cansada, que son muchos kilómetros para 40 minutos a través de un cristal, que estás todo el rato gestionando, que es una relación muy fría y que hay mucha gente que lo quiere ver y que él también quiere ver. Decidimos después de Navidad hacer las visitas familiares y el vis a vis. Son dos veces al mes y algún fin de semana puntual. Más o menos, cada quince días lo veo, y hablamos casi cada día.
Hay el encuentro familiar y el vis a vis. ¿El vis a vis te ha impactado mucho?
El vis a vis es una de las experiencias más fuertes de mi vida. Sobre todo el primero y el segundo. Fueron durísimos. Una relación de pareja de muchos años es un bagaje de mucha complicidad de muchas cosas vividas... En mantener un matrimonio bien y estable durante muchos años hay mucho esfuerzo y se supone que hay mucha complicidad y entendimiento. De golpe, entras en una habitación. No sabes qué espera él del encuentro, no sabes en qué estado de ánimo está... Hace quince días que no te ves, que sólo hablas por teléfono a base de gestiones... y entras en una habitación donde estás tú y él. Y tendría que ser un encuentro caluroso, y de golpe hay un hielo en medio que ni él ni tú sabes cómo romper. Tienes mucha comunicación a transmitir pero como no la sabes priorizar, te quedas colapsado. Y eso es mutuo. El encuentro es muy duro y la estética de la habitación... un catre allí, te dicen "pasadlo bien", se supone que vas a tener una relación íntima y hay un frío enorme que lo que es menos es íntimo... y te vas destrozada.
¿Te llegaste a plantear no hacer más?
Dije: "no haré ninguno más", pero el abogado te dice: "Laura, ¿qué dices? Para ti es horroroso, pero para él es media vida. No se te ocurra depreciar ningún vis a vis". El segundo fue muy duro y entonces pedí ayuda a un experto y me ayudó mucho. Y a la tercera lo vuelcas todo, hablas de los encuentros pasados: "Qué horror, a ver si sabemos aprovechar el tiempo, relajémonos". Y me fue bien, porque en el fondo era expresar en palabras mis sensaciones que coincidían relativamente con las suyas. El tercero fue muy bien, hubo mucha complicidad, mucha unión, de golpe, ya no sabía si era bonita o fea la habitación porque ni la vi... Pero me costó tres meses. Es muy artificial todo.
¿Ahora que lo vives de cerca, qué opinas del sistema penitenciario?
Encerramos a la gente en la prisión, aislándolos, cuando lo que queremos es reinsertarlos en la sociedad. Encerrarlos en un mundo paralelo donde los contactos con el exterior son complicadísimos. Nosotros tenemos recursos, sabemos llenar una instancia, sabemos enviar un contrato, sabemos acreditar las cosas, pero la realidad de la prisión es muy dispar. Hay gente con cultura, pero hay gente que a duras penas habla nuestro idioma, que no sabe qué es una instancia. Aislándolos, después es imposible de reinsertarlos. Lo veo muy aberrante. Las visitas de cristal, recuerdo las visitas a Copito de Nieve en el zoo. ¿Qué sentido tiene un cristal? ¿Para qué?
Se entera antes la prensa que el abogado
Estáis muy atentos a todo lo que va saliendo en los medios, más allá de las resoluciones que os llegan vía abogados...
Eso es una cosa que yo sabía que pasaba, pero cuándo lo vives en tu carne te sorprende mucho. Se entera antes la prensa que el abogado. Nos lo tendríamos que hacer mirar entre todos. Pero es así. Al principio es muy angustiante. Al principio estaba todo el día pendiente del monotema. Me generaba un estrés horroroso, no podía descansar y gestionar tanta información no me hacía tener la cabeza en el lugar donde la quería tener. He hecho un poco de inconsciencia comunicativa. En el mundo pasan muchas cosas. Es muy grave lo que pasa aquí, pero no podemos estar todo el día flagelándonos. No podemos olvidar la situación y lo tenemos que reivindicar, pero no podemos estar todo el día porque es insano.
¿Joaquim está pagando el precio de una buena gestión del atentado terrorista?
El atentado del mes de agosto cayó como una bomba. Pensé que era la peor crisis que puede tener un conseller de Interior. Hace muchos años que esta policía es capaz y preparada y de nivel. Joaquim entendió dónde estaba la responsabilidad política y la policial y estuvo inteligente y delegó toda la parte técnica a los mandos. Eso visualizó una estructura bien organizada, que era una policía eficiente e hizo lucir el cuerpo. En la reunión del gabinete de crisis por el atentado con Mariano Rajoy y Soraya Saénz de Santamaria, Rajoy está de cabeza de mesa presidiendo la reunión pero habló quien tenía que hablar (los mandos de los Mossos). Y Joaquim vio claramente como se desencajaban porque visualizaron que el Estado en Catalunya quedaba relegado a presidir una reunión. Aquel día me dijo: "Eso lo pagaremos caro". Pero yo más bien pienso que está pagando haber puesto en evidencia el fracaso de los servicios secretos que no pudieron detener el referéndum del 1 de octubre. Paga él y nos lo hacen pagar a todos. Si los hubiéramos desafiado pero no los hubieran dejado en evidencia, no estaríamos donde estamos.
¿Tiene la sensación de que, ya que está encerrado, eso tiene que servir para alguna cosa?
Lo pensamos nosotros desde fuera. Él no se siente tanto causa, en el fondo. Y yo creo que ya ha servido y él también lo cree. Lo que pasa que ahora tendríamos que caminar con acierto.
¿Os molesta u os preocupa que no haya manera de formar Govern y qué línea se seguirá?
Él ha tenido momentos que ha estado muy enfadado porque veía que las cosas se tenían que hacer de una determinada manera. Realmente, es muy complicado porque políticamente ahora los caminos son muy difíciles, porque si queremos dar pequeños pasos, tendremos que hacer ver que renunciamos a algunas cosas. Y la gente no quiere renunciar. Tampoco creo que sea bueno, pero es que si no, no avanzaremos. Esta contradicción está en los políticos. Verlo desde fuera no es lo mismo que percibir la temperatura del país desde dentro de la prisión o desde el exilio. Los que están en la prisión no perciben la temperatura del país porque están aislados y los que están fuera la perciben a través de interlocutores, el temple de lo que conviene aquí es difícil, pero no quiero creer que nos han vencido. Tenemos que ir acertando con mucha inteligencia. Hay mucha gente que se ha quejado de que no se explicaron bien las cosas. Quizás si se hubieran explicado bien no hubiéramos llegado tan lejos. No todo se puede explicar. ¿Me gusta? Pues no lo sé. Probablemente toque ser muy inteligente con estrategias que alguien después te reprochará... tienes que ser consciente de ello. Y la gente como colectivo también tenemos que ser conscientes de que la política no llegará donde esperamos que llegue y por lo tanto ahora depende mucho de cada uno de nosotros. Implicación y compromiso ayudará a que este país vaya adelante o hacia atrás.
¿Sufrís porque el discurso que pueda pronunciar ERC, Junts per Catalunya o la CUP pueda perjudicar a los presos?
Yo al principio sufría muchísimo y una de mis hijas me ayudó mucho. Me dijo que se negaba a autocensurarse con sus opiniones porque eso pudiera influir en la opinión del juez o la situación jurídica del padre, y si es así, el país está más enfermo de lo que nos tememos, o cada día empeora. El juez puede argumentar lo que quiera, pero si tenemos que estar todos pendientes del qué dirán... ya hemos entendido que es un rehén. Si quieren hacer depender la prisión de los cuatro de lo que hacemos, pues lo harán. Y lo están haciendo. Como colectivo tendremos que decidir qué hacemos y ellos con sus fuerzas tendrán que decidir si siguen reprimiendo el movimiento.
¿Tenéis esperanza en el martes, en la vista para revisar la prisión provisional?
Sí. (Ríe). Hoy, de golpe... no sé por qué, sí. Soy de natural optimista y tengo mucha esperanza en todo. El objetivo del martes es básico. La prisión de Joaquim se me está haciendo eterna porque la considero horrorosa. Es como una prisión colectiva. Tengo esperanza en el martes, en que Joaquim vuelva, en que salgan los presos y empezar a caminar. Pero la causa continúa, el juicio está pendiente, el Govern está cogido con pinzas, la mayoría encausados, nos han decapitado, que es lo que querían, la cultura amenazada... Sí, mucha esperanza en el martes y en un futuro mejor, pero soy muy consciente de que estamos en un túnel muy oscuro.
Joaquim ha tenido que renunciar a la política...
Le han truncado su futuro político y le han truncado su vida. Pero de la adversidad intentamos sacar frutos. Es verdad que el futuro político se lo han truncado definitivamente. Era su pasión y su vocación, pero creo que el país ha demostrado que fuera de la política también se pueden hacer muchísimas cosas.
¿Episodios mediáticos como el de la tuberculosis, ayudan? ¿Estresan más?
Episodios mediáticos como el de la tuberculosis me hacen volver a replantearme por qué sale de un juzgado una información que no tendría que salir y por qué sale de determinada manera. Es verdad que en la apelación había el positivo en tuberculina como una coletilla a toda una serie de argumentos que pedían revisar la prisión preventiva, como las declaraciones de los Mossos. Joaquim, probablemente, porque ha estado en la prisión, ha entrado en contacto con el bacilo de la tuberculosis. Ahora tendrá que hacer un tratamiento preventivo. ¿En la noticia por qué sale eso y no el resto? No lo sé. ¿Por qué dicen que se lo ha inventado? No se ha inventado nada. Tiene que hacer un tratamiento preventivo. E incorporarlo al recurso es para decirle al juez: "¿Por qué usted mantiene a personas preventivamente en la prisión con el riesgo de que contraigan ciertas enfermedades?".
¿Ha hecho amigos en la prisión?
Es una persona de naturaleza sociable y necesita la sociabilidad. Siempre busca empatía con la gente independientemente de lo que hayan hecho. Ha hecho relaciones. Él dice que son amigos, yo creo que son simplemente relaciones. Yo creo que es saludable. Aislarse completamente de las relaciones en la prisión no le aportaría nada. Hay asesinos, secuestradores... él dice que son amigos.
¿Ellos saben que era conseller de Interior?
Sí, y le tienen un gran respeto. Alucinan un poco del porqué están allí y no lo entienden. Y hay una cierta solidaridad y empatía hacia ellos y se siente bien tratado, no tanto por los funcionarios, sino por los reclusos. Joaquim es muy del Barça y ha encomendado esta pasión en el resto y acostumbran a picar las puertas cuando hay partido. Ahora quiere hacer una peña.
En la celda hay las dos literas, un escritorio, una letrina y una ducha. Y eso lo compartes con una persona con la que compartías reuniones
¿Cómo ha sido la convivencia con Oriol Junqueras dentro de la misma celda?
Imagínate lo que quiere decir estar 16 horas encerrado en una misma celda con una persona. Personas con carácter y compartiendo muchas intimidades. En la celda hay las dos literas, un escritorio, ni un minuto de estar solo, una letrina y una ducha a vista. Y eso lo compartes con una persona con la que en principio compartías reuniones. Los dos son personas muy reflexivas y culturalmente vienen del mismo lugar. Han podido hablar mucho. Oriol es una persona que sabe de todo y le dije que aprovechara. Mal no han estado. Ahora agradece estar solo, pero se había acostumbrado a la convivencia con él. Y eso fue bonito que me lo dijera.
Primero estuvo con Raül Romeva...
Sí. Estuvieron muy bien porque son muy parecidos de carácter. Los dos son reservados, tremendamente ordenados, rigurosísimos con el orden, maniáticos...
Creasteis una asociación de familiares de políticos presos y de gobierno en el exilio...
Es muy importante. Nos dio mucha fuerza. Somos la voz de los que no tienen. Y no es mi voz, soy portavoz de un preso político. Y yo como los otros. Portavoces de represaliados por el Estado por sus ideologías. Yo he visto que ahora tengo una fuerza de voz porque soy quien soy, pero me gusta hacerlo en nombre de la asociación, porque somos los que llamamos la atención porque son represaliados por sus ideas.
La asociación también ayuda a tener recursos para gestionar el momento que vivís con familiares en la prisión y en el exilio...
A canalizar la solidaridad en un principio. La gente te quería ayudar. Los viajes son carísimos. Nosotros nos hemos quedado sin el principal sueldo de la familia. Ha ido muy bien. La esencia del país es el asociacionismo. Si este país ha hecho cosas y ha podido mover lo que ha movido y tiene esta ilusión... El 1 de octubre era el joven de las rastas abriendo paso a la yaya para expresar su voto y hacer un país mejor. Y eso viene de las bases. El asociacionismo, el poner el talento a favor de un colectivo y dar voz... Más democrático que eso no hay nada.