Hace dieciséis meses exactos que en la silla del despacho de presidencia de la sede de Òmnium Cultural no se sienta nadie. Es el puesto de Jordi Cuixart. Antes lo habían ocupado Quim Torra y Muriel Casals. Desde aquel 16 de octubre de 2017 cuando encarcelaron a los Jordis, Marcel Mauri capitanea la entidad, pero ha dejado vacío el sitio de Cuixart. Esa semana, Òmnium ganó 5.000 socios. Hoy en día cuentan con 136.000 y a este ritmo, van por el camino de hacer el sorpasso al Barça. A Mauri, el trabajo de activista no le da de comer, pero le alimenta el espíritu. Horas antes de la manifestación de este sábado en la Gran Via, encuentra un hueco para compartir conversación con El Nacional. Una entrevista que constata que el independentismo entra en una nueva fase.
¿Cómo va eso de intentar tener vida privada?
Cuesta. Hace mucho tiempo que no hago vacaciones cuando toca. Porque además la gente de Òmnium compatibilizamos la vida personal con el activismo, yo tengo que ir a trabajar, si no, no me gano la vida. Pero es muy importante tener espacios para cuidar la vida privada y los espacios personales. Es verdad que se hace difícil teniendo personas que quieres en la prisión o en el exilio, pero ellos mismos nos piden, con toda la generosidad, que vivamos con intensidad. Y eso es importante, una vez hemos dejado de llorar y de lamernos las heridas, tenemos que ver que es un momento muy intenso de la vida de nuestro país. Son momentos muy intensos y somos muy afortunados de poder vivirlos.
No hay nadie a la defensiva, todos van a la ofensiva; estamos recuperando la iniciativa
La primera semana de juicio ha dado de sí... Familiares y abogados han salido satisfechos. ¿Qué conclusiones y sensaciones extrae?
Hemos constatado que los presos están con toda la fuerza y toda la dignidad, lo hemos visto con Junqueras y con Forn y lo veremos con el resto. No hay nadie a la defensiva, sino que todo el mundo va a la ofensiva. Por lo tanto, estamos recuperando la iniciativa, estamos acusando al Estado. En sólo tres días hemos visto como la Fiscalía y la Abogacía han acabado cayendo en nuestras redes, en esta trampa que les habíamos puesto de decir: ¿queréis un juicio técnico? Pues no, es un juicio político. Es una victoria colectiva muy importante que demuestra esta unidad que a veces se echa de menos. La gente empieza a darse cuenta de que el juicio no es una tragedia, sino un capítulo más de la historia de la liberación nacional de este país. Nos representan a todos.
Las doce personas que están sentadas en el banquillo de los acusados y también los exiliados son socios de Òmnium
Ser o no socio de Òmnium se ve que es importante a la hora de juzgar a los encausados, pero no es un juicio político...
Sí, implica un agravante penal. Pues lo tienen claro, porque las doce personas que están sentadas en el banquillo de los acusados y los exiliados son socios de Òmnium y nos sentimos muy orgullosos de ello. Es un orgullo que Forn sea socio de Òmnium desde hace más de treinta años y que además lo defienda ante el Tribunal Supremo. Confirma que somos una entidad que les hace daño, que les asusta, que les molesta.
El 1-O fui una piedra más en esta muralla
¿Estoy delante de una muralla humana arrojadiza?
El 1-O fui una piedra más en esa muralla y con mucho orgullo y al lado de tantísimas personas. Hemos acompañado a Roger Español a la Ciutat de la Justícia a declarar como imputado, cosa increíble. Lo que tendría que haber hecho el Gobierno es llamarle, ir a verle y pedirle disculpas por haberle amargado la vida de esta manera. Y encima sale el fiscal diciendo que la policía tuvo que responder vaciándole el ojo. No sólo no persiguen a los policías, sino que encima acusan a la ciudadanía que salió a votar de haber provocado la violencia.
Cuixart será el penúltimo en declarar... ¿Ha hablado con él últimamente? ¿Cómo está?
Lo habéis visto esta semana, siempre sale sonriendo en todas las fotos del Supremo. Se siente orgulloso de ser un preso político. No le robarán la sonrisa ni la libertad, sigue disfrutando de la vida en circunstancias evidentemente muy excepcionales. Está tranquilo, con ganas de poder sentarse delante de Marchena y acusar a este Estado de no dejar desarrollar un proyecto político legítimo.
El juicio es una derrota colectiva de la sociedad española
El propio Cuixart defiende que su encarcelamiento tiene todo el sentido del mundo porque es un altavoz sensacional para el soberanismo de cara al mundo. ¿Es el precio a pagar? ¿Hacen falta todavía más mártires para llegar al final del camino?
En un estado normal eso se resolvería en el Congreso, en el Parlamento, en debates. El debate sobre el derecho a la autodeterminación es apasionado, ¿pero qué quiere decir tenerlo en el Tribunal Supremo? ¿Qué quiere decir que el fiscal diga si tenemos o no derecho a la soberanía, los catalanes? Es la prueba de que es un juicio político. Es una derrota colectiva de la sociedad española, aunque hay muchos demócratas españoles que nos hacen llegar su solidaridad.
¿Pero tiene que haber más mártires, más víctimas?
Hemos demostrado que para nosotros la represión y la violencia no son límites. Evidentemente que esperamos que nadie más tenga que sufrir, pero hemos demostrado que nosotros no nos moveremos de donde estamos, por lo tanto, eso lo decidirá el estado español.
En la manifestación de este sábado en la Gran Via ¿habrá más gente que en la plaza Colón?
(Ríe) En todo caso, haya la gente que haya, seguro que será gente con un mensaje mucho más en positivo, constructivo y respetando los derechos, que no lo que se vio en la Plaza Colón de Madrid. Por suerte, eran mucha menos gente de la que se esperaban. Fue catalanofobia en estado puro. Tenemos que convertir la Gran Via en un muro humano de derechos y libertades, contra la intolerancia, contra la extrema derecha, contra las fuerzas que nos oprimen y a favor de la autodeterminación. Seremos un muro, claro.
Elecciones generales el 28 de abril y municipales el 26 de mayo. Y en paralelo, el juicio. Un buen lío...
Todo son muestras de debilidad del PSOE. Ahora organizan este show donde lo que hacen es culpar de todo al independentismo. La campaña en medio del juicio, como pensaran que con eso taparán este clamor de libertad. Los catalanes hemos demostrado en las urnas muchas veces que aquí hay un proyecto mayoritario que es el de la soberanía de este país. Y volverá a salir victorioso de estas urnas. El PSOE tendrá que decidir si quiere seguir doblegándose a las exigencias de la ultraderecha. Es que es muy grave, que haya una manifestación de 45.000 personas que pedían romper el diálogo con Catalunya y elecciones y que en una semana acabe con el diálogo y convoque elecciones. ¿Eso qué quiere decir? Que cada 11 de septiembre que salimos más de un millón de personas a la calle en Catalunya tendrían que tardar también estos días en concedérnos lo que pedimos. Son presos de su propio miedo. Si quieren aislar a Vox, que lo hagan también en este juicio.
Apelamos a los demócratas españoles porque en estos momentos la lucha por las libertades y contra la extrema derecha pasa por Catalunya
¿Pero hasta qué punto sale a cuenta cargarse el único gobierno que ha querido como mínimo sentarse a negociar?
¿Qué PSOE, el de Felipe González y Guerra, el de los barones que cuando hablan parece que sean Cs o el PP? Evidentemente que hay un PSOE digno y diputados o senadores socialistas ―como Francesc Antich, de Balears, que se levantó en el Senado para no votar el 155―. Hay gente noble. Apelamos a estos demócratas españoles porque en estos momentos la lucha por las libertades y contra la extrema derecha pasa por Catalunya.
Estos días ha estado en Madrid y ha hablado con varios medios españoles. ¿Qué ha percibido más, hostilidad o comprensión? ¿Hay alguien al otro lado?
Hay una España antifascista y solidaria que son conscientes y ven que salvar sus libertades pasa por reconocer el derecho a la autodeterminación de Catalunya. Es que pasará lo mismo con el feminismo, el colectivo LGTBI, con el aborto. Los disparates que dicen PP, Cs y Vox...la buena gente que vota al PSOE tiene que ver que o espabilan o acabarán cediendo a la extrema derecha.
El 16 de marzo en Madrid haremos una manifestación para que gente como Pablo Iglesias pueda estar
Para poner nombres y apellidos, ¿Pablo Iglesias tendría que estar en la manifestación soberanista del 16 de marzo en Madrid?
Haremos una manifestación para que gente como Pablo Iglesias entienda que puede estar.
¿Cómo vive que entre independentistas todavía vuelen los puñales?
El juicio es una oportunidad para demostrar que hay espacios posibles de unidad y trabajo conjunto. Tenemos mucho trabajo con eso, es evidente. Hace dieciséis meses y medio del 1-O. Es clave seguir trabajando por esta unidad estratégica. Exigimos a los partidos, porque es una irresponsabilidad no hacerlo, que haya una unidad estratégica y que maximicen los votos en las elecciones.
Pero hace mucho tiempo que piden lo mismo, ¿detectan que se haya avanzado en algo?
Sí, el juicio es una muestra.
Pero sólo se avanza reactivamente. ¿La unidad sólo es posible cuando reciben?
Hemos conseguido una cosa que hacía mucho tiempo que no se veía. En la rueda de prensa de la presentación de las movilizaciones, hace unos días, había gente de hasta cuatro grupos parlamentarios, oenegés, sindicatos, entidades vecinales, culturales, educativas. Es cierto que si sólo respondemos ante las agresiones y no tenemos la iniciativa, somos más débiles. Es imprescindible recuperar la iniciativa, pero valoramos positivamente que de cara al juicio haya habido esta primera respuesta unitaria. Falta mucha trabajo, eso sí.
Las elecciones no pueden ser una excusa para no trabajar por la unidad estratégica
La ANC ya ha pasado a la ofensiva con el Govern...
Nosotros trabajamos con el estilo Muriel Casals, con discreción. Es importante entender que la represión acentúa la división, busca hacer mella y dividir. La prensa española está obsesionada en contraponer exilio y prisión. Después hay que aprender a reaccionar mejor, porque hay cosas que no hemos hecho bien. Pero vamos mejorando. Es necesaria la unidad política, a pesar de que es verdad que las elecciones lo complican, pero no pueden ser una excusa para no trabajar por esta unidad estratégica. Porque que si no, la gente no lo entendería. Los partidos a veces confunden los términos. Tienen que saber leer la demanda de unidad de la ciudadanía, que algunos se la toman a la defensiva, otros se aprovechan más. Entendamos la unidad como lo que es, pactar para avanzar.
Parece que la gente en la calle no tiene muy claro ni quién lleva la brújula ni cuál es el norte.
Yo les diría que este país ha sufrido represión y exilio durante muchos años. Todos somos hijos de luchadores antifranquistas. Con gobiernos del PSOE, en el 92, también ha habido presos políticos y torturas, con Marlaska y Garzón. Y entonces no había esta fuerza en la calle, esta constancia. Eso es determinante. Tenemos que tener mucha autoestima de todo lo que hemos hecho. Claro que no es fácil, por eso hacen falta mucha inteligencia colectiva y unidad.
Y paciencia...
Seguramente también. Y dejar de actuar reactivamente. No podemos renunciar a ninguna vía pacífica para alcanzar la independencia. La desobediencia civil es legítima ante situaciones injustas como las que nos hemos encontrado. La humanidad ha avanzado así.
Tiene 41 años, ¿confía en que verá la independencia?
Estoy absolutamente convencido.