La secretaria general de ERC, Marta Rovira, reaparece a pocos días del inicio del curso político y de la Diada nacional. Después de más de un año viviendo en Ginebra y ya instalada con el marido y la hija, la republicana analiza en una entrevista concedida a la ACN la situación política actual, desgrana el estado del independentismo y aporta su receta para conseguir una buena estrategia y mantener el pulso con el Estado. En este sentido, justamente, Rovira ha admitido que la tan últimamente mencionada confrontación política con España es casi inevitable. "Estamos en un conflicto político y eso implica confrontación, pese a no ser buscada," ha afirmado. Sin embargo, no es de las que desprecia la estrategia de la negociación con el Estado. De hecho, se niega a "regalar la bandera del diálogo a Pedro Sánchez" y avisa de que es esencial para el soberanismo mantener esta voluntad tanto dentro como fuera de Catalunya. Además, admite que la "represión del Estado" forma parte ya del panorama político catalán y advierte que con las nuevas estrategias independentistas se tendrá que asumir que se seguirá sufriendo. "La represión ha venido para quedarse", sentencia.
Dedica gran parte de su trabajo diario a la gestión interna de Esquerra, y el resto a mantener contactos internacionales en torno a los derechos humanos, la causa catalana y la independencia, aprovechando que Ginebra y Suiza son un polo de atracción permanente de agentes sociales y políticos que podrían interesarse por la cuestión. Habla tranquila, animada con la política catalana, conocedora de todos los detalles que la rodean, consciente de que la distancia de su Vic natal dificulta algunos de sus trabajos pero decidida a aprovechar "las oportunidades que brinda el exilio" para la internacionalización de la situación de Catalunya. Ya se ha integrado en el entorno que la rodea, conoce la ciudad y el país que la acoge, hace vida social y habla con orgullo de la adaptación que la hija ha hecho en el país y a la escuela. Justo ahora hace un año que su marido y la niña se trasladaron definitivamente a residir con ella; y verse rodeada por los suyos ha mejorado sus expectativas.
Pero más allá de su situación personal, Rovira ha querido mantener todo el vínculo con el partido y, desde Ginebra, sigue marcando el discurso de Esquerra. Es por eso que en esta entrevista no ha querido evitar hablar la actualidad política y, poco después de que el president de la Generalitat, Quim Torra, apostara por una "confrontación con el Estado" que levantó polvareda y causó polémica incluso dentro de algunos sectores de ERC, la republicana ha querido posicionarse y explicar por qué el concepto no le resulta nada ajeno. "Estamos en una situación de conflicto político, y el conflicto político implica una confrontación, aunque nunca sea buscada o voluntaria. Claramente identifico la situación política actual en forma de conflicto político", sentencia rotunda.
En este sentido, considera que las filas independentistas tienen que asumir y tomar conciencia de que se está gestionando la cuestión política en términos de conflicto político". "Hasta ahora había deslealtad institucional y la crisis política más grave que había habido era la crisis estatutaria. Pero ahora hemos de subir unos cuantos peldaños y estamos en un conflicto político. Y eso en buena parte lo alimenta la represión política", dice.
Estrategia del diálogo
Pero eso no quiere decir, según Rovira, que no defienda la estrategia del diálogo. Y es que cree que los independentistas, dada la situación actual y las reacciones del Estado a las ofertas del soberanismo, "no tienen que renunciar ni abandonar ninguna estrategia; al revés las tienen que abrazar absolutamente todas". "A nivel internacional me doy cuenta de que nosotros tenemos que insistir más en la vía del diálogo y la negociación que el señor Pedro Sánchez, aunque muchas veces nos parezca que esta vía sigue sin tener un representante en la otra parte de la mesa", asegura.
Por otra parte, sin embargo, se muestra consciente de la dificultad del momento. "Cuando un gobierno español dimite de hacer política, mira hacia otro lado y pone sobre la mesa la represión política como respuesta, la situación es conflictual. Y en esta situación conflictual puede existir diálogo y negociación. De hecho, internacionalmente lo que se promueve es la resolución por esta vía", comenta. Y es que para Rovira mantener esta opción viva es esencial, "como siempre lo ha sido para ERC y para los independentistas". "No dejaremos escapar nunca la bandera del diálogo y la negociación, que es la que se quiere quedar Pedro Sánchez. Esta bandera no se la regalaremos, entre otras cosas porque no nos hemos levantado nunca de la mesa de diálogo. Son ellos los que tienen la silla vacía des de hace meses, los que no están asumiendo la resolución democrática y política del conflicto y la fían a una sentencia que empeorará la situación política en nuestro país y en el Estado. No abandonaremos la bandera del diálogo, no creo que ningún independentista lo tenga que hacer ni lo esté haciendo", argumenta, apuntando que "otra cosa es pensar que este diálogo se pueda encontrar las puertas abiertas una vez vista la correlación de fuerzas y la actitud de Pedro Sánchez".
Y es que Marta Rovira asegura que no es ingenua y conoce los obstáculos que contiene esta estrategia de negociación. Por eso, avisa de que "si la bandera del diálogo y la negociación no es abanderada por Pedro Sánchez, el independentismo y ERC al frente, utilizarán todas las vías pacíficas y democráticas para defender lo que creen que es mejor para el país, la independencia y construir la república".
Más represión en las nuevas fases
Convencida como está de que el soberanismo tiene que reponerse, Rovira no puede evitar alertar que sea cuál sea la nueva hoja de ruta el Estado seguirá aplicando "represión" y que podría haber más prisión y exilio. "La represión, desde el momento que un estado y un gobierno están dispuestos a utilizarla como instrumento político, ha venido para quedarse. La represión genera esta tentación. Desgraciadamente tenemos que contemplar que la represión política se ha convertido en un instrumento para intentar obstaculizar o anular de la agenda del movimiento independentista. Y está bien que tomemos conciencia que eso es así porque hace falta también una estrategia contra la represión que tiene que superar el movimiento independentista, porque la represión acaba afectando a toda la ciudadanía y mina la democracia", asegura Rovira, apuntando a las izquierdas y los "demócratas convencidos".
Lo que también tiene claro la republicana es que su situación en Ginebra puede acabar peligrando después de las sentencias del juicio del 1-O y que el riesgo de que se reactiven las euroórdenes y la "persecución a los exiliados" es elevado. "La represión política, una vez un estado ha decidido utilizarla, es muy difícil superarla, porque les es cómoda y hacen ver que no hay ningún tema político por resolver. Y como es coyuntural, tras la sentencia habrá nuevos focos de represión, se reabrirán los del ámbito internacional y veremos cono continúan los juicios que hay pendientes", lamenta.