En estos momentos hay pocas variables más constantes en política que el liderazgo de Esquerra Republicana. Los republicanos culminan este domingo la primera parte de su 29.º Congreso, que servirá para apuntalar el tándem Oriol Junqueras-Marta Rovira. Pero lo hacen en un momento complejo: encontrándose gobernando en solitario por primera vez desde la Segunda República y sin tener los apoyos en el Parlament. Esta misma semana las conselleres Natàlia Mas y Laura Vilagrà han iniciado una ronda de contactos para unos presupuestos a los que de momento no les salen los números. En este contexto, Marta Vilalta (Torregrossa, 1984), secretaria general adjunta y portavoz de ERC, recibe a ElNacional.cat en la sede nacional del partido, en la calle Calàbria de Barcelona. La entrevista tiene lugar pocas horas después de que Gerard Piqué haya anunciado su retirada. Vilalta, que es futbolera y aún más culé, intenta hacer símiles futbolísticos. Como que el Govern en solitario de Aragonès va "partido a partido", votación a votación. Y que Junts per Catalunya tiene que salir del córner" y volver al terreno de juego de la "política útil".

Marta Vilalta, en la sede nacional de ERC / Foto: Montse Giralt

¿Cuál es el objetivo de ERC a partir de este congreso?
Tenemos la voluntad de seguir fortaleciendo la organización, estar más preparados para ser más útiles para la ciudadanía. Venimos de unos años de muchos cambios, hemos pasado de un partido de oposiciones a un partido de gobierno. Estas responsabilidades institucionales hacen también que el partido se tenga que adaptar para ser el máximo de útil. Es un trabajo constante que tenemos que hacer. Después de estos últimos años, también con el impacto de la represión, tenemos que fortalecernos.

Los liderazgos son los mismos que los de 2017, aunque el contexto ha cambiado radicalmente. ¿No puede suponer un handicap?
Creemos que no. Los liderazgos de ERC son muy claros. Están muy marcados. Y a la vez creemos que es lo mejor que nos ha pasado y que tienen que poder seguir dando todo de si mismos a la organización y al país. El tándem Junqueras-Rovira nos ha traído los mejores resultados electorales. Y es bueno que sigams en este camino con aquellos cambios necesarios: seguir abriéndonos como organización al entorno, mejorar la participación interna, reforzar la comunicación y el área internacional...

En un mes han cambiado mucho las cosas. De un gobierno de coalición a un gobierno en solitario y en soledad parlamentaria, aunque el president Aragonès asegura que "las mayorías existen".
Ha cambiado la configuración del Govern, pero hay la voluntad de abrirse a gente independiente, que viene de otros espacios políticos. La vocación de representar lo máximo posible los consensos del 80%. Es todavía más representativo. Es evidente que las mayorías parlamentarias no están. Pero tampoco han estado a lo largo de la legislatura. Desde el inicio siempre hemos tenido que buscar apoyos y complicidades. La investidura se pudo hacer con Junts y la CUP. Los primeros presupuestos, con Junts y los comunes. Y en temas anti-represivos hemos encontrado una alianza de cuatro grupos: ERC, Junts, CUP y comunes. Eso es lo que habrá que seguir haciendo a partir de ahora: construir y negociar las mayorías. Y apelamos al resto de formaciones con las que hemos podido llegar a acuerdos, especialmente enaJunts. Que el hecho de que hayan decidido abandonar el Govern no quiera decir que abandonen la ciudadanía, las prioridades y los retos. Seguro que encontraremos las maneras de construir acuerdos. Y también con la CUP y los comunes.

La realidad es que Junts se ha situado claramente en la oposición, tumbando incluso la ley estadística impulsada por Jaume Giró como conseller. Y que la CUP les ha plantado en la ronda de contactos para los presupuestos.
Nosotros insistiremos. En estos momentos de complejidad económica, de incertidumbre global, ante tantos retos, no podemos dimitir de nuestras funciones. Y hay que apelar a la máxima responsabilidad de todo el mundo. Eso no quiere decir que se tenga que renunciar a lo que defiende cada uno. Pero estamos en política para ser útiles, que quiere decir intentar construir acuerdos y hacer que las cosas pasen. Seguro que nos podemos poner de acuerdo con la CUP en muchas cosas, porque ya lo hemos hecho antes. Muchas de aquellas medidas se están desplegando. Y seguro que podemos construir nuevas. E igual con Junts, con quien hemos compartido plan de gobierno, prioridades y retos. ¿Ahora, sólo por su decisión partidista y táctica, van a dejar de defender lo que habían defendido? Sería muy incoherente. Estamos convencidos de que, trabajando y dedicando las horas que haga falta, seremos capaces de llegar a los mejores acuerdos para el país.

 

¿En este contexto se pueden sacar adelante unos presupuestos?
Nosotros creemos que sí. No sólo se puede; es que son necesarios y urgentes, sobre todo en el contexto de dificultades económicas y sociales. Los presupuestos son la herramienta más importante que tenemos. Además, con las previsiones que ya trabajó el conseller Giró, con aquella propuesta que hizo de punto de partida, ya había un incremento de prácticamente 3.000 millones de euros. Todo esto son recursos que tenemos que poder poner a disposición del país. Nuevamente, apelamos a la responsabilidad de todo el mundo: arremangarse, negociar y poder construir un acuerdo para aprobarlos.

Junts dice que no son los presupuestos que harían si no hubieran formado parte de un gobierno de coalición. ¿Hasta dónde están dispuestos a ceder para poder aprobar los presupuestos?
Pues toda la disposición a negociar. De hecho, son unos presupuestos que elaboró en buena parte el conseller Giró. Y entendemos que, siempre que se tiene que llegar a acuerdos, todo el mundo tiene que ceder. Aquellos presupuestos eran buenos. ¿Cómo es que ahora, unas pocas semanas después, ya no son buenos? Pedimos que nos podamos sentar, negociar todo lo que haga falta y llegar a un acuerdo. Que no hagan nada distinto de lo que han hecho con la tramitación de los presupuestos de Colau, que Junts ha dejado tramitar. Si allí han actuado con una cierta responsabilidad, como mínimo tendrían que hacer lo mismo con los presupuestos de la Generalitat.

De momento no parece que esté por eso...
¡Nosotros estamos! Dispuestos a hablar y construir acuerdos. Si ellos se quieren situar en un rincón, en un córner, si aparte de abandonar el Govern quieren abandonar la ciudadanía, lo tendrán que explicar muy bien.

Y si Junts sigue en este córner, ¿van a negociar con el PSC?
Insistimos en que la prioridad es poder negociarlos y construir acuerdos con aquellos con quienes ya hemos construido acuerdos y hemos compartido buena parte del proyecto. La prioridad es Junts, los comunes y la CUP, con quienes seguiremos insistiendo aunque no quieran. Sabemos que el PSC, en especial el señor Illa, cada día se está ofreciendo. Pero no se entiende mucho que tienda la mano para negociar unos presupuestos pero la esconda cuando se trata de resolver el conflicto político, de avanzar en la desjudicialización, de poner las urnas. No se entiende una cosa sin la otra. Forma parte de los consensos del país. Para entrar a negociar con el PSC es el propio PSC el que tiene que hacer cambios, el que se tiene que mover de esta no voluntad.

¿Qué cambios o movimientos concretos?
Muchísimos. En los consensos del 80%, amnistía y autodeterminación, ¿donde está el PSC? Hace unos años estaba. Aquella gente desgraciadamente ha salido expulsada del PSC y ahora en buena parte están en ERC o trabajando para el país desde otras responsabilidades. Tendrían que ser mucho más ambiciosos y contundentes para hacer posible el fin de la represión y avanzar en el acuerdo de claridad. Entre el 70% y el 80% de los catalanes defiende estos consensos. Eso quiere decir que muchos votantes del PSC, más de la mitad, lo defienden, a pesar de votar al PSC. Tiene muchos deberes pendientes y mucho camino por recorrer para poder llegar a grandes acuerdos de país, también en el ámbito presupuestario.

Foto: Montse Giralt

"Con el actual PSC no contemplemos aprobar presupuestos. Tiene muchos deberes pendientes y mucho camino por recorrer"

Ahora el PSC defiende la reforma de la sedición con más convicción que el PSOE. ¿Basta con eso?
Puede hacer mucho más, muchísimo más. De hecho, lo que hemos oído decir de dirigentes del PSC no conecta con estos consensos del 80%. Está lejos, está lejos de poder contribuir a esta resolución democrática. Lo que reclamamos es que conecten con estos consensos. Y aquí tienen mucho camino por recorrer.

Entonces, si no es un socio prioritario, ¿por qué se le ha incluido en la ronda para los presupuestos?
Porque creemos que tenemos que poder hablar con todos aquellos con los que es posible abrir negociaciones. Escucharnos, saber cuál es el punto de partida y trasladarles también todo esto. Catalunya y España tienen un conflicto político que se tiene que resolver. Hacer ver que eso no existe o está normalizado es querer esconder la realidad del país. Tenemos que hacer unos presupuestos, sí, pero también tenemos que resolver el conflicto político. Lo tenemos que hacer todo. Y el PSC, desgraciadamente, está trabajando sólo para una visión muy parcial.

Pero sí que se sientan, mientras se habla de la desjudicialización en otros ámbitos. ¿Puede ser un plan B si Junts mantiene el bloqueo a los presupuestos?
Ahora mismo no contemplamos que Junts bloquee o vete estos presupuestos.

Es lo que está haciendo.
Es lo que está haciendo de momento. Y lo consideramos irresponsable. Quiere decir borrarse de la utilidad que tendría que ser la política. Por lo tanto, nos cuesta mucho creer que mantendrán esta posición hasta el final. Lo reclaman alcaldes y alcaldesas suyos. Lo reclaman agentes económicos y sociales. No contemplamos la idea de que Junts quede arrinconada en este córner, sólo con crítica y queja, convirtiéndose en inútiles y abandonando la ciudadanía. Por eso insistiremos y trabajaremos con ellos para poder aprobarlos.

Pero no cierran la puerta al PSC. O lo planteo de otra manera: ¿puede descartar unos presupuestos con el actual PSC?
Con el actual PSC no lo contemplemos. Porque haría falta que se produjeran cambios, que se avanzara en este camino que tiene que recorrer el PSC para conectar con los consensos del 80%.

 

Si un gobierno que se propone ser útil a la ciudadanía no consigue aprobar unos presupuestos, ¿en qué escenario queda?
Tenemos el mecanismo de la prórroga y todos aquellos cambios de crédito para atender todas las necesidades. No sería la primera vez que Catalunya tiene que prorrogar unos presupuestos. No es el escenario que queremos: queremos unos presupuestos para el próximo año. Una prórroga técnica la necesitaremos para los primeros días de enero, pero la prioridad es hacer y aprobar unos presupuestos con aquellos con quienes hemos llegado en acuerdos. Que no haya ninguna duda; por nosotros no quedará.

¿Se puede aguantar una legislatura con prórrogas presupuestarias?
No va de aguantar más o menos. Se trata de poder ser útiles e ir paso a paso. Ahora estamos explorando el margen de negociación. Estoy convencida de que lo vamos a lograr. En todo caso, después nos encontraremos otras iniciativas que requerirán llegar a acuerdos. Iremos con filosofía deportiva: partido a partido. Medida a medida y proyecto a proyecto.

Algún diputado de Junts ha planteado la opción de dar apoyo a una hipotética moción de censura del PSC para convocar elecciones.
Si Junts quiere aliarse con el PSC para hacer caer el gobierno que conecta con los consensos del 80%, que salgan y lo defiendan. No es la primera vez que encontramos alianzas del PSC y Junts. Lo vemos diariamente en la Diputación de Barcelona. Allí no tienen ninguna manía para garantizar la estabilidad, pese a que ahora ponen todos los palos a las ruedas para la estabilidad del Govern de nuestro país. Que expliquen por qué sostienen la Diputación pero quieren hacer caer un gobierno republicano e independentista. No podemos llevar al país a una parálisis con elecciones en este contexto. Sería irresponsable.

 

Pasemos a otros presupuestos, los del Estado. ¿Cómo avanzan las negociaciones?
Estamos en fase de negociación. No presentamos enmienda a la totalidad justamente para dar margen. Se han hecho algunas reuniones y tendrán que seguir. De momento está todo muy frío. Pero estamos trabajando con esta predisposición, desde la responsabilidad y la necesidad de construir confianzas para que todo avance. Estamos trabajando porque estos presupuestos tienen mucho margen de mejora.

Sí que sorprendió que esta vez, a diferencia del año pasado, no hubo ni siquiera un acuerdo para la tramitación.
Bien, ha habido un acuerdo para seguir negociando y darnos margen. Como en todas las negociaciones hay un factor clave: la construcción de confianza. Sabemos que el PSOE es experto en romper las confianzas, en hacer que la perdemos porque no cumplen los acuerdos. Estas semanas se ha estado trabajando, con la máxima discreción, para poder construir confianzas. Esto puede ser que nos aporte resultados, así que dejemos trabajar a los equipos negociadores.

Una de las cosas que ponen encima de la mesa es el cumplimiento de los compromisos pasados. Se ha visto con la ejecución de las inversiones, aunque en los dos últimos años se habían pactado mecanismos de seguimiento. ¿Cómo se garantiza este cumplimiento?
Es evidente que hay una infrafinanciación histórica y que los datos de ejecución están muy lejos de lo que tendrían que estar sobre todo en Catalunya pero también en los Países Catalanes. Es obvio que esto se tiene que revertir. Es una necesidad flagrante. Pienso en la red ferroviaria de Catalunya, pero también en otras infraestructuras de país. Por lo tanto, en esta negociación no sólo hemos planteado mecanismos de seguimiento, que se han visto insuficientes, sino unos mecanismos de cumplimiento y compensación. Esto estamos negociando ahora mismo: que el dinero llegue y se pueda ejecutar.

Viendo estos incumplimientos, viendo el caso Pegasus (que ha quedado enterrado), ¿se puede confiar todavía en el PSOE y el Gobierno?
No, no se puede confiar. Porque desgraciadamente hemos visto cómo muchos de los acuerdos no se cumplían o anteponían intereses propios. Pero es verdad que tenemos un recorrido que queremos explorar. Tenemos un proceso de negociación en marcha, que es fruto de un reconocimiento que existe este conflicto. Esto no lo habíamos tenido nunca y es importante, porque también nos pone el foco en el ámbito internacional. El hecho de que haya una mesa de negociación, que se esté trabajando para resolver un conflicto político, que se esté trabajando para desjudicializar, que se pueda trabajar sobre cómo hacer posible la autodeterminación... Esto es posible en este contexto, con este gobierno. Nuestra responsabilidad es explorar el margen. No somos ingenuos ni queremos creer que ahora allí nos lo van a dar todo. Ya somos conscientes de quién tenemos delante, un Estado muy poderoso. Pero nuestra responsabilidad es intentar aplicar la política para resolver el conflicto político.

¿Cómo se internacionaliza?
De organismos internacionales han salido resoluciones, dictámenes y pronunciamientos que obligan, interpelan o incluso condenan al Estado español por no haber garantizado derechos fundamentales. Tenemos las resoluciones de Naciones Unidas o del Consejo de Europa que reclamaban la libertad de los presos políticos o que reclaman una negociación política, reformas legislativas y que se acabe la represión. Todo esto es fruto de este camino que tenemos la obligación de explorar ante este gobierno.

Foto: Montse Giralt

"No contemplamos la idea de que Junts quede arrinconado en un córner, sólo con crítica y queja, convirtiéndose en inútiles y abandonando a la ciudadanía"

¿La desjudicialización será un condicionante en la negociación presupuestaria?
Son negociaciones que van en paralelo, que se están produciendo a la vez y que conviene que avancen también en paralelo. No trabajamos sólo por unos derechos laborales o sociales; también trabajamos para poder resolver el conflicto político. No podemos desvincular una cosa de la otra. Lo queremos defender todo a la vez. Que avance todo, sobre todo aquellos compromisos adquiridos en la mesa de negociación. Se dio el otoño de margen para avanzar en la agenda anti-represiva. Pues vamos a ello.

Para entenderlo: ¿hará falta algún tipo de concreción en el ámbito anti-represivo para que pueda haber presupuestos del Estado con ERC?
Hace falta que haya avances. Y en este sentido hubo un acuerdo para desplegar la agenda anti-represiva, para avanzar con las modificaciones legislativas necesarias. Se adquirió en la mesa de negociación por las dos partes. Y lo que ahora esperamos es que se cumpla, se concrete y se haga posible.

¿La propuesta de rebajar las penas de sedición a cinco años ha estado encima de la mesa?
A mí no me consta la concreción de las negociaciones. No creo que sea útil ni apropiado entrar en especulación de años. ¿Se tiene que reformar el Código Penal? Es una demanda que han hecho organismos internacionales al Estado español, porque tiene delitos políticos anacrónicos como el de sedición, porque no está adecuado a los estándares democráticos. Pues hace falta que se reforme el Código Penal y haya una equiparación de los delitos y las penas. Es de primero de democracia.

Si es un "delito anacrónico", ¿basta con una rebaja de las penas, como se plantea desde La Moncloa?
Lo que hemos pedido siempre es que se pueda eliminar este delito...

¿Y lo mantienen?
Es lo que hemos defendido siempre y es lo que también dicen organismos internacionales. En todo caso, reclamamos estos avances y que se haga este compromiso que adquirieron con las concreciones que sean necesarias.

 

¿Pero el compromiso tiene que ser suprimir el tipo penal?
No entraremos en un juego de especulaciones o de subastas sobre cómo tiene que ser o cómo tiene que quedar un redactado. Haríamos un flaco favor a unas negociaciones que están en marcha y que tienen que poder trabajar con la máxima discreción para lograr el objetivo, que es reclamado por instancias internacionales. La negociación no la tenemos que hacer a través de los medios de comunicación. Sería irresponsable. Hay un compromiso y se tiene que cumplir.

Dice que es un delito anacrónico y que han defendido "siempre" que se tiene que "eliminar"...
Es un delito de naturaleza política. Si sólo se rebaja la sedición, el delito de naturaleza política seguirá existiendo. Y si es un delito de naturaleza política que se tendría que superar, la lógica nos lleva...

Entonces, hace falta algo más que rebajar las penas.
Por lo tanto, nuevamente volvemos a pedir la máxima discreción. No contribuir a hacer a una especulación sobre cómo tiene que ser. Lo que hace falta es que haya el compromiso --parece que el Gobierno lo ha adquirido-- y que se haga realidad. Hacer una reforma del Código Penal, eliminar un anacronismo, es una mejora democrática y es una ganancia colectiva. Es urgente y necesario que se puedan hacer todas las reformas pertinentes.

¿Basta con la reforma del Código Penal? Muchos encausados quedarían fuera, empezando por el president Carles Puigdemont y siguiendo por Josep Maria Jové y Lluís Salvadó.
Efectivamente, cuando hablamos de agenda anti-represiva y desjudicialización, no todo empieza y acaba en el Código Penal. Nuestro posicionamiento es muy claro. ¿Qué habríamos hecho para acabar con la represión? Una amnistía, que es la forma más sencilla y fácil. Desgraciadamente no hemos encontrado las mayorías necesarias en el marco del Estado español. Lo que reclamamos ahora es que produzcan las concreciones y los acuerdos para desjudicializar y asumir los efectos que debería tener una amnistía. No es momento sólo de buenas palabras, sino que haya hecho.

¿Saben cuándo se volverá a reunir la mesa de diálogo?
No tengo constancia. Sí que es cierto que había el compromiso de celebrar una nueva reunión a lo largo de este otoño. Y, cuando se convoque, será porque puede haber avances en los compromisos adquiridos y se podrán anunciar acuerdos. Exigimos y deseamos que pueda reunirse cuanto antes mejor.

La mesa de diálogo es la apuesta estratégica de ERC para esta legislatura. Pero no parece que esté dando los frutos que quizás se esperaba.
Dos consideraciones. En primer lugar, seguro que, cuanto más unidos hubiéramos ido a confrontar democráticamente en la mesa de negociación, quizás habríamos tenido más fortaleza. Pero nos encontramos con que los que eran socios de coalición hasta hace pocos días, en lugar de contribuir a defender los intereses de Catalunya, se dedicaron a poner todos los palos a las ruedas, a hacer que descarrilara el proceso de negociación. Dicho esto, la mesa de negociación es un proceso. Ojalá hubiéramos obtenido muchos más resultados, pero sabemos que es complejo y que tenemos a todo un Estado enfrente. Pero parte de un punto inicial, del reconocimiento del conflicto político entre Catalunya y España, cuando hasta entonces se hablaba de "conflicto entre catalanes". Y se reconoció el hecho de poder hablar de todo. Este "todo" quiere decir la autodeterminación y la amnistía. A partir de aquí ha habido varias reuniones, no todas las que habríamos querido, y se están haciendo los primeros pasos.

 

La legislatura española está en el último año. Pedro Sánchez no tiene muchos incentivos y no sabemos qué puede venir después de unas elecciones generales.
¿Qué pasará en las próximas elecciones españolas? No lo sabemos. Hay unas encuestas que pueden marcar tendencia, pero ya se verá. ¿Para qué trabajará ERC? Para tener los mejores resultados posibles, para poder seguir defendiendo los intereses de Catalunya, para que la extrema derecha tenga el menor apoyo posible y nunca pueda condicionar las políticas. Dicho esto, lo que defendemos, lo defenderemos siempre, pase lo que pase. Lo defendíamos cuando había Mariano Rajoy y cuando está Pedro Sánchez.

La gran propuesta del president Aragonès ha sido el acuerdo de claridad. No tuvo buena acogida ni en Madrid ni en Barcelona. ¿Están dispuestos a replantearla para dibujar una estrategia compartida?
Es importantísimo poder construir estrategia compartida, consensos y puntos de aproximación Desgraciadamente la propuesta del president para hacer un referéndum acordado quedó eclipsada por la actuación de Junts durante el debate de política general. Ha habido mucho ruido. Pero nosotros creemos que es una propuesta válida, útil y necesaria. Lo que hace es trazar un camino para hacer posible el derecho a la autodeterminación. Muchas veces ya lo hemos visto: se anuncia algo, todo el mundo en contra pero después se trabaja hasta que se llega a acuerdos y lo tiramos adelante. Con el acuerdo de claridad puede pasar lo mismo.