José Antonio Martín Pallín (La Coruña, 1936) es magistrado emérito del Tribunal Supremo, del que también fue fiscal. Allí coincidió con Manuel Marchena, del que no quiere valorar su papel. Lo que sí tiene claro es que la condena a los acusados por el procés va a ser muy dura. Y advierte a los independentistas de que no depositen todas sus esperanzas en el Tribunal de Estrasburgo, donde el margen es muy estrecho. A las puertas de la sentencia del Supremo, nos recibe en el despacho de abogados en el que trabaja ahora.

Ya ha quedado visto para sentencia. ¿Con qué sensación se ha quedado después del juicio?
La misma que tenía antes del juicio. No ha servido para cambiar las posiciones de partida de las acusaciones, incluso las de la sala que indirectamente han manifestado a través de los sucesivos autos sobre el fondo del asunto y sobre la prisión. Las cosas han quedado como estaban, salvo un matiz que a mí me ha resultado interesante: la diferente actitud del presidente en relación con los testigos de la acusación.

¿Con los policías?
Son profesionales del orden público, que deberían estar acostumbrados a cualquier incidencia de estas. Les permitió decir frases tan pintorescas como que nunca habían visto esas "miradas de odio". Y después la intemperancia con los testigos de la defensa. 

¿Las "miradas de odio" dan para rebelión?
Si las miradas de odio dieran para acusar por rebelión, vamos todos a la cárcel...

¿Cuál es la importancia de este juicio?
Para mí es fundamental. Marca un punto de tensión añadido al que ya existía, que yo creo que no tenía las dimensiones que pretendían darle. Por ejemplo, aquí la prensa centralista venía ya desde tiempos muy atrás hablando del tema lingüístico... Pero todos los que visitábamos Barcelona muchas veces sabíamos que aquello transcurría con cierta normalidad. La sentencia va a añadir una tensión que va a superar lo que era el nacionalismo en sí mismo. Y por otro lado también hay unas reacciones... Hace poco veía un titular de El Mundo que me dejó escalofriado: La Fiscalía pide ayuda contra el odio a lo español en Catalunya. A cuatro columnas. Si siguen por esos derroteros, ya lo advirtió Unamuno en su tiempo. Corremos el riesgo de crear un nuevo Belfast.

Ahora a Unamuno le cita hasta Abascal.
In partibus infidelium, que dirían en latín. Como se intensifique la tensión de esta manera, se corre el riesgo de crear un enfrentamiento entre comunidades que hasta ahora no existía. Los que no son nacionalistas o independentistas no sienten lo que aquí se cuenta que sienten. Pero eso se puede mantener o puede cambiar.

¿Cree que hay marcos mentales diferentes en Barcelona y en Madrid?
Sí, es que es así. Desde aquí se explota eso como una arma política dirigida a todos los que al grito de 'A por ellos' despidieron a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. 

¿Y cree que han tenido un juicio justo?
Justo, en el sentido de que sido con todas las garantías salvo el matiz de los testigos, pues sí. ¿Quién esperaba lo contrario? ¿Qué iban a hacer, una farsa como la Inquisición? ¿Una hoguera en la plaza en la Plaza de la Villa de París? Está previsto en la ley: el presidente dice audiencia pública, interroga el fiscal, interrogan las acusaciones, interrogan los abogados, vienen los testigos, los peritos... Lo que era normal y esperable.

¿Cómo juzga el papel del juez Marchena, al que usted conoce bien?
Era un papel que siempre es difícil, sin duda...

¿Cree que él se siente cómodo en ese papel?
Pues no lo sé, la verdad. No tengo elementos para valorar eso...

¿Hay alguna sentencia buena que pueda salir de la Sala Segunda del Tribunal Supremo?
Creo que no. Creo que la condena por rebelión está cantada. No hay duda. Que hagan algún malabarismo jurídico y digan que fue en grado de tentativa o conspiración o algo, en principio no lo descarto. No lo sé...

¿La absolución no la contempla?
No, no...

¿Ni condena por malversación y desobediencia?
En la desobediencia son esclavos de su propia jurisprudencia. En el caso de la retirada de lazos amarillos y el president Torra. Es un concepto cuartelero, que no tiene nada que ver con una democracia. Aplican el mismo artículo a un presidente elegido por sufragio universal que a un señor que se salta un control de alcoholemia. Es un poco disparatado. Es no tener idea de lo que significa la división de poderes en un estado democrático. En países como Alemania, Austria o Portugal no existe el delito de desobediencia entre autoridades... Es un conflicto que tienen que resolver los tribunales contencioso-administrativos, pero no es delito.

Aplican el mismo artículo a un presidente elegido por sufragio universal que a un señor que se salta un control de alcoholemia

¿Cree que hay alteraciones de la separación de poderes? 
Sí, por supuesto. Este caso es un buen ejemplo.

¿Y cómo se les va a poder condenar por rebelión o sedición si faltan los elementos centrales?
Marchena ya ha construido su sentencia. Marchena y seis magistrados más que la van a firmar. Y en vez de lo que es la violencia física, el uso de armas, va a crear algo que ha salido mucho, que yo me atrevería a decir que va a salir en la sentencia, que es el "ambiente insurreccional" y los "movimientos de masas".

¿No queda obsoleto el Código Penal cuando se hacen estas interpretaciones que van más allá incluso de la jurisprudencia? Hay un precedente de la rebelión, que es el 23-F.
Nadie la ha querido citar. Solo el fiscal Cadena, que la utilizó diciendo que el Tribunal Constitucional solo había dictado una sentencia y que no creaba jurisprudencia. El TC dijo claramente al analizar la constitucionalidad del 384bis, que se aplicaba para suspenderlos de funciones, que se equipara bandas armadas, elementos rebeldes y terroristas. Y el legislador los equipara a los tres. La concepción tradicional del uso de armas no es que sea un agravante, es un elemento esencial del tipo de rebelión.

El Supremo también ha impedido que Junqueras pueda tomar posesión de su cargo. ¿Tiene ese poder para impedir que alguien que ha sido elegido en las urnas no pueda ostentar el cargo cuando no hay una inhabilitación?
No, el Tribunal Supremo no tiene ese poder. Creo se ha excedido en la aplicación de la ley. Ya veremos qué opinan el Parlamento Europeo y el Tribunal de Luxemburgo.

¿Los acusados tienen ya margen para ir a Estrasburgo?
Primero tendrían que cumplir el trámite del Tribunal Constitucional. Después tienen vía libre.

¿Pueden esperar algo de Estrasburgo?
Lo que la gente tiene que saber es que Estrasburgo no puede decir que los hechos están mal calificados. Es un margen muy estrecho. Pero el tema que mencioné antes de la diferencia de trato con los testigos puede ser algo para que digan que el juicio no fue equitativo. No hay mucho más margen. Lo que sí es un punto importante, y lo ha dicho Naciones Unidas por dos veces, que la detención es arbitraria.

Ese es otro tema de debate: la prisión preventiva. ¿Se ha abusado de ella en España? Tenemos el caso reciente de Sandro Rosell.
Este es un elemento a manejar con mucho cuidado. El principio general es el de la libertad. Incluso un homicida de una riña que no ofrece más peligro podría estar perfectamente esperando el juicio en libertad. O como los acusados por La Manada. Es un punto muy delicado. Por eso creo que es arbitraria y totalmente injustificada. Y que no me vengan con cuentos de que "se ha fugado Puigdemont". 

¿Y a qué cree que responde la prisión en este caso?
No lo sé. Pero vamos, yo no lo habría acordado de ninguna de las maneras y muchos otros tribunales tampoco la hubieran acordado. E incluso ha habido gente muy protagonista en el inicio del proceso que dice que las cosas hubieran sido más fáciles si los presos estuvieran en libertad.

La reacción a esos informes de Naciones Unidas ha sido parecida a la de las euroórdenes: no nos entienden, están indocumentados...
Sí. Pero eso es lo que decía Franco siempre que lo criticaba Naciones Unidas. Franco tenía una expresiñon muy graciosa, que era la "conspiración judeomasónica". Pues en esas estamos.

Cambiando de tribunal... El Tribunal Constitucional acaba de avalar la aplicación que se hizo del 155. ¿Lo comparte?
Confieso que no la he leído en profundidad. Pero viene a decir que hay que utilizarlo con una cierta moderación y cautela. Si nos vamos al precedente alemán, que no se ha aplicado nunca, todos los constitucionalistas opinan que para ello tiene que haber una situación que obligue a la declaración del estado de alarma. Y aquí no se hizo uso del estado de sitio. Si la situación era tan violenta ¿por qué no se hizo uso del estado de sitio?

El mismo tribunal también ha tumbado la reprobación al Rey que hizo el Parlament...
Eso me parece una cosa infantil. En España tenemos un cierto infantilismo democrático. Que el Constitucional diga que no tienen competencias... Vamos a ver, la reprobación es la reprobación. No porque el Constitucional la haya echado atrás deja de estar reprobado por el Parlament. 

En cierta manera se ha convertido en una figura intocable... 
No, no, al contrario. Por ejemplo cada vez hay más universidades que están organizando referéndums de Monarquía o República, y está saliendo República mayoritariamente. Intocable no es. Lo que pasa es que ahora se ha convertido, a partir del discurso del 3 de octubre, en un protagonista político que ha roto un poco el poder moderador que le atribuyen algunos constitucionalistas.

La concepción tradicional del uso de armas no es que sea un agravante, es un elemento esencial del tipo de rebelión

¿Los jueces también se han convertido en actores políticos?
Efectivamente. Estamos ante el gobierno de los jueces...

¿Y eso a qué nos aboca?
Pues que se rompe la división de poderes. Pero además la culpa no es solo de los jueces. Es también por comodidad de los políticos. Por ejemplo ante lo que sucedió el otro día en el Orgullo con Ciudadanos, se trasladó hacia el derecho penal. No, perdone, el derecho penal no tiene nada que decir sobre eso. Pero echan la papeleta a los jueces.

¿Hay un uso excesivo del derecho penal?
Sí, sí, absolutamente. Lo que los penalistas hemos llamado siempre la "huida hacia el derecho penal". Cuando no se sabe qué hacer, pues "vamos a utilizar el derecho penal". 

¿Y hay margen para volver a un uso razonable del derecho penal?
De momento, no. Y las cosas van cada vez peor. Pero no solamente en el sentido político, sino también en todo lo que supone ahora con el movimiento para la modificación de los delitos contra la libertad sexual. Cuando el Tribunal Supremo ha demostrado que, con los mismos hechos y con el mismo artículo que aplicó la Audiencia de Navarra, se ha condenado por rebelión. 

Me hablaba de un "gobierno de los jueces". ¿Quién controla a esos jueces?
El sistema de la división de poderes es algo muy delicado. Es un sistema de pesos y contrapesos. Y por tanto hay que ser muy respetuosos y muy delicados sobre todo los jueces. Hay que saber cuando, por ejemplo, es una materia en la que no podemos entrar los jueces. Todo el mundo conoce mi trayectoria y lo que pienso, pero yo archivé la querella contra Aznar por la guerra de Irak. Porque los jueces no teníamos nada que decir. Podía ser criticable políticamente o parlamentariamente, pero los jueces no podíamos meternos en ese terreno.

¿La sentencia del 1-O va a marcar el futuro de España?
No soy adivino... Pero que va a tener un impacto, y que va a ser negativo, eso es evidente...

¿Y ve una solución a medio plazo al conflicto entre el Estado y Catalunya?
A medio plazo, desde luego que no... No están los elementos sobre la mesa. 

¿Y a largo plazo?
No quedará más remedio. Ya lo dijo Ortega, y ya estoy harto de repetirlo: ya que no somos capaces de llegar a un acuerdo, seamos capaces de convivir. Porque se trata de convivir.