Dice Pablo Iglesias Turrión que no tiene que volver a la política porque nunca la ha abandonado. Nacido en Madrid en 1978, ha sido secretario general de Podemos, eurodiputado, parlamentario en el Congreso, ministro y vicepresidente del Gobierno; ahora es el director de Canal Red y cuenta que este medio de comunicación le sirve para continuar ejerciendo poder. Al mundo institucional no regresaría por sus hijos, asegura. El hombre que estuvo a punto de hacer un sorpasso al PSOE en 2016 recibe a ElNacional.cat en la sede de este canal de televisión por internet. Acaba de publicar Enemigos Íntimos (Navona Editorial), un libro en el que culpa a varios personajes de haber “derechizado” España. En esta entrevista —en plena guerra abierta entre Podemos y Sumar en el espacio a la izquierda del PSOE— invita a los comuns a romper con Yolanda Díaz y volver a confluir con los morados, insta al independentismo a adentrarse en las instituciones españolas y mantiene su oposición a delegar las competencias en inmigración a la Generalitat.
Es especialmente crítico con el periodismo en este libro. ¿Antes de entrar en la primera línea política ya era consciente de este poder político de los medios que usted les atribuye?
Era consciente en lo teórico y le daba importancia, pero desde la distancia. En los libros no se aprende lo que he aprendido yo siendo objeto de información y conociendo a muchos periodistas y propietarios de medios de comunicación.
También es especialmente duro con los redactores base.
Siempre se dice que el pobre redactor que cobra un salario modesto es un mandado. He visto un enorme compromiso del redactor con la ideología de sus jefes. Hay profesiones que solamente pueden ser vocacionales y el periodismo es una de ellas. Es muy difícil que un redactor reconozca que escribe lo que le mandan, porque hay un cierto ego cuando firmas con tu nombre. También hay una promiscuidad increíble de redactores que pueden trabajar para El Mundo y luego para ElNacional.cat y luego para La Razón. Mi experiencia con los redactores base no es nada buena.
Podemos no favorecerá la agenda racista de Junts con la delegación de inmigración
¿Por qué?
He visto muy poca sensibilidad con ciertos aspectos humanos; muy pocos escrúpulos. Es una profesión muy corrupta y no es solamente una cosa de jefes. En Catalunya esto lo sabéis porque durante el procés hubo una militarización del periodismo para atacar al independentismo catalán.
No dedica ni un solo capítulo del libro a un independentista catalán o vasco. Ni una sola mención en ninguna página.
Porque no son actores de la derechización de España, sino de su democratización. Hay dos posibles modelos de España. Uno es el de la España uninacional de la monarquía, PP, Vox, las élites judiciales y las élites mediáticas. Pero podría haber otro modelo republicano que reconociera la plurinacionalidad y todas sus implicaciones políticas y culturales; algo más laico y progresista. Incluso las derechas catalana y vasca, a las que podría criticar mucho, son la demostración de que puede haber una derecha cabrona pero democrática, algo que en España es más infrecuente de encontrar.
De hecho, en el libro sitúa tanto a Podemos como al independentismo como la mayor amenaza al régimen del 78. En la asamblea de hace un par de semanas Podemos insistió en que no está muerto; ¿tampoco lo está el independentismo?
Para nada. Una cosa es que el objetivo político del independentismo se haya revelado como inviable en el corto y medio plazo. El independentismo catalán apostó por un enfrentamiento con el Estado a través de las instituciones autonómicas. Fue un fracaso. Cuando enfrentas a una administración territorial contra un estado, gana el estado. Creyeron que un camino intermedio hacia la independencia era construir instituciones propias. El problema es que si estas instituciones están subordinadas jerárquicamente al Estado español, el resultado de cualquier choque será evidente. Los Mossos d’Esquadra no pueden competir con la Policía Nacional y la Guardia Civil. Por mucho que tú le pongas al president de la Generalitat una bandera, le llames president y te inventes un conseller en cap para que parezca un jefe de estado, es un presidente autonómico en la legalidad española.
Entonces, ¿qué le pide a los independentistas?
Me gustaría que entendieran que el terreno de combate político es el Estado español. Porque si se lo dejas a la derecha española, le estás dejando el gran instrumento de poder político. Está muy bien que haya Mossos d’Esquadra, pero entonces ya no hay policías nacionales catalanes, guardias civiles catalanes ni militares catalanes. Habría que asumir el estado como terreno de combate, ojalá hubiera más jueces de izquierda y también más jueces vascos y catalanes.
Pero usted defiende que el independentismo entre incluso en el Gobierno.
Lo del Gobierno es más coyuntural. Pero claro que imagino un Gobierno con Podemos, Esquerra Republicana y Bildu; preferiría sin Junts per Catalunya.
Le está pidiendo al independentismo algo contranatura.
No. Si tú te presentas a las elecciones en el marco de la legalidad del Estado, y pactas presupuestos, transferencias de competencias, infraestructuras, la amnistía… ¿entonces no tienes legitimidad para asumir responsabilidades de Gobierno? Francesc Cambó, uno de los padres del nacionalismo catalán, fue ministro de Fomento. Solo unas instituciones republicanas van a permitir el derecho a decidir y un sistema de soberanías compartidas.
Sin embargo, Podemos ya ha manifestado varias veces que no va a permitir la delegación de las competencias en inmigración a la Generalitat. ¿Por qué es racista que la inmigración sea gestionada por el Govern y no por el Gobierno?
El problema no es ese, sino la razón por la que Junts quiere ahora estas competencias. Se están viendo muy desgastados por la ultraderecha de Aliança Catalana. Así que Junts quiere eso para construir una imagen de mano dura frente a la inmigración. Los votos de Podemos no están para favorecer la agenda racista de Junts.
Las competencias no son para Junts; son para la Generalitat. Oponerse a esta delegación es estar en contra de la descentralización del Estado.
No, no hay que entrar en los planteamientos de Junts. Se puede estar a favor de medidas de descentralización que favorezcan objetivos de izquierdas. No vamos a estar en medidas de descentralización que favorecen otro tipo de objetivos. Si alguien dijera que quiere competencias para privatizar la educación pública, no podrían contar con nosotros.
¿Quién fue el dirigente de Esquerra Republicana que le pidió que Podemos tumbe esta delegación de competencias? ¿Oriol Junqueras le ha pedido explicaciones?
Eso fue una conversación privada. No tengo nada más que decir sobre este asunto.
No volveré a la política institucional por mis hijos; ahora soy más feliz
¿Podemos sí que va a facilitar que Catalunya tenga un sistema de financiación singular?
Siempre se ha defendido eso, así como el desarrollo de instituciones republicanas que avancen hacia el derecho a decidir. La plurinacionalidad implica un reconocimiento de soberanías compartidas y la soberanía llega a todas partes.
¿Confía en el retorno de Carles Puigdemont? ¿Qué futuro político le augura?
Se me escapa un poco. La política catalana y vasca han perdido mucho foco después del procés, por lo que la complejidad interna en el mundo de Junts se me escapa. El liderazgo de Puigdemont es muy fuerte. Pero entiendo también que en Junts se están imponiendo unos planteamientos más tradicionales al estilo Jordi Pujol de tener buenas relaciones con las empresas. No sé si Puigdemont es la persona llamada a ejercer el liderazgo en ese nuevo contexto.
¿Y usted? ¿Va a haber retorno de Pablo Iglesias?
Nunca he dejado de estar en política. Estoy en un lugar que me parece de los más políticos, que es dirigiendo un medio de comunicación. Las razones por las que no volveré a la política institucional o de cargo de partido son básicamente dos. La primera son mis hijos. No les expondría a que su madre y su padre estuvieran en un lugar de tanta exposición que les pudiera hacer mucho daño.
Su madre sí que parece estar dispuesta a ello.
Claro, y ya es bastante. Por lo menos que el padre los pueda defender… Yo creo que hubiera sido espantoso vivir lo que vivimos con los niños más mayores. La segunda razón —que es incluso más definitiva— es que a mí no me gustaba eso. Nunca fui feliz siendo secretario general de Podemos, diputado, ministro o vicepresidente. Ahora me lo pasó pipa. Salgo de vez en cuando en la tele, doy mis clases en la universidad, tenemos un medio de comunicación que está creciendo y hemos podido abrir la taberna Garibaldi.
En el libro insiste en la importancia de que la izquierda ocupe puestos de poder. Sin embargo, usted abandonó la vicepresidencia del Gobierno para presentarse a unas elecciones en la Comunidad de Madrid en las que, sin sorpresa de nadie, Podemos no logró tumbar a Ayuso. ¿No fue eso un error?
No. Yo estaba muy desgastado como figura política útil y tenía que haber un relevo. Aquello tenía dos objetivos y cumplimos uno de ellos: la no-desaparición de Podemos de la Asamblea de Madrid. El otro objetivo era sumar con el PSOE y con Más Madrid para formar un gobierno progresista. Las encuestas decían que podía ser factible si subía la participación. Fue una jugada inteligente y luego me fui a seguir construyendo poder.
Tampoco incluye en la categoría de error el nombramiento de Yolanda Díaz como su sucesora; por mucho que le dedique infinidad de críticas.
Fue uno de mis mayores errores políticos a la vista de lo que ha pasado. Pero en aquel momento parecía sensato. Después se vio que Yolanda decidió construir otro proyecto para destruir a Podemos y armar una alianza con La Sexta.
Los comuns tendrán que decidir con quién entenderse; Podemos estará encantado de hablar
Ha mencionado estos días que el PSOE tiene que absorber algunos sectores de Sumar para reordenar el espacio a su izquierda. ¿Qué sectores está dispuesto a absorber Podemos?
Hay muchos actores de Sumar que están más cerca ideológicamente del PSOE que de Podemos. Más Madrid es un claro ejemplo.
¿Y los comuns?
La parte de ICV está más cerca del PSOE que de Podemos. Otra cosa es el mundo municipalista como el de Barcelona. En las europeas Irene Montero tuvo más votos que Jaume Asens. Compromís nunca va a llegar a un acuerdo con Podemos y se van a presentar por su cuenta, Izquierda Unida ya ha dicho que con nosotros tampoco; y ya no hablemos de los canarios, los aragoneses, etcétera. Es un espacio de muchos partidos en descomposición y lo deseable sería que solamente hubiera dos candidaturas del espectro progresista. El PSOE tiene muchos recursos para ofrecer salidas personales y políticas a sectores de Sumar. Y a quien quede fuera Podemos le dará alguna opción sensata.
Ha mencionado a Jaume Asens. ¿Qué relación tiene con él? ¿Y con Ada Colau? ¿Pueden ejercer algún papel en la pacificación de la izquierda alternativa?
Perdí la relación con Jaume. Éramos muy amigos, pero nos distanciamos y perdí interés por las cosas que hace. Colau es una figura política de primer nivel y determinante en la historia de Barcelona y Catalunya. Pero la clave no va a ser el papel de figuras concretas, sino de decisiones políticas. Los comuns en algún momento tendrán que decidir con quién quieren entenderse; y si quieren convertirse en algo débil electoralmente o en algo más de izquierdas como lo que representa Gerardo Pisarello. Podemos, Ione Belarra e Irene Montero siempre estarán encantados de dialogar y de hablar con ellos.
¿Por qué destaca la figura de Gerardo Pisarello?
Es la figura con un discurso más de izquierdas en los comuns. Tiene profundidad ideológica y entiende algunas de las claves de lo que está ocurriendo.
¿Por qué Ada Colau solo aparece de paso en el libro?
Porque no ha contribuido en la derechización de España. No siempre fue amable, hubo palabras desagradables y un uso instrumentalista de Podemos y luego de Sumar, pero no fue una mala alcaldesa de Barcelona. Manuela Carmena, por ejemplo, fue una decepción en Madrid.
¿Pedro Sánchez le ha pedido que haga las paces con Yolanda Díaz?
No, he hablado pocas veces con él. Después de dejar el Gobierno estuve una vez en la Moncloa; siempre ha sido muy cordial y correcto. Nos felicitamos los cumpleaños y los santos. La última vez que hablamos fue porque me llamaron desde el móvil de María Jesús Montero unos chavales haciendo una broma. Contacté con el presidente para contarle lo que había pasado; parecía que le hubieran robado el móvil a la vicepresidenta. Me respondió que se trataba de un hackeo del cual Salvador Illa también había sido víctima.
¿Cree que Pedro Sánchez agotará la legislatura?
Puede agotarla si quiere prorrogando presupuestos. No creo que la agote porque eso supondría llevar las eleciones generales a muy poquito tiempo después de las municipales y autonómicas. Optará por un superdomingo de municipales, autonómicas y generales en 2027 o bien por juntar las generales con las andaluzas.
El independentismo es un actor de democratización de España
En este libro menciona que el objetivo de la monarquía no es la democracia sino su supervivencia. ¿Tiene Felipe VI mejor instinto superviviente que su padre, Juan Carlos I?
Los reyes son como los papas: son reyes hasta que se mueren. Eso son muchos años y muchas fases políticas y vitales. El objetivo de Juan Carlos I en la Transición no era que España se convirtiera en una democracia, sino sobrevivir. Entendió que para ello hacía falta impulsar una monarquía constitucional con un sistema que se articulara sobre las mismas élites económicas y oligárquicas del franquismo, pero con procedimientos equiparables a los de los países europeos. Luego resultó ser un corrupto terrible. Pero a Felipe VI no le interesa tanto la pasta procedente de la corrupción. Es una figura mucho más política y, por lo tanto, mucho más conservadora.
¿Qué quiere decir?
Es de derechas y es consciente de que la continuidad de la monarquía tiene que ver con que la derecha mande en España. Es consciente de que la monarquía es el símbolo político fundamental de los sectores oligárquicos del Estado.
Pero hace ya más de un año vimos como los ultras que se manifestaban en Ferraz contra la amnistía lo hacían con banderas españolas con el escudo recortado, y con insultos al rey.
El problema histórico de la derecha española es su cretinismo. El golpe de estado del 23-F fracasa porque Tejero se piensa que está ocupando el Congreso para algo diferente a lo que es el plan de Armada de un gobierno de concentración. Se pensaba que eso era otro 18 de julio. Era tonto, que es una característica de los ultraderechistas españoles. Si se alejan del significante monárquico… pues allá ellos.
La derecha catalana es más democrática que la española
¿Con qué recuerdo se queda del papa Francisco?
Ha contribuido a cambiar el rumbo ideológico de la Iglesia con planteamientos progresistas, anticapitalistas, aperturistas y una defensa de la paz en las relaciones internacionales. Reconoció el Estado palestino, criticó el genocidio y es un Papa bien relacionado con sectores peronistas de Argentina… Cae simpático a la izquierda y es odiado por la ultraderecha. La cosa ahora es ver si este estilo de Francisco sigue o se corrige.
¿Ha faltado en Podemos autocrítica con el caso Monedero?
Todo lo contrario. Podemos ha demostrado que las cosas se pueden hacer de otra manera. En Canal Red hicimos una investigación en la que revelamos que eldiario.es tuvo a cuatro periodistas investigando el incidente de Íñigo Errejón en Castellón, en el que presuntamente habría tocado sin consentimiento el cuerpo de una muchacha, y no publicaron nada. En Podemos, cuando llegan dos denuncias, lo que hace el partido es apartarle y que no aparezca en actos públicos para mantener el partido como un espacio seguro.
¿Por qué no le ha dedicado un capítulo a Íñigo Errejón?
Sí que aparece en muchos capítulos. Para nada me alegro de lo que le ha ocurrido. Fue una persona a quien quise mucho y a quien admiré intelectualmente. Más allá de su final político, en la medida en que fue la figura intelectual más dotada de Sumar, contribuyó a la creación de una máquina política para destruir a Podemos y para ser una izquierda dócil al PSOE. Todo eso tenía que ver con un proceso psicológico muy similar al de Yolanda Díaz, que es dejarte querer; que de repente los medios de comunicación hablen maravillas de ti y de repente te creas guapo y te sientas atractivo. En el libro cito una letra de una canción de Def Con Dos que es muy representativa de lo que ocurrió: “En los bares de moda no pagas ni una copa, nuevos amigos te invitan a farlopa”.