¿Qué se ha hecho de Roger Español? El hombre que perdió un ojo en el referéndum del 1-O es un retrato preciso del independentismo. Arrastra una herida crónica desde octubre de 2017 y no ha conseguido su gran sueño: dedicarse al mundo de la música. La bala de goma lo apartó de las clases del grado superior del conservatorio del Liceu y la pandemia ha acabado con la trayectoria de la mayoría de los grupos en los que tocaba. Cinco años después de haberse convertido en el herido más famoso del Primer d'Octubre y haber sido candidato en hasta tres elecciones diferentes, Español trabaja en el servicio de recepción y administración de un instituto de secundaria y bachillerato del barrio barcelonés del Fort Pienc, a unos diez minutos andando de donde la policía española le disparó.
ElNacional.cat visita a Español en su lugar de trabajo. Antes de empezar la entrevista, nos cuenta que se ha vuelto más "irascible". "Las personas que me aman me lo dicen, y soy consciente de eso, pero no sé si se debe al ojo o al momento político", dice. Nos sentamos con él en la salita donde trabaja cada día. Rodeado de carpetas, tizas, folios y ordenadores, responde a las preguntas de este periódico. La conversación se interrumpe un par de veces por culpa de un hombre y una mujer que preguntan dónde se encuentra la clase de 4º de ESO C. Llegan tarde a la reunión de padres.
¿Qué se ha hecho del activismo político de Roger Español?
Sigo siendo la misma persona que era en el 1-O, con las mismas luchas pero con un estilo de vida diferente a causa de obligaciones vitales, tanto económicas como personales. Se me ha acabado el tiempo de viajar libremente por toda Catalunya y hacer campaña para el Procés.
¿También para ser candidato en algunas elecciones?
Si ahora mismo me dijeran de participaran en alguna campaña electoral, les diría que no. Se debe, sobre todo, a una cuestión de practicidad. Yo tengo unas obligaciones, y antes podía ir tirando con la ayuda de mis padres, pero durante estos últimos cinco años han muerto los dos y ahora me tengo que buscar la vida.
¿Cómo has llegado a parar a este instituto?
Mucho antes del 1-O yo trabajaba yendo arriba y abajo con una furgoneta, y acabé muy quemado. Quise hacer un cambio y dedicarme al mundo de la música; así que compaginé estudiar el grado medio y superior con hacer de conserje en el conservatorio del Liceu. Lo combinaba con bolos y clases particulares. Pero por culpa de la pérdida del ojo, me costó mucho seguir el hilo de las clases de tercer curso; lo acabé dejando. Entonces encontré este trabajo, pero los grupos y bandas en los que estaba han ido cayendo, sobre todo por culpa de la pandemia.
¿Cómo te ve la gente? ¿Te siguen parando por la calle?
Sí, a pesar de que no tanto como antes. El caso es que durante todo este proceso político he tenido que posicionarme en aspectos que van más allá del eje nacional, y eso siempre provoca algunos recelos.
¿Sobre todo en la gente de derechas?
Es complicado de decir. Porque yo me he presentado en unas elecciones con Junts per Catalunya, que yo ubico más a la derecha. Y, en cambio, me opongo más a Esquerra Republicana porque estoy en contra de su planteamiento de diálogo con el estado español.
Con Junts per Catalunya te presentaste como candidato para ir al Senado. También fuiste como número cinco del Front Republicà en unas elecciones en el Congreso. ¿Aparte de una lista impulsada por ti mismo denominada Coalición de Represaliades el 14-F, te has sentido utilizado por los partidos?
Sí, ha habido un poco de intención de utilizarme. Pero yo también he utilizado estas candidaturas para hacer escuchar mi voz. Sobre todo con respecto a Junts, porque mi candidatura por el Front Republicà era más orgánica. Aunque con Junts todo era mucho más contradictorio, me presenté cuando se estaban separando del PDeCAT, y creo que mi aportación sirvió para marcar carácter. Además, no hacía mucho que habían tenido lugar las protestas postsentencia, y creo que tuve la oportunidad de hacer oír mi voz dentro de Junts, criticando el trabajo que estaba haciendo el entonces conseller d'Interior, Miquel Buch.
En lugar de defender un referéndum, ahora lo que toca es defender las instituciones
¿El Procés ha muerto?
No, porque todavía escuchamos muchas voces que critican la comodidad autonomista en la que se ha instalado el Govern. Me da mucha rabia este discurso de "poner a la gente en el centro y gobernar para la Catalunya entera". ¿No lo hacíamos antes? ¿No tenemos que poner en el centro al 52% de catalanes que votaron formaciones independentistas? Si solo se dedican a combatir la crisis, poner a la gente en el centro y gobernar para la Catalunya entera, solo están haciendo el 48% del trabajo que se les ha encargado.
¿Qué ha pasado con fechas como el 20-S, el 1-O o el 3-O?
Cada vez que el Govern habla sobre estas fechas lo mira como un símbolo, pero no le da continuidad. Toda esta movilización popular no puede quedar siendo únicamente un símbolo. Últimamente, se le da mucha épica a la organización del referéndum, y es un error. Porque eso hace entender que el trabajo ya está hecho. No. Se ponen la medallita por haberlo organizado, celebrado y haber pasado por la cárcel. No se tiene que poner el foco en la organización, sino en los votos manchados de sangre que había dentro de las urnas. Allí es donde hay trabajo para hacer.
¿Tú hiciste bien en mancharte de sangre?
Yo bajé a la calle a votar y a conseguir que mis padres pudieran votar tranquilamente. No fui a enfrentarme a la policía, de manera que si alguien no hizo alguna cosa bien, fue el estado español. De hecho, en la Escuela Ramon Llull, que es donde me hirieron, las cargas más violentas se produjeron cuando ya se habían llevado las urnas; ya habían hecho el trabajo. No hice mal de mancharme de sangre porque quien lo hizo mal fueron ellos.
¿Por lo tanto, volverías a votar?
Yo no creo en un referéndum pactado con el estado español. Y si hiciéramos un referéndum que se declarara ilegal, querría decir que no hemos aprendido nada. Yo no bajaría a votar en un referéndum que otra vez no serviría para hacer la independencia.
¿En estos años has aprendido que una consulta unilateral no lleva a ningún sitio?
Hemos aprendido que es imposible pactar un referéndum con el estado español. Y que hacer uno sin su beneplácito -con los poderes político, judicial, policial y militar en contra- no lleva a ningún sitio. En lugar de defender un referéndum, ahora lo que toca es defender las instituciones.
Si hiciéramos un referéndum que se declarara ilegal, querría decir que no hemos aprendido nada
Has mencionado el momento en que te hirieron. Ya hace cinco años de eso, y el caso todavía se encuentra en fase de instrucción.
Sí, y además a mí me piden dos años y medio. Estar todo este tiempo sabiendo eso desgasta mucho. Pero durante este tiempo hemos podido hacer mucho trabajo, como identificar el escopetero que me disparó.
¿Cuándo habrá juicio?
No se sabe, pero quizás a finales de 2023. Podremos demostrar que se saltaron los protocolos de proporcionalidad y de distancia mínima. Y lo que también tenemos claro es que aquel policía apretó el gatillo condicionado por el discurso puramente fascista del A por ellos que imperaba en el Estado.