Roger Español es uno de los 1.066 heridos del 1-O. Su caso es uno de los más relevantes. Perdió la visión del ojo derecho durante las cargas de la escuela Ramon Llull. La policía española disparó pelotas de goma, cuando en Catalunya, después del caso Quintana, los Mossos lo tienen prohibido por una resolución del Parlament de Catalunya. Roger, además de herido, está investigado porque la fiscalía lo acusa de desórdenes públicos, de tirar una valla contra la policía.
El mismo equipo que llevó el caso Ester Quintana dirige su defensa con una línea clara: depurar responsabilidades penales y extinguir definitivamente el uso de pelotas de goma en todo el estado español. El gran salto de calidad respeto al caso Quintana es que hay vídeos del disparo, que facilitan la identificación del agente que disparó. Con todo, todavía no está identificado, y los agentes están desmintiendo lo que todo el mundo ve en las imágenes, en una clara estrategia de defensa que busca mostrar una imagen de hostilidad por parte de los manifestantes ampliada que justifique el uso de las pelotas de goma el 1-O.
Roger Español salió el 1-O a votar. Fue a la escuela Ramon Llull a ayudar a sus padres para que pudieran votar pero él ya no lo pudo hacer. El policía disparó a 15 metros de Roger y directamente, en la calle Sardenya, entre Diputació y Gran Via. Justo a su lado estaba el fotógrafo de El Nacional, Sergi Alcàzar. Le cayó a los pies.
Después de un año del 1-O, no hay república desplegada, el Govern que organizó el referéndum está en la prisión, en el exilio o procesado por los delitos de rebelión, sedición, malversación y desobediencia, según el caso, y hay miles de páginas de sumarios repartidos entre la Ciutat de la Justícia, el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya, los juzgados de Girona, Lleida y Tarragona, la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo.
Después de un año de los hechos, ahora con el inicio del proceso judicial contra los policías españoles, ¿cómo te sientes?
Primero de todo, me remueve. Porque oyendo las declaraciones de las policías y su abogado, que salió el otro día haciendo el espectáculo, se prevé un juicio bastante duro por la manera que tienen de defender a sus encausados. Me remueve todo. Y tener que desmentir lo que ha quedado más que claro por las imágenes que hay grabadas es un sufrimiento innecesario.
La línea que lleva el gobierno español es siempre cargar o tirar mierda sobre las víctimas
¿La víctima se siente culpable?
Yo estoy investigado. Y no sólo en mi caso, sino también con todo el proceso del 1-O, la línea que lleva el gobierno español es siempre cargar o tirar mierda sobre las víctimas. Es la línea de defensa que la mejor defensa es un buen ataque. Sin miramientos. La mejor defensa es un buen ataque y da igual quién haya sufrido, tenemos que salir adelante hasta el final y es muy inhumano.
¿Antes del 1 de octubre del 2017, cómo veías el proceso independentista y el país?
No estaba tan puesto. Antes del 1-O despuntaban medidas represoras que utilizaba el estado español y todo eso me había concienciado de que la única manera de conseguir una justicia para la libertad de los derechos humanos y la libertad de expresión, el único camino acabaría siendo la República independiente de Catalunya. Después vino el 1-O y no hizo más que reafirmarme en mis ideas que habían sido gestadas un tiempo atrás.
¿Tú pensabas ir a votar el 1-O?
Sí. Tenía muy claro que un referéndum no se podía prohibir y toda persona tiene derecho a dar su opinión a través de un voto. Yo iba a votar e iba a votar que sí. Mi pareja era una de las que creían que tenía que ir a votar, pero no estaba de acuerdo con la independencia. A partir del 1-O ella ha cambiado de opinión y es sólo una de las personas a quien el 1-O le hizo abrir los ojos un poco más.
Te has convertido en el icono de las víctimas. ¿Eso es bueno por un lado y no tanto por el otro? No debes querer invisibilizar a los demás...
Es bueno porque siempre tiene que haber alguien que pueda hablar, porque todas las víctimas no lo pueden hacer o no son escuchadas si hablan. Sé que es importante y es bueno que haya unas cuantas cabezas representativas de las víctimas represaliadas. Es una presión añadida a todo lo que comporta mi caso, y más ahora que estoy imputado y tengo que ir con mucho cuidado con lo que digo, incluso con quién voy y con quién dejo de ir. Pero me lo tomo con mucho orgullo porque sé que detrás de mí hay gente que se siente representada, y eso me lleva a salir adelante con todas las ganas y toda la responsabilidad que eso conlleva. Es una presión más, pero que la llevo con mucho orgullo y con muchas ganas de hacerlo bien.
Estamos apoyados en la intimidad
¿Tienes contacto con el Govern, los presos políticos y exiliados?
He tenido contacto con los familiares de los presos políticos porque ahora estamos intentando ir a la prisión, conocerlos y hablar con ellos. En los diferentes actos nos hemos ido encontrando todos. Con el actual Govern, también. Se preocupan por mí y por las víctimas. Tenemos su apoyo, hemos hecho reuniones, el Ayuntamiento ha puesto una querella colectiva que nos da fuerza. Sí que estamos apoyados. Pero estamos apoyados en la intimidad. Y la hora de convocar a gente y hacer visible que estamos delante de la Ciutat de la Justícia para reclamar nuestra verdad, nos podrían echar una mano con más ganas.
¿Os sentís solos?
No sería exactamente la palabra. Y menos lo puedo decir yo, porque allí a donde voy me paran, me conocen y me dan apoyo. Los políticos, también. Pero sí que hay un conjunto de la ciudadanía, y sobre todo los afectado por el 1-O, que a lo que se refiere a movilizaciones en la calle nos tenemos que buscar demasiado las castañas nosotros mismos. Creo que tendría que haber una voluntad del Govern y del Ayuntamiento, no sólo de presentar sus querellas, sino para mover a la gente para que se vuelva a quejar porque esto que está pasando no tiene nombre.
Tanto jurídicamente como políticamente veo muchas cloacas del estado
¿Creéis que se está haciendo alguna cosa por la república? ¿Se tiene que negociar con Madrid?
Yo personalmente creo que después del 20-S, el 1-O y después del encarcelamiento de los presos políticos, con el gobierno español no hay nada más que hablar. Está muy claro que un referéndum pactado, como algunos están hablando, no llegará nunca. Todo lo que suponga intentar pactar o hablar con ellos para que nos dejen, creo que es una pérdida de tiempo. Tanto jurídicamente como políticamente la gente que no entendemos mucho, o al menos yo, vemos muchas cloacas del estado. Hay mucho embrollo por allí detrás que no acabamos de entender y que acaba dificultando el proceso jurídico, el proceso político... Es una cosa que al pueblo nos cuesta mucho entender porque no somos expertos y la única cosa que vemos es que todo eso son excusas, dificultades, poner obstáculos para salir adelante, tanto del gobierno español como incluso a veces del Govern de Catalunya.
Judicialmente, justo ahora empieza el caso contra la policía española, pero estamos pendientes del juicio en el Tribunal Supremo, en la Audiencia Nacional... ¿Tú, por lo que estás viviendo en tu proceso judicial ―es la primera vez que te enfrentas a un caso así―, cómo ves los próximos meses?
Mi proceso, ahora, aquí, que está en fase de instrucción, que es el principio del principio, se hará muy largo, la verdad es que hemos tenido suerte con el juez de instrucción que nos ha tocado, que es el juez de instrucción número 7, que está bastante concienciado en sacar la verdad y confrontar a los policías con sus versiones. Supongo que hará lo mismo cuando vayamos nosotros. Está bastante concienciado en buscar la verdad. Y es una pena que diga que hemos tenido suerte de que eso sea así, porque eso tendría que ser la normalidad. Y vemos que con otros juicios y otras causas, aparte del independentismo, todo lo que esté relacionado con las libertades y los derechos humanos, normalmente no es así. Pueden más los intereses económicos y políticos que la búsqueda de la verdad, que es lo que tendrían que hacer.