La negociación de los presupuestos hace que estos días los pasillos del Parlament se hayan convertido en un auténtico batiburrillo de reuniones. Y entre estas idas y venidas la portavoz del PSC, Alícia Romero (Caldes d'Estrac, 1976), recibe a ElNacional.cat en su despacho de la Cámara para hablar sobre la actualidad más reciente y también sobre cómo ve el futuro de esta legislatura. Y ya avanza que no cree que se agoten los cuatro años.

Alícia Romero, en su despacho del Parlament de Catalunya / Foto: Sergi Alcàzar

Han reiterado que Catalunya necesita unos presupuestos. Pero qué ven mejor: ¿unos presupuestos prorrogados o unos hechos a medida de la CUP?
Es una pregunta difícil de responder. Catalunya necesita presupuestos, es evidente. Y nos hemos posicionado para tener unos presupuestos que no estén tan condicionados por una prórroga presupuestaria. Ahora, no nos gusta el mercadeo que se está haciendo con la CUP, donde se está poniendo en cuestión desde los Mossos hasta proyectos muy avanzados como el CTR de Vilaseca y Salou. Me pones en una disyuntiva en la cual no sé escoger porque vemos mal este condicionamiento que ponen los radicales de decrecimiento y también vemos mal una prórroga presupuestaria. Hay otras opciones que son las que tendría que explorar el president Aragonès.

Pero al final parece que todo irá hacia aquí, dejando al margen la negociación abierta ahora con los comuns.
Lo que pasa es que no sabemos cómo acabará todo esto. Parece que la CUP tampoco está muy dispuesta a acordar presupuestos. También hay mucha discrepancia en el seno del Govern, como cuando veíamos que Junts se enfadaba porque Aragonès se abría a los comuns. Lo que seguro que no queremos es ni una prórroga presupuestaria ni un sometimiento a la CUP. Veremos qué proponen los comuns, que no lo sabemos.

¿No tienen contacto con ellos por los presupuestos?
Tenemos contactos informales pero no nos hemos sentado a hablar.

Precisamente, estos días con los presupuestos se está viendo que tienen muchas diferencias con los comuns en temas de modelo de país. Ellos están en contra de la ampliación del aeropuerto, el Hard Rock, el Circuit...
Con algunas cosas coincidimos y con otras no. Es cierto que los comuns se han radicalizado en los últimos años. Antes con una parte de lo que ahora son los comuns como ICV compartíamos muchas cosas y muchos gobiernos. Ahora también pero es cierto que una parte de ellos se han radicalizado y están un poco con el 'no a todo'. No a los Juegos de invierno, no al aeropuerto, no al puerto. Nosotros creemos que el decrecimiento no nos aporta nada. Ahora, ¿que los proyectos se tienen que hacer bien? Es obvio. Fuimos capaces de hacer unos Juegos en el 92 que fueron ejemplares y que nos trajeron mucha riqueza y transformaron las ciudades. No solo Barcelona, hicimos un canal en el Alt Urgell que todavía está vivo y que tiene actividad todo el año. Lleva equipos de remo a entrenar todo el año y esto genera una riqueza para el territorio. Si lo hicimos bien entonces no entendemos por qué no lo podemos hacer bien ahora. No entendemos este 'no' antes de ver los proyectos. Igual que con el aeropuerto. Creo que a veces hacen debates muy superficiales, muy de dicotomía como el de economía vs. sostenibilidad. Creo que esto es totalmente erróneo. Es verdad que los comuns en este sentido se han radicalizado y han escorado un poco hacia la CUP. Es una decisión suya y aquí no nos metemos. Pero en estas posiciones no nos encontrarán. Estamos para el progreso y para la prosperidad económica y social. Veremos con quién decide aliarse el Govern.

 

¿En estos temas, pues, son más próximos al Govern que la CUP y los comuns, no?
Bien, nosotros hemos presentado propuestas de resolución a favor de la ampliación del aeropuerto, de los Juegos de invierno o del CRT y también estaba ERC. En otros quizás estaba medio Govern. No lo sé. También hay discrepancias dentro del Ejecutivo en estos temas que tendrían que resolver antes de ir a buscar aliados. Veo a los comuns más próximos a la CUP que al Govern. De hecho, ellos hacen mucha crítica sobre algunos temas, como el del CRT. Y en cambio nosotros hemos estado siempre a favor, haciendo las cosas bien y criticando lo que no nos gustaba. Pero hay que tener en cuenta que Tarragona tiene unos altos niveles de paro y es un territorio muy olvidado. Justo venimos de una reunión con alcaldes del Baix Penedès que están muy decepcionados porque no hay manera de que llegue inversión al territorio. Proyectos como estos no se pueden dejar escapar.

Los comuns han dejado de apostar por el referéndum. En septiembre fui a una conferencia de Jéssica Albiach y estaba por la negociación y el pacto.

¿A nivel del procés, en cambio, quizás los comuns se han acercado a vosotros, no? Ya no sacan tanto el referéndum...
Sí, de hecho han dejado de apostar por el referéndum. En septiembre fui a una conferencia de Jéssica Albiach y estaba por la negociación y el pacto. Se han olvidado del referéndum y en este sentido sí que están en las tesis socialistas, que es mesa de diálogo y encontrar lo que nos une. Nos alegramos de que se incorporen a estas tesis. Nosotros creemos que el problema del referéndum no es votar sino la gestión de la votación. El problema es cómo gestionas el ganar por el 51% o el 52% cuando la mitad de Catalunya ha decidido una cosa diferente al ganador. Si estuviéramos en el 80-20 la cosa sería diferente. Por lo tanto, nosotros no creemos que esta sea una solución. Nosotros queremos trabajar en un acuerdo que después llevemos a votación pero que lo que votemos sea construir. Nos costará más pero creo que, en fin, el camino del 2017 está acabado. ¿Es lógico no? Es un camino fracasado, doloroso y que no tenemos que volver a repetir.

Foto: Sergi Alcàzar

Si se lleva a votación este acuerdo también existe un riesgo que quede en 50-50.
Sí pero como mínimo llevas a votación una propuesta que construye. Porque si llega a un 60% o 70%, o no, y se queda en un 40%, pues la gente te habrá dicho si quiere construir o no. Pero es que 'Sí' o 'No'... ¿Cómo lo gestionamos esto? Después tenemos que seguir igual. ¿El 'mientras tanto' cómo lo gestionamos? Entonces nosotros aquí decimos que podemos avanzar con más competencias, más autogobierno, más financiación, más respeto a nuestra cultura y a nuestra lengua. Hay muchos temas en los que nos pondríamos de acuerdo. Creemos que votar eso, que es construir y avanzar, es mucho mejor que poner al ciudadano en la dicotomía del 'Sí' o el 'No' que normalmente no sale bien. También es verdad que no hemos sido capaces de hacer debates serios sobre aquello bueno y malo de la independencia.

El hecho de que Junts no supiera que el presidente Aragonès se abría a los comunes nos hace ver que esta legislatura ya está muy rasgada.

Una condición de la CUP por los presupuestos es tirar por la vía del referéndum.
A nosotros lo que nos sorprende es que hace solo cinco meses la CUP votaba al president Aragonès con un acuerdo en el que se decía que de aquí a dos años habría una moción de confianza y se daba espacio a la mesa de diálogo y, en cambio, ahora tiene prisa y quiere un referéndum. También cierra el camino a algunos proyectos que ya estaban el mes de mayo como el del CRT o el Circuit. Nos sorprenden estos cambios y por eso estamos diciendo que la mayoría está rota o en camino de romperse. Lo que no es lógico es que si hace cinco meses pactaron, ahora estén rompiendo estas alianzas que tejieron. Vemos complicada la recomposición de estas confianzas. El hecho de que Junts no supiera que el president Aragonès se abría a los comuns nos hace ver que esta legislatura ya está muy rasgada.

 

Si al final esta mayoría se recompone y se tira por el camino del referéndum y la legislatura empieza a parecer la del president Puigdemont, ¿creen que sería momento de volver a pensar en el 155?
Creemos que no volverá a pasar lo que pasó en el 2017. Fue muy grueso. Se aprobaron unas leyes de desconexión que eran intolerables y creo que hay muchos independentistas que hoy reconocen que fueron un error. Hubo el referéndum del 1-O que tuvo muy malas consecuencias. Ya las conocemos: mucho dolor para la sociedad y para las personas que perdieron la libertad. El 2017 no aportó nada bueno a Catalunya. Al contrario: se marcharon empresas y generó mucha inestabilidad política y jurídica. Eso no le fue nada bien al país y ahora nos estamos recuperando de aquel momento. Tenemos un gobierno de España que entiende que hay un conflicto entre Catalunya y España y que ha puesto unas ciertas bases para abrir el diálogo e intentar llegar a un reencuentro entre los unos y los otros. El presidente Pedro Sánchez está muy comprometido con eso. Por lo tanto estoy convencida de que no volverá a pasar lo que vimos en el 2017. No creo que en estos momentos haya en el Govern ni una chispa para que eso pueda pasar. No veo al president Aragonès poniéndose en estos caminos. Además ha hecho una apuesta por el diálogo con el gobierno de España. Aunque es verdad que aquí no lo hace. Pero me costaría pensar que acepten cualquier camino hacia la unilateralidad que plantee la CUP. Hay mucha gente dentro del independentismo que no quiere eso y que lo ha dicho: que para hacer eso se tiene que ampliar la base y ser más.

 

Sánchez es empático con el conflicto y con los sentimientos que tienen muchos catalanes a favor de la independencia.

Entiendo que la mesa de diálogo es una herramienta que tiene el Gobierno para contrarrestar la tentación que pueda suponer la CUP.
El gobierno de España es sincero y cree firmemente en el diálogo. Sánchez conoce bien Catalunya. Es empático con el conflicto y con los sentimientos que tienen muchos catalanes a favor de la independencia. Está convencido de que esto se tiene que resolver y que la mejor manera es el diálogo. Sentarse, hablar e intentar acercar posiciones puede ser lento pero es lo que se tiene que hacer. No hay otro camino. Creo que mucha gente es consciente de que se tiene que ir por aquí. Pero yo creo que la CUP seguirá proponiendo lo que quiere. Pero me sorprende esta deslealtad porque hace cinco meses decía una cosa y ahora dice otra. También tengo que decir que Junts y ERC saben cuál es el socio que han escogido y lo que genera, que es mucha inestabilidad. No le ha dado a Aragonès ni medio año, que pensaba que tendría dos años de estabilidad y ni eso. Tiene unos presupuestos que no sabe con quién los aprobará y el lunes ya viene el debate a la totalidad. Quizás es el momento de pensar en el país y no en los bloques ni en atrincherarse en las posiciones más extremas que tenemos todos. Por eso hemos hecho el ofrecimiento desde el PSC.

Junts tampoco parece que esté en la línea de ERC de una apuesta tan clara por la mesa de diálogo. De hecho no fueron...
Siempre hemos pedido a Junts que vaya a esta mesa. El diálogo es la única manera de encontrarse y de resolver los conflictos. Desde el principio de la humanidad es así o es de una manera que creo que no nos conviene. Pero sí, es cierto que en la parte catalana la mesa está coja. Aunque si se estuviera Junts seguiría estando coja porque el Govern representa a la mitad del país cuando va a la mesa y habla de autodeterminación y de amnistía. Siendo generoso es lo que quiere media Catalunya, pero no la otra. Lo que tendría que hacer es hablar en nombre de toda Catalunya y para hacer eso tendría que convocar esta mesa de partidos catalanes y que allí buscáramos estos elementos.

¿Pero eso también pasa en el otro lado, no? El Gobierno es medio Congreso.
Sí pero el presidente del Gobierno está defendiendo el Estado de derecho y el diálogo. No está saliendo de la ley ni planteando otro modelo de Estado diferente del que —con todas las discrepancias y diferencias— defienden los otros grupos del Congreso. En cambio aquí sí. Se están defendiendo cosas absolutamente disruptivas. No es el caso del gobierno de España.

¿Viendo lo que dicen líderes de Junts de la taula como Laura Borràs o el mismo president Puigdemont no prevén una pinza Junts-CUP para volver al referéndum?
Junts en este momento no es un partido homogéneo. No todo el mundo piensa como Laura Borràs. Ellos también tienen que decidir cuál es la posición que finalmente adoptan. Pero ha habido voces relevantes en Junts que han dicho que quizás se tiene que ampliar la base y que quizás no se ha hecho todo bien. Si quieren hacer la pinza que la hagan, pero creo que no podemos volver al 2017 y que se tienen que encontrar otras vías que sean democráticas. Lo que pasó en el 2017 no fue democrático porque la ley es la garantía de la defensa de los derechos y la igualdad. En general las voces que hay en el independentismo van por aquí. Sinceramente, me cuesta pensar que, más allá de la CUP, haya alguien que piense que tenemos que volver al 2017.

Es seguro de que Salvador Illa será el candidato del PSC en las próximas elecciones. Está muy animado con este proyecto que pusimos en marcha el mes de febrero.

Foto: Sergi Alcàzar

Aunque todavía queda tiempo, a priori, para las próximas elecciones al Parlament, ¿es seguro que Salvador Illa será el candidato del PSC?
Sí. Eso es seguro. Se presentó a las elecciones el mes de febrero y las ganó. Tenemos un grupo con 33 diputados, de los cuales la mitad son nuevos. Salvador creó este Govern Alternatiu para ir generando una alternativa que creemos que es muy necesaria. Y él está muy animado con este proyecto que pusimos en marcha el mes de febrero. Su liderazgo durará años y será nuestro candidato en las próximas elecciones autonómicas. Ya es triste que todavía no haya pasado ni un año y ya estemos pensando en eso. Pero con una mayoría rota y tantas discrepancias uno piensa que está claro que no agotaremos los cuatro años que teníamos de antemano.

Seguro que Salvador Illa sería un buen candidato para muchas cosas pero su compromiso con Catalunya es firme como jefe de la oposición. Y cuando haya unas elecciones, para ser el candidato a las autonómicas.

Pero antes hay las municipales y hay quien lo ve como un buen candidato para Barcelona.
Seguro que Salvador Illa sería un buen candidato para muchas cosas pero su compromiso con Catalunya es firme como jefe de la oposición. Y cuándo haya unas elecciones, para ser el candidato a las autonómicas. Además, nosotros tenemos un muy buen candidato a Barcelona que se llama Jaume Collboni. Nos queda un año y medio para las elecciones y seguro que harán un buen programa con un buen equipo. Y tenemos el deseo, la esperanza y la convicción de que ganaremos las elecciones.

¿El cambio de Iceta por Illa representa un cambio dentro del PSC? ¿O es continuismo?
Es verdad que los liderazgos son diferentes. Cada uno tiene su estilo. Hay una cierta continuidad ideológicamente. Iceta ha sido el primer secretario en unos momentos muy duros para el país. Y eso ha afectado a muchas cosas, también al PSC, que vio cómo se empequeñecía y se fracturaba su proyecto. Miquel ha sabido consolidar un proyecto muy sólido para el PSC y ahora pasa el relevo a Salvador. Es cierto que él tiene otro estilo de liderazgo y hará un nuevo equipo.

¿Qué piensan del manifiesto constitucionalista que los invita a unirse a una candidatura con VOX, Cs y el PP?
Nosotros no estamos por la política de bloques. Y por lo tanto no nos sumaremos a un bloque que pretende ponerse frente al otro bloque. Nosotros lo que queremos es buscar las cosas que nos unen a todos. También compartimos pocas cosas con PP y Cs con respecto a política económica y social. Entonces no sé demasiado qué objetivo persigue eso. Si a algunos les va bien desde el punto de vista de táctica electoral que lo hagan pero nosotros tenemos un proyecto muy claro y bien definido que defenderemos con nuestras siglas. No necesitemos ir con nadie para ganar unas elecciones. Ya lo hemos demostrado.

Ellos, más que bloques, se sitúan, dicen, en la defensa del Estado de derecho —lo que ahora me decía del Gobierno— para ir a vencer al independentismo.
El PSC ya ganó las elecciones. Es verdad que no hemos podido gobernar. Bien, pues seguiremos insistiendo. Estoy convencida de que si hemos sacado 33 podemos sacar 42. Pero no hace falta que nos sumemos a algunos partidos que van contra el independentismo cuando con ellos compartimos poco. Todos tenemos que defender el Estado de derecho. El gobierno [español] está aquí, defendiendo el Estado de derecho. Dentro de esta autopista que nos marca las normas. De momento no ha salido. Estamos todos aquí. ¿Sumar un bloque para ir contra el independentismo? No nos encontrarán. Queremos que la política no sea de bloques e intentar poder sumar con unos y otros para sacar adelante políticas.

Foto: Sergi Alcàzar